La resignación implica renunciar a cambiar las circunstancias y conformarse con lo que sucede, a pesar del daño que pueda causar. Puede llevarnos a asumir el papel de víctimas o sentir autocompasión. Al pensar que no podemos hacer nada para cambiar la situación, nos quedamos estancados en una vida de desazón.

Es crucial abordar el tema de la resignación y comprender sus implicaciones en la salud mental. La resignación puede llevarnos a aceptar situaciones que nos causan daño emocional. Esto puede tener efectos negativos en nuestra salud mental, como la depresión, la ansiedad y la pérdida de motivación.

Cuando nos resignamos, perdemos la capacidad de buscar soluciones y de tomar acciones para mejorar nuestra situación. Nos quedamos estancados en una mentalidad derrotista, lo que limita nuestro crecimiento personal y nos impide alcanzar nuestros objetivos.

Abordar la resignación implica reconocer que tenemos el poder de cambiar nuestra realidad y buscar apoyo cuando sea necesario. Es importante cultivar una mentalidad de resiliencia y perseverancia, desarrollando estrategias para enfrentar los desafíos y buscar alternativas positivas

La resignación psicológica es un fenómeno que ha sido ampliamente estudiado en el campo de la psicología. En este artículo, exploraremos la resignación desde una perspectiva psicológica, analizando sus causas, consecuencias y posibles estrategias para superarla. Entenderemos cómo la resignación puede afectar nuestra salud mental y cómo podemos desarrollar una mentalidad resiliente frente a los desafíos de la vida.

Decía Honoré de Balzac que “la resignación es algo así como un suicidio cotidiano”. Aceptar sin promover el cambio, o sin ni siquiera criticar o rebelarse sería algo como rendirse y dejar las decisiones de nuestros problemas en manos de la vida, el destino, o la casualidad.

¿Qué es la resignación? Su significado psicológico

La resignación es renunciar y perder la motivación al cambio, conformándose con las situaciones que nos ocurren, aunque nos generen malestar. Es una rendición ante las dificultades, no porque sean insuperables sino porque nos invaden los pensamientos negativos o el agotamiento psicológico y nos coloca en una posición pasiva ante las adversidades.

El concepto de resignación no implica una respuesta adaptativa ante la realidad, sino un derrotismo ante situaciones que nos superan.

Al pensar que “esto es lo que hay”, nos quedamos inactivos, no nos movemos en la dirección que deseamos en la vida, ni buscamos posibles soluciones, sino que orbitamos alrededor del pensamiento negativo.

Wilhelm Reich, médico, psiquiatra y miembro de la escuela psicoanalítica vienesa, exponía lo siguiente: “la resignación puede llegar a ser el peor enemigo de la humanidad. Ataca nuestra vida social, afectiva e incluso física convirtiéndonos en personas que dejan de responsabilizarse de sí mismas, dejando el poder de decisión en manos de otros. Y es un riesgo, un peligro contra nuestra autoestima y nuestro propio sentido de humanidad”.

Las causas de la resignación

Las causas de que una persona se resigne pueden ser diversas, como la falta de apoyo emocional y social, fracasos repetidos, experiencias traumáticas, la percepción de que no hay solución o cambio posible, el agotamiento psicológico, la baja autoestima o la falta de recursos y la falta de estrategias de afrontamiento para enfrentar los desafíos.

Volver a intentarlo requiere asumir riesgos, asumir la posibilidad de nuevos fracasos, de volver a experimentar sufrimiento, afrontar nos hace enfrentarnos a inseguridades. Asumir una actitud derrotista no implica enfrentar riesgos por lo tanto nos da seguridad, tranquilidad y sosiego.

¿Qué dicen las teorías psicológicas sobre la resignación?

-Teoría de la indefensión aprendida (Seligman)

La teoría de la indefensión aprendida, desarrollada por el psicólogo Martin Seligman, se refiere a la tendencia de las personas a sentirse indefensas y resignadas ante situaciones adversas, especialmente cuando han experimentado repetidamente la falta de control sobre los resultados.

Según esta teoría, cuando una persona se encuentra en una situación en la que sus acciones no tienen impacto en los resultados, puede desarrollar una creencia de que es incapaz de cambiar su situación, lo que lleva a sentimientos de indefensión y resignación. Esta creencia limitante puede afectar su motivación, autoestima y bienestar emocional.

La indefensión aprendida se puede observar en diversos contextos, como relaciones abusivas, entornos laborales tóxicos o situaciones de pobreza. Las personas que han experimentado repetidamente la falta de control pueden llegar a creer que no importa lo que hagan, no podrán cambiar su situación.

Es importante destacar que la teoría de la indefensión aprendida también plantea que es posible superar esta creencia limitante a través de intervenciones psicológicas y cambios en el entorno. Al fomentar experiencias de control y proporcionar apoyo emocional, se puede ayudar a las personas a recuperar su sentido de agencia y empoderamiento.

  -Teoría del locus de control (Rotter)

La teoría del locus de control de Rotter se refiere a la creencia que tiene una persona sobre la capacidad de controlar los eventos y resultados de su vida. Según esta teoría, existen dos tipos de locus de control: interno y externo.

