¿Alguna vez te has sentido abrumado por el dolor y sufrimiento de otros? Si trabajas en una profesión de ayuda o estás cerca de personas que han experimentado eventos traumáticos, es posible que hayas experimentado el impacto del trauma vicario. En esta nueva entrada del Blog del Centro de Psicología Canvis, exploraremos qué es el trauma vicario, cómo afecta a aquellos que se enfrentan a él y cómo podemos tomar medidas para sanar y proteger nuestra salud emocional.

DEFINICIÓN DEL TRAUMA VICARIO

El trauma vicario es un fenómeno psicológico que ha sido objeto de estudio e investigación en el campo de la psicología y la salud mental durante varias décadas. Se refiere a la experiencia de síntomas de trauma o angustia emocional que una persona puede experimentar como resultado de ser testigo o escuchar los relatos de experiencias traumáticas de otras personas o trabajar en profesiones de ayuda donde la interacción con individuos traumatizados es frecuente, en lugar de vivir directamente el trauma en sí mismo.

Uno de los trabajos más significativos en este campo es el realizado por Charles R. Figley, psicólogo y profesor de la Universidad Estatal de Florida. Ha sido un investigador influyente en el estudio y la comprensión del estrés traumático y las reacciones emocionales en aquellas personas que han sido expuestas a experiencias traumáticas de forma indirecta. Figley lo denomino “estrés secundario” y “traumatización secundaria”.

EL término se originó en la década de 1980 en el contexto del trabajo con víctimas de abuso sexual infantil. Los terapeutas y profesionales de ayuda comenzaron a notar que podían experimentar angustia y síntomas de trauma similar a sus pacientes debido a la exposición repetida a sus historias de sufrimiento. Desde entonces, el concepto de trauma vicario se ha expandido y se ha aplicado a diversas situaciones en las que la exposición indirecta al trauma puede tener un impacto negativo en el bienestar emocional y mental de una persona.

CAUSAS Y FACTORES DE RIESGO

El trauma vicario puede afectar a individuos que trabajan en profesiones de ayuda, como psicólogos, trabajadores sociales, médicos, enfermeras, policías, bomberos, periodistas y otros profesionales que se enfrentan a situaciones traumáticas en su trabajo diario. Estas personas están expuestas a experiencias traumáticas de otras personas de manera regular, lo que puede llevar a la acumulación de estrés y angustia emocional.

Hay varios factores que pueden aumentar la vulnerabilidad de una persona al trauma vicario:

  • Profesiones de ayuda: Los profesionales que trabajan en campos de la salud mental, trabajadores sociales, médicos, enfermeras, personal de emergencias y otros que se enfrentan regularmente a situaciones traumáticas están en mayor riesgo debido a la exposición continua a historias de sufrimiento y dolor.
  • Empatía y sensibilidad emocional: Las personas que son altamente empáticas y se conectan emocionalmente con los demás pueden absorber las emociones y el estrés de quienes han experimentado el trauma, lo que aumenta el riesgo de sufrir el trauma vicario.
  • Historias personales de trauma: Aquellas personas que han vivido experiencias traumáticas en su propia vida pueden ser más susceptibles a revivir esas emociones a través de la exposición al trauma de otros.
  • Falta de recursos de afrontamiento: La incapacidad para manejar adecuadamente el estrés y las emociones intensas puede aumentar la vulnerabilidad al trauma vicario.
  • Frecuencia y duración de la exposición: Cuanto más tiempo y frecuentemente una persona esté expuesta a situaciones traumáticas o historias de trauma, mayor será el riesgo de sufrir efectos del trauma vicario.

SÍNTOMAS DEL TRAUMA VICARIO

Los síntomas son una serie de reacciones emocionales y psicológicas que una persona puede experimentar como resultado de la exposición indirecta a experiencias traumáticas de otros. Estos síntomas pueden ser similares a los del trastorno de estrés postraumático (TEPT), aunque la persona afectada no ha vivido directamente el evento traumático en sí mismo.

A continuación, se enumeran algunos de los síntomas más comunes asociados al trauma vicario:

  • Fatiga de la compasión: También conocida como agotamiento emocional o «burnout», la fatiga de la compasión es una respuesta emocional intensa que se desarrolla como resultado de la exposición continua a la angustia y el sufrimiento de otros. La persona puede sentirse abrumada, desgastada y emocionalmente agotada.
  • Pesadillas o sueños inquietantes: La persona puede experimentar sueños vívidos y perturbadores relacionados con los eventos traumáticos de otros. Estos sueños pueden ser recurrentes y afectar negativamente la calidad del sueño.
  • Recuerdos intrusivos: La persona puede tener pensamientos o imágenes recurrentes y no deseados sobre las experiencias traumáticas que ha escuchado o presenciado indirectamente.
  • Evitación de situaciones y temas: La persona puede evitar hablar o pensar en situaciones traumáticas, así como evitar situaciones o lugares que puedan recordarles los eventos traumáticos de otros.
  • Hiperactivación y sobresalto: La persona puede estar en constante estado de alerta, sintiéndose tensa, irritada o nerviosa. Puede sobresaltarse fácilmente ante estímulos que le recuerden los eventos traumáticos.
  • Dificultades para concentrarse: El trauma vicario puede afectar la capacidad de concentrarse en el trabajo o en las actividades diarias debido a la distracción provocada por pensamientos intrusivos o emociones abrumadoras.
  • Cambios de humor y emociones intensas: La persona puede experimentar cambios bruscos de humor, pasar de sentirse bien a sentirse triste, ansiosa o enojada sin una razón aparente.
  • Trastornos de salud mental: El trauma vicario puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad, depresión y otros trastornos de salud mental. Los síntomas pueden incluir cambios en el estado de ánimo, pensamientos negativos persistentes, alteraciones del sueño y pérdida de interés en actividades antes placenteras.
  • Síntomas físicos: El trauma vicario puede manifestarse a través de síntomas físicos, como dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, fatiga y tensión muscular.
  • Desapego emocional: La persona puede experimentar una sensación de desconexión emocional o distanciamiento de los demás como mecanismo de autodefensa para protegerse del dolor y la angustia.
  • Sentimientos de impotencia y culpa: La persona puede sentirse impotente para cambiar o ayudar en la situación traumática, lo que puede llevar a sentimientos de culpa o autoresponsabilidad por no poder hacer más.
  • Aislamiento social: Como resultado de la angustia emocional que experimentan, las personas afectadas por el trauma vicario pueden retirarse socialmente, alejándose de amigos, familiares y colegas.
  • Disminución de la satisfacción laboral: El impacto emocional del trauma vicario puede llevar a una disminución en la satisfacción laboral y la motivación en el trabajo. La persona puede sentirse desgastada y desmotivada para seguir brindando apoyo a otros.
  • Pesimismo y desesperanza: El trauma vicario puede llevar a una visión negativa del mundo y una sensación de desesperanza sobre el futuro.

