¿Qué es establecer límites?

Establecer límites es complicado. En nuestra sociedad, actualmente hay la creencia de que, si nos negamos a realizar cualquier cosa que nos puedan pedir de buenas maneras, podemos ser considerados poco educados, poco respetuosos, egoístas o incluso malas personas.  Y esto, nos hace sentir culpables e incluso puede aparecer miedo a que nos puedan rechazar o a que se deteriore la relación con las personas.

Pero lo único que podemos conseguir a la larga, si no decimos NO a aquellas acciones o actividades que nos resultan incómodas, que nos exigen una carga de responsabilidad, que simplemente no nos apetecen o que no tenemos tiempo para poderlas realizar; es no priorizarnos a nosotros mismos. No se trata de ponernos por encima de los demás, pero tampoco ponernos por debajo. Es más bien encontrar un equilibrio.

Siendo conscientes no solamente de las necesidades y deseos de los demás, sino también de cuáles son las nuestras y del desgaste emocional que puede conllevar realizar cosas que verdaderamente no queremos o no podemos. Es por eso que es importante encontrar tus límites, saber qué es lo que necesitas y hasta qué punto te permites entregar a los demás. No es fácil comunicar estos límites ya que en muchas ocasiones nos podemos sentir incómodos por si herimos al otro.

Es por este motivo que en este artículo te daremos consejos para identificarlos, cuáles son sus beneficios, así como aquella comunicación y técnicas que se pueden utilizar para poderlos establecer:

¿Tienes un rol de Salvador?

El doctor Stephen Karpman, en 1968 describió un modelo psicológico de interacción humana llamado el Triángulo Dramático. En el que destacan diferentes roles de interacción disfuncionales y que se pueden dar en las relaciones que presentamos con los demás. Estos, pueden encontrarse dentro de nosotros mismos en mayor o menor grado, destacando uno de ellos por encima de otros en las relaciones familiares o laborales.

Uno de estos roles, sería el de Salvador. Describiéndose como aquella persona que se sacrifica por los demás, ofreciendo incluso su ayuda, aunque no se lo pidan. Asumiendo una responsabilidad excesiva por el bienestar de los demás, olvidándose de las suyas propias. Esta necesidad de ayudar para sentirse bien, puede ser a la larga contraproducente ya que cada vez se establecen más dificultades para poner límites y decir que no. Produciendo, como hemos comentado anteriormente, un desgaste importante a nivel físico y emocional. En la siguiente imagen, se pueden apreciar los tres tipos de roles que se pueden encontrar, destacando, además, cómo hay personas que adoptan un rol de víctima en la mayoría de sus relaciones. Personas donde será fácil que obtengan ayuda de aquellas que ejercen un sol de salvador.

El rol de Víctima, se caracteriza por ser una persona centrada en una queja constante, necesitando ayuda y compasión de los demás. Nunca se responsabiliza de sus actos, sintiéndose indefensa, impotente, humillada o desesperada; incapaz de salir de la situación que está viviendo. Son personas que tienen que trabajar en su autoestima y autoconfianza, pero si no son conscientes que tienen un problema, necesitaran de la ayuda del Salvador. Siendo por lo tanto para estas últimas, más difícil establecer límites.

Beneficios de poner límites

 Como hemos explicado anteriormente, no poner límites nos puede desgastar a nivel físico, emocional y social. Por lo tanto, al ponerlos, conseguimos:

  • Mayor autoconocimiento. Siendo consciente de nuestras necesidades, de lo que queremos en cada momento. De lo que nos permite sentirnos cómodos. De esta manera hay un mayor respeto de uno mismo, donde los demás tendrán el mismo respeto según los límites establecidos.
  • Aumento de nuestra Darnos el lugar que merecemos, permite sentirnos mejor con nosotros mimos, perdiendo el miedo a mostrarnos como somos. Sin sentirnos presionados u obligados a realizar lo que el otro desea. Sin sentirnos por lo tanto culpables.
  • Mejorar nuestra comunicación con los demás. Poco a poco ganaremos confianza y seguridad en poder expresar verdaderamente lo que necesitamos y cómo nos sentimos sin herir al otro y que éste pueda entendernos.
  • Relaciones sanas y equilibradas. Eliminando las relaciones con personas que entran en el victimismo y que pueden crear relaciones dependientes. Además, al conseguir respetar tus límites y el de los demás, hay un respeto en las relaciones, donde nadie se podrá sentir invalidado o violentado por el otro.
  • Estar más presentes, recuperando tiempo para nosotros. De esta manera priorizamos nuestra vida y nuestras relaciones en pareja, familia y amigos cercanos. Presentando mejor bienestar laboral, familiar y social.