Un locus de control interno implica que la persona percibe que tiene el poder y la responsabilidad de influir en su propia vida y en los resultados que experimenta. Por otro lado, un locus de control externo implica que la persona atribuye los eventos y resultados a fuerzas externas, como el destino o la suerte, y siente que no tiene mucho control sobre ellos.

Cuando una persona tiene un locus de control externo y tiende a atribuir sus éxitos o fracasos a factores externos, es más probable que experimente sentimientos de resignación. Esta resignación puede manifestarse como una falta de motivación para intentar cambiar las circunstancias o como la creencia de que no importa lo que haga, los resultados serán siempre los mismos.

Es importante destacar que el locus de control no es una característica fija, sino que puede variar en diferentes áreas de la vida y también puede ser influenciado por factores sociales y culturales y puede trabajarse en terapia.

En resumen, la teoría del locus de control de Rotter señala que las personas pueden tener un locus de control interno o externo, lo cual influye en su percepción sobre su capacidad para controlar los eventos y resultados de su vida. Un locus de control externo puede llevar a sentimientos de resignación cuando se atribuyen los resultados a factores externos.

Relación entre la resignación y la depresión, ansiedad u otros trastornos mentales

Existe una estrecha relación entre la resignación y los trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y otros trastornos. La resignación puede ser un factor que contribuye al desarrollo y mantenimiento de estos trastornos.

Cuando una persona se siente resignada, puede experimentar una sensación de falta de control y de incapacidad para cambiar su situación. Esta creencia de indefensión puede generar sentimientos de desesperanza, tristeza y desmotivación, características comunes en la depresión.

Además, la resignación también puede alimentar los síntomas de ansiedad. Al creer que no se puede hacer nada para evitar o controlar situaciones estresantes, se pueden experimentar altos niveles de preocupación, miedo y angustia.

La resignación también puede afectar otros trastornos mentales, como trastornos de estrés postraumático o trastornos de la personalidad. La sensación de no tener control sobre eventos traumáticos pasados o la incapacidad para cambiar patrones disfuncionales de pensamiento y comportamiento pueden perpetuar estos trastornos.

Es importante destacar que la relación entre la resignación y los trastornos mentales es compleja y bidireccional. Los trastornos mentales también pueden contribuir a la sensación de resignación. Por lo tanto, es fundamental abordar tanto la resignación como los trastornos mentales en conjunto para promover el bienestar emocional y mental.

Estrategias para superar la resignación

Superar la resignación puede ser un proceso desafiante, pero existen estrategias psicológicas que pueden ayudar a recuperar el sentido de control y empoderamiento. A continuación, se presentan algunas estrategias que pueden ser útiles:

  1. Autoconciencia: El primer paso para superar la resignación es tomar conciencia de los patrones de pensamiento negativos y limitantes que están presentes. Identificar los pensamientos autoderrotistas y las creencias de falta de control es fundamental para poder desafiarlos y reemplazarlos por pensamientos más realistas y empoderadores.
  2. Reestructuración cognitiva: Una vez que se ha tomado conciencia de los patrones de pensamiento negativos, es importante trabajar en reestructurarlos.

Esto implica cuestionar y desafiar las creencias limitantes y buscar evidencias que las contradigan. Reemplazar los pensamientos negativos por afirmaciones positivas y realistas puede ayudar a cambiar la perspectiva y promover una mentalidad más proactiva.

  1. Establecer metas alcanzables: Fijar metas realistas y alcanzables es fundamental para recuperar el sentido de control y motivación. Establecer pequeños objetivos a corto plazo puede ayudar a generar un sentido de logro y progreso, lo cual contrarresta la sensación de indefensión.
  2. Desarrollar habilidades de afrontamiento: Aprender estrategias efectivas de afrontamiento puede fortalecer la capacidad para enfrentar situaciones adversas. Esto puede incluir técnicas como la relajación, la respiración profunda, la meditación o el ejercicio físico, que ayudan a reducir el estrés y promover el bienestar emocional.
  3. Buscar apoyo social: Contar con el apoyo de familiares, amigos o profesionales de la salud mental puede ser de gran ayuda para superar la resignación. Compartir las dificultades y recibir el apoyo emocional y práctico puede generar un sentimiento de conexión y fortaleza.
  4. Aprender de las experiencias pasadas: Reflexionar sobre las experiencias pasadas y buscar lecciones aprendidas puede ser una forma poderosa de cambiar la perspectiva y encontrar oportunidades de crecimiento. Identificar los aspectos positivos o las fortalezas que se han desarrollado a través de las dificultades puede ayudar a construir una narrativa más optimista y resiliente.

En resumen, superar la resignación requiere un trabajo consciente. En el centro de psicología Canvis puedes encontrar la ayuda que necesitas para cambiar los patrones de pensamiento negativos, establecer metas alcanzables, desarrollar habilidades de afrontamiento y buscar apoyo social. Con perseverancia y compromiso, es posible recuperar el sentido de control y empoderamiento en la vida.

Referencias bibliográficas:

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Sallin, Karl; Lagercrantz, Hugo; Evers, Kathinka; Engström, Ingemar; Hjern, Anders; Petrovic, Predrag (2016), «Resignation Syndrome: Catatonia? Culture-Bound?», Frontiers in Behavioral Neuroscience, 10 (7): 7, doi:10.3389/fnbeh.2016.00007