Es importante destacar que los síntomas del trauma vicario pueden variar en su intensidad y duración según la persona y la cantidad de exposición al trauma. Algunas personas pueden experimentar síntomas leves y transitorios, mientras que otras pueden verse más afectadas y requerir apoyo profesional para hacer frente a los desafíos emocionales que enfrentan.

El reconocimiento temprano de los síntomas del trauma vicario y la implementación de estrategias de autocuidado y apoyo son fundamentales para prevenir que los síntomas se intensifiquen y se conviertan en un problema crónico. Si una persona está experimentando síntomas de trauma vicario que interfieren significativamente con su vida diaria o bienestar emocional, es fundamental buscar ayuda profesional para abordar y procesar estas emociones de manera saludable. 

PREVENCIÓN Y MANEJO DEL TRAUMA VICARIO

La prevención y el manejo del trauma vicario son fundamentales para proteger la salud mental y emocional de las personas expuestas a situaciones traumáticas o historias de trauma. Algunas estrategias efectivas incluyen:

  • Autoconciencia: Reconocer y ser consciente de los propios límites emocionales y de cuándo la exposición al trauma está afectando negativamente a la persona.
  • Apoyo social: Mantener una red de apoyo de colegas y amigos con quienes se pueda hablar abiertamente sobre las experiencias emocionales y el estrés del trabajo.
  • Prácticas de autocuidado: Incorporar actividades que promuevan el bienestar emocional, como ejercicio regular, meditación, hobbies y tiempo de descanso.
  • Supervisión clínica: Para profesionales de la salud mental y otros trabajadores que enfrentan situaciones traumáticas, la supervisión clínica regular puede ayudar a procesar las emociones difíciles y aprender estrategias para el manejo del estrés.
  • Establecer límites: Aprender a establecer límites claros con los clientes o personas expuestas al trauma para proteger la propia salud emocional.
  • Técnicas de autorregulación emocional: Aprender y practicar técnicas para regular las emociones, como la respiración profunda, la meditación y la atención plena, puede ayudar a reducir la intensidad del impacto del trauma vicario.
  • Participar en grupos de apoyo: Unirse a grupos de apoyo con otros profesionales que enfrentan situaciones similares proporciona un espacio seguro para compartir experiencias y estrategias de afrontamiento.
  • Fomentar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal: En la medida de lo posible, mantener un equilibrio entre las responsabilidades laborales y las
  • Enfoque en el bienestar: Promover el bienestar general, participando en actividades que se disfrutan, cultivando relaciones positivas y encontrando momentos de alegría y gratitud puede ayudar a contrarrestar los efectos negativos del trauma vicario.
  • Buscar apoyo profesional: Si los síntomas del trauma vicario se vuelven abrumadores, buscar asesoramiento o terapia puede ser beneficioso para abordar los desafíos emocionales.

Es importante recordar que cada persona es única y que el tratamiento para el trauma vicario debe adaptarse a las necesidades y circunstancias individuales. La clave es buscar apoyo profesional y estar dispuesto a trabajar en el proceso de curación y autocuidado. El tratamiento puede ser un camino hacia la recuperación y el fortalecimiento emocional para aquellos que han sido afectados por el trauma vicario.

CONCLUSIONES

El trauma vicario es un fenómeno psicológico significativo que afecta a individuos expuestos indirectamente a experiencias traumáticas. Puede tener consecuencias negativas para la salud mental y el bienestar emocional de las personas, especialmente aquellos que trabajan en profesiones de ayuda o que están cercanos a individuos traumatizados.

Es esencial que los profesionales de la salud mental y otros trabajadores expuestos a situaciones traumáticas tomen medidas para prevenir y manejar el trauma vicario, como el autocuidado, el apoyo social y la búsqueda de asesoramiento profesional cuando sea necesario. Al comprender el impacto del trauma vicario y aplicar estrategias efectivas de prevención y tratamiento, podemos proteger nuestra salud mental y continuar brindando un apoyo significativo y compasivo a aquellos que lo necesitan.

En el caso de que observemos que está situación nos genera malestar y no sepamos como resolverla, recomendamos buscar ayuda de un profesional cualificado. En el centro de psicología Canvis tenemos especialistas en trauma, en el caso que necesite atención y apoyo externo de un profesional especializado, puede contactar con nosotros para reservar una primera sesión informativa gratuita.

BIBLIOGRAFIA

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