¿Cuántas veces habremos oído la afirmación de que después del matrimonio o después de unos años de relación, el número de encuentros sexuales en la pareja disminuye? Y ¿cuántas veces hemos percibido eso como el fin de la relación soñada?

Antes de continuar, creo que es importante pararse a reflexionar sobre varios aspectos que, en ocasiones, aceptamos como verdades incuestionables cuando podría ser que no se adapten a nuestra realidad y no sean el camino para sentirnos satisfechos con nuestra sexualidad. Para empezar, deberíamos preguntarnos a nosotros mismos la importancia que tienen la cantidad y la calidad de estos encuentros para cada uno. También es necesario poner en cuarentena todos esos estereotipos que nos imponen los medios de comunicación y la sociedad respecto al número de veces a la semana o al mes que se considera “adecuado”. Y, por último, pero no menos importante: ¿qué opina nuestra pareja al respecto?

La inapetencia sexual se define como el bajo nivel de interés sexual, que se manifiesta en la dificultad para iniciar o responder al deseo de actividad sexual en la pareja. El sexo en una relación es importante, pero cuánto es de importante, lo decide la pareja. Ambos tienen que sentirse satisfechos con la relación y para ello es necesario poner en común las necesidades de cada uno. Lo que nos lleva al santo grial de las relaciones: LA COMUNICACIÓN ASERTIVA.

Pero antes de hablar de comunicación, debemos descartar la existencia de problemas fisiológicos que podrían estar causando la falta de deseo. La presencia de alteraciones hormonales, síntoma de alguna enfermedad orgánica o por efecto secundario de algún tratamiento farmacológico podría ser la principal causa. Una vez descartado lo biológico, deberemos profundizar en los aspectos psicológicos, como podría ser la presencia de estrés, disfunciones sexuales o la existencia de un trauma no procesado. Saber a qué nos enfrentamos es vital para ponerle solución, ya que la falta de deseo sexual es sólo la punta del iceberg y lo que no se ve a simple vista es lo que nos dará las claves para mejorar la situación.

En el presente artículo nos centramos en aquellas cuestiones de calidad de la relación que pueden afectar al deseo sexual como los miedos personales, la monotonía en la relación y uno de los problemas más comunes en las relaciones: la falta de comunicación.

Suele ser común la idea de que no existe solución o que el deseo ya volverá, dejando pasar los días sin que la situación mejore, pero dejar pasar el tiempo u ocultar el problema puede dar lugar a una serie de costumbres que provoquen la desaparición total de las relaciones sexuales. Las personas con falta de deseo sexual suelen poner excusas para evitar las relaciones sexuales con la pareja. Así, casi nunca se van a dormir a la vez que su pareja y siempre tienen excusas o cosas que hacer, tales como ver un programa de televisión muy interesante, finalizar algún trabajo urgente, recoger la cocina, etc. A veces es esta “huida” la que genera un gran sentimiento de culpa, al sentir que no da respuesta a las necesidades de su pareja, lo que genera más incomodidad cuanto más se pospone el encuentro sexual.

Incluso se puede llegar a sabotear inconscientemente la relación, poniendo inconvenientes. En esto no ayuda la sociedad actual, donde tenemos una sobrecarga de estímulos, trabajo y tareas en un tiempo limitado: familia, amigos, trabajo, relaciones sociales, viajes, ocio, tareas del hogar, etc. Todo esto hace que la persona deje el sexo en el último lugar de prioridades.

Algunas de las claves principales para mejorar la relación:

  • Cuidar la comunicación: El simple hecho de cambiar el “tú” por el “nosotros” en el contexto de una discusión hace que cualquier problema pase a verse de un cúmulo de reproches arrojados contra el otro, a formar parte de un equipo que puede solucionar cualquier problema si está unido. Es importante aclarar que decir que la comunicación es importante, no implica que tengamos que estar comunicándonos en todo momento. De hecho, al igual que podríamos decir sobre el sexo, es más importante la calidad que la cantidad. En aquellos momentos en los que estamos dominados por la emoción y no por la razón, es difícil que la comunicación sea enriquecedora y será mejor dejar la comunicación para otro momento en el que estemos más tranquilos.
  • Empatizar con las emociones de nuestra pareja: No interpretar las acciones del otro sin preguntarle por sus motivos. Validar sus emociones haciéndole ver que le escuchamos y entender que puede vivir la realidad de una forma distinta a nosotros. Es importante saber pedir perdón y no generalizar las actitudes del otro, dejando el pasado atrás.
  • Experimentar y buscar nuevos estímulos: Alimentar la creatividad y la fantasía es una parte fundamental de una vida sexual satisfactoria. Al sexo también le afecta la rutina. En la vida en pareja muchas veces el bucle de la rutina lleva a la inapetencia. Por este motivo, hay que fomentar la imaginación y probar cosas nuevas. El simple hecho de buscar cosas nuevas juntos ya es una actividad que puede promover una activación de la libido. Hay que estimular al cerebro para generar apetencias sexuales.
  • Tiempo de calidad para la pareja: En muchos casos la novedad no debemos buscarla en la cama sino fuera de ella, puede que lo que nos falte es conectar con nuestra pareja, divertirnos, tener espacios de intimidad sin tener discusiones ni problemas a resolver.
  • Reducir estrés y ansiedad: Tanto a nivel individual como en pareja, practicar ejercicios de relajación como puede ser el mindfullness o relajación progresiva de Jacobson o la técnica de entrenamiento autógeno, entre otras.
  • No patologizar la falta de deseo sexual: En ocasiones tendemos a convertir cualquier problema en un trastorno y buscar la solución rápida con medicación. Pero la mayoría de las veces es un proceso relacionado con algún evento externo como la calidad de la relación de pareja, el nivel de estrés al que se ven sometidos, etc.

Tanto en relaciones de pareja, como a nivel individual, es normal pasar por fases en las que se tenga menos libido sexual. No obstante, si esta carencia se mantiene durante un periodo prolongado y te afecta personalmente, debes buscar soluciones.

En muchas ocasiones buscar ayuda profesional, tanto a nivel de pareja, para resolver conflictos abiertos, resentimientos sobre situaciones pasadas, luchas de poder u otras barreras interpersonales para el interés erótico. Como a nivel individual para tratar trastornos como la ansiedad o depresión, o simplemente situaciones que nos estén impidiendo tener la vida sexual que desearíamos, puede darnos herramientas muy útiles para conseguir nuestros objetivos personales. Las terapias psicológicas, pueden no solo ser más efectivas que la farmacoterapia para aliviar la depresión, sino que también no interfieren con la libido, como lo hacen muchos psicofármacos.

En el Centro Canvis de Psicología de Barcelona, tenemos psicoterapeutas para acompañarte en un proceso individual o de pareja y ofrecerte herramientas para enfrentarte a las dificultades que puedan estar afectando a tus relaciones de pareja. Si dudas en lo que debes hacer, pide la primera consulta informativa gratuita y sin compromiso. Podemos asesorarte.