El TOC es una de las enfermedades psiquiátricas más frecuentes. Se trata de un problema neurológico que se traduce en un trastorno de ansiedad que se manifiesta mediante obsesiones y compulsiones. Existen diferentes subtipos, el de limpieza y contaminación es uno de los que se ha visto más afectado debido a la situación del Covid-19.

¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)?

El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), es un trastorno caracterizado por la existencia de pensamientos obsesivos y rituales. Es una problemática con bastante prevalencia y que produce mucha interferencia en la vida diaria de las personas que lo padecen.

Suele comenzar en la infancia o en la vida adulta y puede tener un comienzo gradual o no, agravándose ante situaciones que son vividas como estresantes. Una vez que es diagnosticado, el curso suele ser crónico. Además, la mayoría de las personas con esta enfermedad (más del 60%) presenta más de un tipo de obsesión. Se caracteriza básicamente por estos dos síntomas específicos: las obsesiones y las compulsiones.

  • Las obsesiones se definen como pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que son experimentados, normalmente, como intrusos e inapropiados (en contra de los propios valores) y que causan ansiedad o malestar acusados. La frecuencia y duración de las obsesiones varían mucho entre pacientes, algunos informan de dos o tres obsesiones por día que duran un largo tiempo cada una de ellas, mientras que otros informan de múltiples ocurrencias obsesivas al día, pero de breve duración.
  • Las compulsiones son conductas (lavarse las manos, ordenar, comprobar) o actos mentales (rezar, contar, repetir palabras o pensamientos en silencio…) repetitivos que la persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión o de acuerdo con reglas que deben ser aplicadas rígidamente. Las compulsiones no están dirigidas a proporcionar placer, sino a prevenir o reducir el malestar o algún acontecimiento o situación temidos (consecuencias desastrosas como matar al alguien o ir al infierno); sin embargo, no están conectadas de forma realista con aquello que pretenden neutralizar, son claramente excesivas.

Tipos de TOC

Algunos de las obsesiones y compulsiones/conductas de evitación más comunes se clasifican en diferentes tipos según Cruzado 1998:

  • Contaminación. Las obsesiones están relacionadas con sufrir daño o contagiar a otros por contacto con sustancias que se piensa que son peligrosas, por ejemplo, suciedad, gérmenes, orina, heces, sangre, semen, secreciones vaginales, animales, productos de limpieza para el hogar, radiación, etc. Las compulsiones típicas son lavarse o ducharse a conciencia, desinfectarse, limpiar cosas, etc.

Además, se tiende a evitar el contacto con los objetos contaminados (bolsas de basura, personas con ciertas enfermedades, hospitales, lavabos públicos, pomos de puertas) y aparecen conductas defensivas o de búsqueda de seguridad tales como coger las cosas con guantes, abrir las puertas con los codos o pedir a otros que manipulen los objetos considerados contaminados.

  • Verificación. Las obsesiones se relacionan con dejarse la llave del gas o la puerta de casa abierta, un fuego encendido o aparatos eléctricos conectados, Estas personas tienen que comprobar todo el rato que han hecho las cosas bien porque si no piensan que algo malo pasará. Las compulsiones consisten en comprobar repetidamente la llave del gas o la puerta, telefonear a hospitales o policía, etc.
  • Fobia de impulso. La persona tiene miedo a volverse loca o a perder el control de la situación. Por ejemplo, una persona con este tipo de TOC podría tener miedo a hacer daño a alguien. Las obsesiones se relacionan con tirarse al tren, matar a un hijo con un cuchillo, ahogarlo con una bolsa de plástico, dar una paliza a un amigo, tirar a alguien por una ventana o al tren, etc. Las compulsiones consisten en pensar repetidamente que no se quiere morir, buscar tranquilidad, comprobar que no se ha causado ningún daño. Tienden a llevar a cabo conductas de evitación como, por ejemplo, no acercarse a las vías hasta que el tren esté parado, no quedarse solo con la persona a la que se puede dañar, ocultar objetos peligrosos, tener sólo cuchillos de plástico, etc.
  • Acumulación. Estas personas guardan muchos objetos como periódicos, envases, etc. porque tienen miedo de tirar algo que les puede servir o es importante. Por ejemplo, una persona tiene miedo de tirar algo importante (obsesión) y, por lo tanto, guarda todos los periódicos (compulsión). Es importante diferenciar este trastorno del síndrome de Diógenes, en este último se acumula basura mientras que en el TOC por acumulación lo que se acumula no es necesariamente basura.
  • Repetición. Piensan que si no hacen determinado número de cosas algo malo pasará. Por ejemplo, piensan que si no dicen 3 veces la palabra “cielo” le pasará algo malo a un familiar cercano (obsesión), por lo tanto, repiten la palabra (compulsión) para que algo malo no ocurra.
  • Utilizan reglas y pautas para ordenar todo lo que tienen porque si no piensan que pasará algo malo. Por ejemplo, una persona piensa que si los lápices no están ordenados de mayor a menor le pasará algo malo (obsesión), por lo tanto, los ordena (compulsión).