¿Cómo comunicar que no? Tipos de comunicación

Poner límites como hemos dicho anteriormente, no es fácil. Y una de las cosas que más cuestan es cómo poderlos expresar. Primero de todo, tenemos que tener en cuenta los diferentes tipos de comunicación que nos podemos encontrar:

  • Estilo de comunicación Pasivo. Las personas con este tipo de comunicación, tienden generalmente a aceptar las órdenes y deseos de los demás. Evitan el conflicto, aunque eso implique ir en contra de sus propios intereses. Por eso les cuesta decir que no. Además, aunque tengan razón, con el fin de evitar cualquier conflicto pedirán perdón. Hablan con un tono de voz bajo, suave y tienden a mirar hacia abajo. Con postura encorvada y hombros caídos. Este estilo de comunicación es disfuncional ya que a la larga pueden acumular rencor y resentimiento por no poder expresar sus sentimientos, opiniones y necesidades. Es por este motivo, que puede provocar a la larga sentimientos de ira e indefensión, derivando en sintomatología ansiosa o depresiva. Esta comunicación es frecuente en aquellas personas que padecen trastornos de ansiedad social. Un ejemplo de comunicación pasiva podría ser: EJEMPLO A: M: Pedro me gustaría ver esta tarde una película romántica. P: Quería ver la última que ha salido de suspense, las últimas veces elegiste tú. M: ¿Ya…pero he pasado mala semana y podrías tener ese detalle, ¿no? P: Está bien si, iremos a ver esa película. No te preocupes. Pedro para no entrar en conflictos, no expresa sus necesidades y cómo se siente.
  • Estilo de comunicación Agresivo. Las personas con este estilo, se comunican de manera dominante, exigente y con poca sensibilidad. Donde puede encontrarse manipulaciones y amenazas, haciendo sentir a la otra persona culpable. Se creen superiores, defienden sus derechos y usan el poder ya que sus deseos y necesidades son más importantes. Utilizan frases como “tú siempre…y tú nunca” para expresar descontento. Tienden a ser escandalosas a la hora de hablar, utilizando un tono alto de voz y muy expresivas y gesticulosas, tendiendo a señalar con el dedo para indicar dominancia. Estilo de comunicación por lo tanto disfuncional. EJEMPLO B: M: Pedro habíamos quedado hoy para ir al cine. ¿Otra vez te has quedado dormido? Siempre te pasa lo mismo. ¿No te importo? Estoy harta la verdad. P: María, lo siento. Me he quedado dormido…entregué un trabajo a última hora y necesitaba descansar. ¿Podemos ir este fin de semana? En este caso aquí María es poco sensible para expresar su enfado, recriminando y haciendo sentir a Pedro culpable. Donde también se observan amenazas.
  • Estilo de comunicación Pasivo- Agresivo. Este estilo de comunicación implica decir que sí cuando en realidad se quiere decir lo contrario. Es decir, su comunicación verbal destaca por no ir de acuerdo a las intenciones ni emociones de la persona, mostrando una imagen de pasividad y aceptación cuando interiormente no se siente de esa manera. Esto conlleva a que las personas que han desarrollado este tipo de comunicación, sean incapaces de hablar de manera directa sobre sus necesidades y sentimientos, por lo que recurren al sarcasmo y manipulación. Suelen tender a ser negativas y pesimistas. Este estilo es uno de los que más destacan, caracterizándose por no poder expresar sus sentimientos de manera directa y luego proyectar su impotencia en forma de crítica, de manera indirecta. Personas que no han aprendido una mejor forma de comunicarse. EJEMPLO B: P: María, lo siento. Me he quedado dormido…entregué un trabajo a última hora y necesitaba descansar. ¿Podemos ir este fin de semana al cine? M: Claro sí, miramos para el fin de semana y ¿Me invitas, ¿no? Venga, descansa (emoticono de un guiño). Siguiendo con el ejemplo anterior, la contestación de María es irónica además de no expresar sus emociones. Sintiéndose molesta con lo ocurrido y prefiriendo mostrar una aceptación a regañadientes.
  • Estilo de comunicación Asertivo. En este cuarto estilo de comunicación, la persona habla de una manera clara y directa, donde puede expresar sus necesidades, opiniones e ideas sin ofender a los demás. Por lo tanto, sería el estilo de comunicación ideal, promoviendo interacciones sociales sanas; disminuyendo, por lo tanto, las malas interpretaciones y conflictos. Utilizando un proceso de solución de problemas, llegando a unos acuerdos. Y es que el asertividad se caracteriza por el respeto a las ideas de los demás, implicando una escucha y aceptación de estas, aunque no se compartan. Las frases, por lo tanto, incluyen un mensaje YO, en lugar de acusaciones hacia los demás. De esta manera validamos lo que puede decir la otra persona, pero comunicando a la vez lo que necesitamos nosotros. Es por eso que el mensaje YO ha de ir acompañado de una entonación suave con una forma de expresión pausada y tranquila. Por lo tanto, es el estilo más indicado para expresar nuestros límites y por lo tanto ayudarnos a decir que NO. A continuación, teniendo en cuenta los ejemplos anteriores de estilos de comunicación disfuncional, se muestra como serian la respuesta desde un estilo asertivo. EJEMPLO B: P: María, lo siento. Me he quedado dormido…entregué un trabajo a última hora y necesitaba descansar. ¿Podemos ir este fin de semana al cine? M: Pedro no te preocupes, nos puede pasar a todos, además llevas mucha faena de la universidad estas últimas semanas. Pero me gustaría que supieras que a mí me sienta mal porque finalmente es el único día libre que tenemos a la semana y necesitaba despejarme. ¿Quieres que la próxima vez te recuerde de ponerte la alarma? También me gustaría saber si preferirías realizar otra actividad. Podríamos tomar algo cerca de tu casa la próxima vez y así te puedes organizar mejor, teniendo más tiempo y nos despejamos que nos irá bien. En esta situación María expresa cómo se ha sentido, estableciendo un acuerdo con Pedro para que no vuelva a ocurrir, comprendiendo la situación actual de su pareja y proporcionando alternativas que puedan ser beneficiosas para ambos.

