En este artículo podrás saber en qué consiste el gaslighting: una manipulación psicológica muy sutil e invisible. Se trata de intentar que alguien dude de su razón o juicio hasta conseguir anular su criterio. Es común en relaciones de pareja y también aparece en relaciones de amistad, familiares o laborales.
¿Cómo decirlo: gaslighting o hacer luz de gas?
Actualmente parece que se están incorporado a nuestro lenguaje varios anglicismos (especialmente entre los más jóvenes) que describen diferentes tipos o patrones de conductas que se dan en las relaciones, habitualmente negativas. Algunos ejemplos serian el ghosting, pocketing o breadcrumbing.
El anglicismo gaslighting puede sustituirse por la construcción hacer luz de gas, recogido en el diccionario de la lengua española, con el sentido de ‘intentar que (alguien) dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones y recuerdos’.
¿En qué consiste el gaslighting?
Es muy difícil de detectar, puesto que es sutil e invisible. Se considera que la persona que la ejerce (habitualmente denominado gaslighter) lo hace de manera intencional para que la víctima dude de su propio criterio.
Se trata de manipular y engañar para conseguir controlar a la otra persona. En este sentido, una persona gaslighter utilizará todo tipo de recursos para hacer pensar a la víctima cosas variadas: desde que se comporta de manera absurda, ridícula o poco pertinente, que sus sentimientos, opiniones o percepciones son irreales hasta que está loca o que ha perdido el juicio.
Con este objetivo, se utiliza la negación, la mentira, uso de falsa información y especialmente, la descalificación de los sentimientos, percepciones y criterio de la víctima.
El gaslighting como forma de manipulación, representa un proceso en el que se desarrolla una secuencia de acciones que llegan a desgastar de manera progresiva, pudiendo llegar a generar consecuencias graves para la salud mental de la víctima.
¿De dónde proviene el término gaslighting?
El concepto proviene de una obra de teatro que se adaptó a película en el 1940 con el mismo nombre: ‘Gaslight’.
La película explica la historia de un hombre que manipula la realidad de su mujer para quedarse con su fortuna. Para esto, el marido le esconde objetos y provoca otros fenómenos extraños (como ruidos) haciéndole creer que ha sido ella la responsable o que lo está imaginando.
La acción más gráfica y que le da título a este tipo de conducta es que le atenúa la luz de gas de la casa (no tenían electricidad en la época). Cuando ella refiere notar más penumbra en el hogar, él le hace creer que la luz sigue siendo igual de intensa que antes y que son imaginaciones suyas. Después de un largo proceso de manipulación, la protagonista llega a creer que ha enloquecido completamente.
Una historia bastante cruel que refleja este tipo de manipulación en el ámbito de la pareja.
A finales de los años 60 y en el ámbito de la psiquiatría, se publica un estudio que adopta este concepto para ilustrar y profundizar en este tipo de manipulación.
En este estudio reunieron una serie de relatos y experiencias de familiares y parejas que han creído que tenían graves patologías psicológicas a raíz de estar relacionadas con una persona que les ha provocado esta experiencia mental.
¿Cómo aparece y se desarrolla? El lento proceso del gaslighting
El gaslighting va más allá de una o varias acciones, es un proceso que sucede lentamente. La base del proceso de manipulación es la mentira. Se repiten una y otra vez las mismas mentiras con el propósito de que su víctima al final las crea como verdaderas.
Las manipulaciones de un gaslighter acostumbran a volverse más complejas de manera progresiva
El objetivo final sería conseguir el control de la relación con una posición agresiva y a la vez, sutil.
Como en otros tipos de manipulación, se encadenan diferentes fases o niveles en el que la manipulación cada vez es más potente de manera progresiva. Por este motivo, cada vez resulta más difícil para la víctima ver la realidad o confiar en su propio criterio.
Aunque existe variabilidad entre las diferentes relaciones y estrategias de manipulación, suelen suceder diferentes fases en las que coinciden algunas de las acciones típicas del gaslighting.
Tanto en las fases iniciales como en otras más avanzadas, suelen suceder otras tácticas de manipulación que facilitan que el gaslighting tenga un efecto mayor.
El hecho de dividir el proceso en diferentes fases nos permite describirlo más detalladamente, aunque se asume que la realidad es mucho más compleja.