Causas

No se conocen bien las causas del TOC, sin embargo, actualmente se sabe que puede ser la combinación de una serie de factores de tipo neurobiológico, genéticos, conductuales, cognitivos, incluyendo factores ambientales que puedan ser los desencadenantes del TOC.

El TOC suele empezar a manifestarse durante la infancia o la adolescencia. Su evolución suele ser progresiva, aunque puede aparecer también de forma repentina por estrés o ante un acontecimiento concreto que actúa como desencadenante. Se considera como un trastorno crónico, si bien cursa con periodos de clara mejoría, aunque la desaparición total de los síntomas únicamente se produce en un 20% de los casos.

Los factores que pueden provocar el desarrollo del trastorno obsesivo-compulsivo son los siguientes:

  • Factores biológicos: La presencia de un desequilibrio químico en el cerebro puede hacer que las personas sean más vulnerables al desarrollo de los síntomas del TOC. Se ha constatado que estas personas presentan alteraciones del lóbulo frontal del cerebro y en la secreción de serotonina, un neurotransmisor implicado en la regulación del estado de ánimo, la agresividad y la impulsividad, además de modular la transmisión de información de una neurona a otra. Este proceso en las personas con TOC se desarrolla con mayor lentitud.
  • Factores genéticos: Parece haber una predisposición genética a padecer TOC. Entre un 10 y un 12 % de familiares de primer grado de pacientes con TOC presentan también este trastorno y un 17% informa de rasgos obsesivos. Los individuos que tienen un pariente de primer grado con el TOC (por ejemplo, un hermano o un padre biológico), enfrentan un mayor riesgo de desarrollar síntomas de este trastorno.
  • Factores ambientales: Presencia de experiencias tempranas en el desarrollo que predisponen al TOC. Por ejemplo, en la teoría del aprendizaje se explica que los síntomas del TOC son el resultado de como una persona desarrolla pensamientos negativos aprendidos y patrones de comportamiento que en realidad son neutrales. Esto se produce debido a varios factores: cuando los estilos educativos ponen excesivo énfasis en la responsabilidad y el perfeccionismo, cuando una formación religiosa considera que hay que controlar lo que uno piensa y que es tan pecaminoso pensar algo malo como hacerlo, cuando se tiene una educación rígida inflexible entre lo que está bien y está mal…

Criterios diagnósticos

Siguiendo los criterios del manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association, APA), para realizar un diagnóstico de TOC se deben presentar los siguientes criterios:

  • Presencia de obsesiones, compulsiones o ambas:
  • Las obsesiones deben definirse como pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan como intrusas y causan ansiedad o malestar y el sujeto intenta los intenta ignorar o suprimir con algún otro acto o pensamiento.
  • Las compulsiones deben definirse como comportamientos o actos mentales repetitivos que el sujeto realiza como respuesta a una obsesión siendo el objetivo prevenir o disminuir la ansiedad o malestar o evitar algún suceso o situación temida. Estos comportamientos no están conectados de una manera realista con aquello a lo que van dirigidos o resultan excesivos.
  • Las obsesiones o compulsiones requieren mucho tiempo o causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral, u otras áreas importantes del funcionamiento.
  • Los síntomas obsesivo-compulsivos no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (droga o medicamento) o a otra afección médica.
  • La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental.

¿Por qué se mantienen las obsesiones?

Las personas con TOC tienen obsesiones que puede ser provocadas por un estímulo desencadenante y que producen ansiedad. Con frecuencia sienten la necesidad de hacer ciertas cosas de forma repetida, lo que se conoce como compulsiones y se producen en forma de: evitación, búsqueda de reaseguración, rituales mentales, conducta manifiesta, entre otras. Con esto se pretende disminuir la ansiedad y el malestar que genera la obsesión. Es importante tener en cuenta que una compulsión no necesariamente es observable, pudiendo ser un ritual mental o un pensamiento tranquilizador.