 Técnicas que nos pueden ayudar a expresar límites

 Además de ser conscientes de los roles que podemos presentar y de los tipos de comunicación que pueden establecerse, hay diferentes técnicas que facilitarían la expresión de límites, teniendo en cuenta una comunicación asertiva. Recogiendo en este artículo, cuatro tipos diferentes:

  • Disco rayado: Consiste en poder repetir en diversas ocasiones el mensaje deseado, expresando nuestros límites y por lo tanto necesidades hasta que la otra persona sea consciente de ellas. Repitiendo nuestro discurso, conseguimos dar valor y claridad sin entrar en ambigüedades o confusiones que puedan dar paso a malas interpretaciones y por lo tanto riesgo a conflictos y a ceder en la propuesta o necesidad del otro: “Sí. Lo sé, pero mi punto de vista es x” “Estoy de acuerdo, pero mi visión es x”.
  • Acuerdo: Consistiría en no ceder ante la petición del otro. Se intenta negociar para llegar a una situación satisfactoria para las dos partes. Se utiliza sobre todo ante el enfrentamiento de posturas. Tenemos un ejemplo en el apartado anterior.
  • Aplazamiento, regla de las 24 horas: Consistiría en aplazar la respuesta hasta encontrarnos en calma y con capacidad de dar una respuesta adecuada, sin entrar en conflictos y en una comunicación no funcional. En relaciones de pareja existe la regla de 24-48 horas donde si hay un determinado tema que puede producir una mala gestión emocional; será importante aplazarlo para poder responder o conversar con tranquilidad. Comunicándoselo a la otra parte para que no espere en la incertidumbre ni sienta que le rechazas: “En estos momentos no quiero hablar de lo que ha ocurrido antes… ¿Podríamos esperar hasta la noche para comentarlo?”.
  • Banco de neblina: Consiste en no negar ninguna de las críticas que nos han hecho. Permitiendo aceptar opiniones, sentimientos de los demás, aunque no los compartamos. De esta manera no contraatacamos, escuchamos la crítica, la aceptamos, pero añadimos algún matiz: “Es verdad lo que dices, pero aun así deseo…” “Puede que tengas razón en lo que dices, pero…”

¿Te cuesta poner límites y saber decir no? ¿Crees que tienes una comunicación que no es adecuada para tratar depende qué situaciones? ¿Eres consciente del rol que puedes presentar y cómo te crea un malestar? ¿Tienes conflictos reiterantes con tu pareja y no sabes cómo gestionarlos de otra manera? ¿Te gustaría poder saber y poner en práctica estas técnicas y otras para recuperar tu bienestar? No dudes en ponerte en contacto con el equipo de Canvis para ayudarte en ello.

Bibliografía

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Rodriguez, L. (6 de Enero de 2022). ¿Por qué es tan importante aprender a poner límites). La mente es maravillosa. https://lamenteesmaravillosa.com/por-que-es-tan-importante-aprender-a-poner-limites/

Zuñiga, O. (14 de Julio de 2019). El valor de decir no (Asertividad). La mente es maravillosa. https://lamenteesmaravillosa.com/el-valor-de-decir-no/