The Politician, Heridas Abiertas, El Sexto Sentido, The Act… son algunos largometrajes que tienen algo en común: madres que provocan dolencias a sus hijos para mantenerles enfermos y cuidar de ellos. El cine ha visto potencial en este personaje femenino que, detrás de la faceta de cuidadora, esconde una intención genuina de mantener a la otra persona en estado de sumisión y necesidad.

Este artículo vamos a dedicarlo a una de las formas más invisibilizadas de maltrato infantil: el síndrome de Munchausen por poderes.

Tipos de maltrato infantil

En el informe Más me duele a mi. El maltrato que se ejerce en casa (https://www.savethechildren.es/sites/default/files/imce/docs/mas_me_duele_a_mi.pdf)

Save The Children define el maltrato infantil como “toda acción u omisión no accidental ejercida por padres, madres o cuidadores principales que provoca un daño en el bienestar físico, emocional y psicológico de niños, niñas y adolescentes, perjudicando su desarrollo evolutivo”. Distingue cuatro formas de maltrato infantil, dependiendo de si hay agresión directa sobre la víctima, y de si está agresión es física o emocional:

  • Maltrato físico activo: hace referencia a conductas no accidentales por parte de padres o cuidadores que provoquen daño físico o enfermedad en el menor o le coloque en grave riesgo de padecerlo.
  • Negligencia física: cuando, de manera puntual o recurrente, las necesidades físicas (alimentación, vestido, higiene, protección y vigilancia en situaciones peligrosas) y cognitivas básicas del menor no son atendidas por los padres o cuidadores.
  • Maltrato o abuso emocional: incluye las agresiones verbales recurrentes: insultos, desprecios, críticas, amenazas de abandono o bloqueo de los intentos de autonomía y socialización del menor, que pueden ir desde la evitación hasta el encierro o confinamiento.
  • Negligencia emocional: desatención recurrente y falta de respuesta a los intentos de contacto y proximidad que inicia el menor. También incluye la falta de iniciativa de interacción y contacto por parte de los padres o cuidadores.

El informe estima que más del 25% de los niños y niñas en España han sido víctimas de maltrato infantil por parte de sus cuidadores, en alguna de las modalidades que mencionamos arriba.

¿Qué es el Síndrome de Munchausen por Poderes?

El nombre de este síndrome viene de un personaje de ficción, el Barón de Munchausen, quien relataba sus hazañas vividas de manera fantasiosa y exagerada.

En 1977, el pediatra Roy Meadow, tomando el término de Richard Asher, describe a pacientes adultos que padecen Síndrome de Munchausen como «pacientes que presentan unas historias clínicas espectaculares, llenas de mentiras e invenciones, en un presumible intento de conseguir seguridad hospitalaria y atención médica». Posteriormente, el mismo Meadow añade “por poderes” para referirse a una persona que inventa la sintomatología de otra.

Actualmente, el SMP se considera una forma de maltrato infantil en el que la persona que lo sufre provoca síntomas o finge la existencia de una enfermedad en otras personas a su cargo (habitualmente niños, pero también ancianos o mascotas). El objetivo de este comportamiento es que la persona a su cargo asuma el rol de enfermo y así conseguir que otros la vean vulnerable y necesitada, poniendo en grave riesgo su salud.

A pesar de que estas características suenan parecidas a las de la hipocondría, el Síndrome de Munchausen por Poderes se diferencia de ella en que las personas que lo sufren saben que están completamente sanos, pero aparentan, fingen o provocan deliberadamente síntomas de alguna enfermedad en otra persona.

Características clínicas

Según la literatura médica, es frecuente que las víctimas del SMP sean niños en la primera infancia, habitualmente menores de 5 años. Es muy difícil detectar el Síndrome de Munchausen a no ser que el responsable sea sorprendido in situ agrediendo a su víctima. No obstante, los psicólogos y otros profesionales clínicos debemos estar formados para identificar señales que pueden alertar de la existencia de este síndrome, como pueden ser:

  • Los síntomas mejoran cuando el cuidador no tiene acceso al niño
  • Ocurren accidentes extraños y repetidos que ponen en riesgo la vida del menor o de la víctima
  • No hay testigos que confirmen los síntomas que refieren los padres del niño
  • Los síntomas desaparecen cuando el niño está en el hospital y reaparecen cuando vuelve a casa
  • El menor no responde a los tratamientos prescritos por los médicos
  • Los padres se muestran ansiosos cuando ven que su hijo mejora
  • La familia realiza visitas recurrentes a hospitales con diagnósticos poco claros

Debido a que el niño que es víctima del SMP ha sido atendido por múltiples profesionales, puede pasar un largo tiempo desde los primeros síntomas provocados por los padres hasta que se diagnostica el síndrome. La media de tiempo transcurrido está en 22 meses.

Las consecuencias a largo plazo que el Síndrome de Munchausen por Poderes tiene en los niños afectados varía dependiendo de la casuística. Así, el pronóstico nos dice que un 7.3% de las víctimas sufren lesiones a largo plazo o secuelas permanentes, llegando a la muerte en un 6% de los casos. Sobre el cuidador que ejerce este maltrato, se ha encontrado que la madre es la perpetradora en el 76,5% de los casos.

