Si nos preguntamos qué significa amar, a muchos de nosotros nos puede venir a la cabeza, casi de modo inconsciente, la multitud de ejemplos de parejas que conocemos que dicen que se quieren, puedan venir éstas de conocidos nuestros o de películas u otros medios literarios. Aunque si analizamos los personajes de estos medios literarios, podemos llevarnos una sorpresa con su modo de amar.

Empezando por películas Disney y pasando por cuentos tradicionales, vemos un patrón bastante estable entre todos los personajes: acostumbran a ser príncipes que se enamoran de chicas. En estas relaciones, siempre acaban apareciendo grandes dificultades para que nuestros personajes puedan estar juntos: vemos o escuchamos las grandes hazañas que el príncipe debe pasar para conseguir a la chica y cómo, una vez superados dichos obstáculos, ambos son felices y comen perdices. Analizando este patrón de funcionamiento, podemos observar que la actitud del personaje masculino acostumbra a ser más activa y dominante, mientras que la del personaje femenino acostumbra a ser más pasiva. Y esto es lo que, aún ahora, podemos ver en algunas relaciones en nuestro día a día:

Como mezcla entre la cultura con la que nos hemos nutrido, junto a la información proveniente mayoritariamente de las películas americanas, hemos generado unos esquemas más o menos globales sobre cómo deben funcionar las relaciones y qué roles asumen las personas cuando se “quieren”. Así, actos de protección y de celos pueden ser percibidos como muestras de amor, y actos de caballerosidad (obviamente no todos) pueden ocultar, sin quererlo, una muestra de dominancia y poder del hombre sobre la mujer. Nos hemos acostumbrado a todo esto, y casi podríamos decir que lo vemos como “normal”. Actos controladores, de celos, de rabia, se pueden llegar a entender accidentalmente como muestras de amor. Y, si respondemos a ellos sin reafirmarnos ni mostrar nuestros límites en la relación, permitiendo este control sobre nosotros, nos encontraremos inmersos en lo que llamamos una relación tóxica.

Muchas veces, cuando nos damos cuenta de ello, nos resulta muy difícil saber cómo salir, cómo pararlo… es como un círculo vicioso que aumenta cada día y que nos priva de ser quien realmente queremos ser y de hacer lo que sentimos que queremos hacer.

Para ello, en Canvis estamos realizando unos talleres de relaciones tóxicas, con la intención de poder ayudar a prevenir este tipo de relaciones y ayudar a salir a las personas que se encuentren dentro. Si queréis solicitar información, podéis llamarnos al 93 487 46 66

¿Qué creéis que puede prevenir y ayudar a las personas a salir de las relaciones tóxicas? Aparte de la pareja, ¿se os ocurren otro tipo de relaciones que pudiesen convertirse en tóxicas?