Al disminuir la ansiedad tras llevar a cabo la compulsión se obtiene un refuerzo, conocido como refuerzo negativo. En este caso es negativo porque no se produce por la consecución de un premio, sino por la evitación o retirada de un estímulo aversivo. Es decir, con ese ritual se cree haber eliminado o evitado la consecuencia negativa.  Esto suele dar lugar a una sensación de alivio y una disminución de la ansiedad, pero a muy corto plazo. Tras eso, se produce un nuevo aumento de las obsesiones y de la ansiedad, pero esta vez a largo plazo, convirtiéndose en un ciclo llamado el ciclo del TOC. (Alcázar, 2014).

¿Cómo afecta el coronavirus al Trastorno Obsesivo Compulsivo?

En estos tiempos de pandemia están aumentado las obsesiones en personas con rasgos obsesivos exacerbados, especialmente de limpieza y contaminación. Y, además, las personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) están teniendo que hacer frente a grandes retos.

Las noticias o la información que se nos proporciona continuamente, de modo preventivo, pueden desencadenar episodios de ansiedad extrema en personas con este problema. Puede existir una gran preocupación añadida para no contraer el coronavirus, estar continuamente comprobando si se tienen los síntomas, aumentar las conductas de higiene que ya existían anteriormente, así como síntomas físicos de la ansiedad como mareos, dificultad para respirar y sensación de ahogo o palpitaciones.

En estos momentos, en los que estamos atravesando una pandemia vírica, es difícil no cruzar la línea entre un lavado de manos preventivo y un lavado de manos excesivo y obsesivo.

Recomendaciones para las personas con TOC para afrontar el coronavirus

  • Aceptar que los pensamientos desagradables: es importante reconocer estas conductas para poder sobrellevar la conducta compulsiva. Pensamientos del tipo “voy a contagiarme” van a estar presentes, pero no tienen por qué conllevar a la conducta compulsiva. Se debe llegar a entender que no podemos evitar tener pensamientos, pero sí realizar la conducta compulsiva.
  • Realizar un análisis de los costes de la ansiedad: anotar a qué cosas hemos renunciado durante el día por haber intentado reducir los síntomas de la ansiedad con conductas de comprobación, por ejemplo, leer un buen libro, quedar con un amigo, hacer deporte, etc. Recopilar todas aquellas cosas que son beneficiosas para nosotros y que no llevamos a cabo por tener estas conductas.
  • Intentar hacer caso a nuestra experiencia más que a nuestro pensamiento: mi pensamiento desagradable me dice que “si no me lavo las manos con mucha más frecuencia voy a contagiarme” sin embargo mi experiencia me dice que esto me lleva a una menor disposición a tener los síntomas de la ansiedad y por tanto a que esta sea cada vez más intensa y tener un mayor repertorio de conductas compulsivas.
  • No hacer pautas de higiene por nuestra cuenta: seguir las indicaciones que nos dan los profesionales sanitarios en cada momento y no más. Sabemos que, en este caso, las personas que presentan ansiedad por estos motivos sienten agobio cuando escuchan las palabras “lavarse las manos con frecuencia”.
  • No mirar continuamente ni buscar información adicional sobre cualquier tema relacionado con el virus: se recomienda no buscar información en internet, ver los informativos no más de dos veces al día y por periodos cortos de tiempo.
  • Aceptar que vamos a sentir incertidumbre: no saber si son suficientes las medidas que tomamos para no contagiarnos o contagiar o no saber hasta cuándo durará esta situación puede generarnos sensación de incertidumbre. Si aceptamos que esto será así y estamos dispuestos a tolerar que habrá muchas incógnitas nos será de gran ayuda para que la ansiedad aparezca con menor intensidad en cualquier brote.
  • Pensar en el aquí y ahora rodeados del contexto en el que nos encontramos: si pensamos continuamente en un futuro nos perderemos el momento presente y abrirá la puerta a más pensamientos desagradables.
  • Permitirnos estar mal en determinados momentos: no ser estrictos con nosotros mismos, es normal tener miedo en estas situaciones, sentir incertidumbre, sentirse agobiado en una situación de confinamiento, etc. Debemos aceptar la situación y que podemos equivocarnos.

En el Centro de Psicología Canvis de Barcelona, se realizan talleres para gestionar la ansiedad y el estrés de una manera adecuada, fomentando el hacer frente a esta situación de incertidumbre que tenemos actualmente y ayudándote a tener un mayor bienestar personal.

Así mismo, también se realiza terapia individualizada para proporcionarte el apoyo y acompañamiento que necesites, aportándote diferentes estrategias y recursos para que te permitan gestionar y controlar el estrés y la ansiedad, así como ayudarte a reconocer aquellos mecanismos insanos relacionados con el control de impulsos o los pensamientos negativos que pueden ser el origen del malestar.