La actitud de la madre frente a los profesionales sanitarios varía desde mostrarse servicial y colaboradora hasta exageradamente despreocupada por el estado de salud de su hijo.

Criterios diagnósticos del SMP

A pesar de que es un síndrome difícil de diagnosticar, cada vez se identifican más casos debido a mayor conocimiento sobre el mismo por parte de los profesionales.

¿Cuándo hay sospechas de que un niño está siendo víctima de un síndrome de Munchausen por poderes? Normalmente, las señales de alerta aparecen cuando se trata de un niño que ha tenido muchas visitas al hospital, muchas pruebas médicas o numerosos ingresos hospitalarios. El historial médico del menor suele incluir enfermedades o síntomas extraños que no responden al tratamiento. En el siguiente cuadro recogemos un resumen de indicadores para el diagnóstico del SMP:

En el niño:

  • Síntomas que no encajan con una enfermedad concreta
  • Síntomas que llevan a un diagnóstico desordenado e inconsistente
  • Antecedentes familiares de muerte infantil no determinada
  • Tratamientos ineficaces

En el progenitor:

  • El niño no presenta síntomas en su ausencia
  • Menos preocupado que los profesionales sanitarios
  • Se muestra reacio a dejar solo al menor en el hospital
  • Intenta “ganarse” a los médicos que atienden al menor
  • Tiene conocimientos sobre salud
  • Padece alguna patología psiquiátrica

Formas de provocar los síntomas en la víctima

El progenitor que padece Síndrome de Munchausen por poderes utiliza de forma consciente y deliberada diferentes estrategias para fingir o provocar síntomas en su hijo. Entre las más estudiadas están:

  • Falsificar o manipular los datos aportados al profesional sanitario
  • Realizar denuncias repetidas “fabricadas” contra otros, que involucran a los niños
  • Simular los síntomas, mediante la falsificación de pruebas añadiendo sangre menstrual, azúcar o heces a la muestra de orina, frotar el termómetro para fingir fiebre en el menor…
  • Provocar los síntomas, mediante la aplicación de sustancias irritantes en la piel del niño, administrarle sedantes, provocarle asfixia con una bolsa de plástico, obligarle a ingerir toxinas o cuerpos extraños (pendientes, tornillos, agujas…), inducirle los vómitos…

Causas de la aparición del Síndrome de Munchausen por poderes

La causa de este tipo de maltrato infantil frecuentemente se asocia con la historia personal del progenitor que lo ejerce. Se han propuesto algunos aspectos que predisponen a la aparición del SMP:

  • Historia previa de abuso en la infancia, por parte de uno o ambos progenitores
  • Vivencias recurrentes de rechazo por parte de los padres
  • Relaciones con los padres marcadas por comportamientos invasivos o sobreprotectores.
  • Beneficios secundarios que el progenitor recibe a través de la enfermedad del niño: atención y cuidado por parte de los profesionales médicos que alivian la sensación de soledad.
  • Historia de psicopatologías previas: depresión, ideación suicida, trastornos de personalidad, trastornos somatomorfos y trastornos facticios.

Cómo actuar ante la sospecha de un caso de Munchausen por poderes: guía para profesionales sociosanitarios

Ante todo, se debe asegurar que la intervención prioritaria sea la protección y el bienestar del niño que sospechamos ser víctima del SMP. Es recomendable que el manejo de un caso de este tipo caiga sobre un equipo multidisciplinar, esto es, formado por diferentes profesionales: médicos, enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos y trabajadores con experiencia ante casos de SMP.

Conviene tener presente con qué recursos comunitarios contaremos (servicios sociales, hospitales, centros de salud…) y realizar un seguimiento coordinado que incluya un protocolo de actuación cuando identificamos un caso. Algunas consideraciones prácticas:

  • Contrastar la información obtenida por los diferentes profesionales con la información que aportan los progenitores.
  • Comprobar los detalles de la historia clínica del menor
  • Revisar si hay relación entre la aparición de los síntomas y la presencia de los padres
  • Separar al menor de los padres para comprobar si tiene síntomas en su ausencia
  • Notificar el caso
  • Planificar cuándo es el mejor momento para reunirse con la familia
  • Decidir las medidas legales que se pondrán en marcha. Ante casos graves, puede ser necesario separar prudencialmente al menor de la familia.

Referencias:

https://www.analesdepediatria.org/es-sindrome-munchausen-por-poderes-articulo-S1695403308702133

Cerda Ojeda, F., Goñi González, T., & Gómez de Terreros, I. (2006). Síndrome de Munchausen por poderes. Cuadernos de medicina forense, (43-44), 47-55.

Cujiño, M. F., Dávila, A., Sarmiento, M. M., Villarreal, M. I., & Chaskel, R. (2012). Síndrome de Munchausen por poder. Revista latinoamericana de psiquiatria, 11(2), 60-65.