Posible fase previa: un inicio intenso
En ocasiones la relación con un gaslighter puede parecer comenzar muy bien incluso más bien de lo normal, ya que, en ocasiones, puede utilizar tácticas como el bombardeo de amor (love bombing), donde se admira a la víctima de manera muy intensa al poco de conocerse, como si se pretendiera generar una ‘sobredosis’ de amor. Tal actitud se utiliza para establecer confianza rápidamente y así facilitar la siguiente fase en la manipulación.
Aunque podría parecer que esta táctica se da únicamente en contextos de enamoramiento o intimidad, como en las relaciones de pareja, lo cierto es que también puede acontecer en relaciones de amistad, laborales, familiares o en otros ámbitos.
En resumen, esta fase se basa en la intención de influir en otra persona con demostraciones exageradas de atención y afecto para después intervenir más fácilmente con otras estrategias o acciones.
Primera fase: el cuestionamiento sutil
El gaslighter, persona que ejerce la manipulación, cuestiona mucho la experiencia de la víctima, dudando de lo que dice, lo que recuerda, lo que ha percibido o la interpretación a través de su propio criterio.
Parece que este cuestionamiento sea una preparación del terreno para después sembrar las dudas en la víctima. La generación de dudas e inseguridades en todo lo que dice se realiza a través de preguntas del estilo:
‘¿Estás segura?’ ‘¿Seguro que esto sucedió así?’
Segunda fase: generar la duda del propio criterio.
En esta fase más avanzada se genera una contradicción constante, con la intención de que la persona dude completamente de su propio criterio. Se califican las percepciones como exageradas, sobredimensionadas o irreales. Más allá de lo que dice, recuerda o piensa, puede cuestionarse también la manera de ser o personalidad de la persona. Un ejemplo podría ser calificar a la víctima como demasiado sensible, exagerada o con escasez de sentido del humor.
En este sentido, además de poner en duda el criterio personal también se devalúa la autoestima de la persona que recibe la manipulación.
Algunos ejemplos podrían ser comentarios del tipo:
‘Esto no ha sido así, es que eres muy sensible.’
‘¡Cómo va a ser así! Estás exagerando’
‘Siempre te imaginas cosas’
‘Te lo tomas todo muy a pecho, no tienes sentido del humor’.
Tercera fase: instalación de desconfianza e inseguridad.
En esta fase se pueden dar comentarios cada más agresivos u hostiles, que pueden llegar a incluir insultos o agresiones verbales explícitas. Por ejemplo:
‘Has enloquecido’
‘Se te va la cabeza’
‘Estás delirando’
En las dos primeras fases la víctima todavía cuestiona o duda sobre lo que está pasando. Una vez se está en fases más avanzadas, parece ser que es más difícil desmontar la manipulación infringida.
Después de las fases descritas la persona siente una fuerte inseguridad en lo que percibe, recuerda o piensa, de manera que cree más en el criterio del otro que en el de sí misma. A partir de aquí se genera un fuerte desequilibrio en la relación.
En esta fase la persona llega a sentir que no es válida y la persona manipuladora ejerce una relación de poder donde manda sobre la víctima, generando un círculo vicioso difícil de romper.
En esta fase suele haber una fuerte desestabilización de la víctima que puede manifestarse en diferentes síntomas y dolencias dependiendo de las características personales.
Consecuencias del gaslighting
Las personas que realizan el gaslighting pueden hacerlos con distintos propósitos, por ejemplo: para obtener poder sobre sus víctimas, con el deseo de controlar emocional, física o económicamente a su víctima o porque simplemente sienten disfrute por hacerlo.
Este tipo de violencia invisible puede generar un gran desequilibrio y malestar emocional en la víctima, puesto que minimiza sus vivencias o declaraciones y se rechazan eventos reales.
Los posibles efectos del gaslighting pueden abarcar varias esferas de la persona, como, por ejemplo:
- Dudas sobre la propia capacidad para percibir estímulos
La persona manipulada llega a dudar de lo que percibe, de lo que ve, de lo que oye, etc.
- Infravaloración de la propia memoria e inteligencia
Se intenta que la víctima tenga una visión fragmentada, con vacíos o lagunas sobre los hechos ocurridos, llegando a modificar sus propios recuerdos y la veracidad de estos.
Es frecuente que la persona piense que ha imaginado algunos sucesos o daños reales.
Además de la memoria, se intenta también que la víctima dude de su propia inteligencia o piense que esta es muy inferior.
Si la víctima llega a dudar de su memoria e inteligencia, no podrá exigir explicaciones o responsabilidades a la persona que ejerce la manipulación, puesta que esta siempre podrá escaparse diciendo, por ejemplo: ‘tu memoria no funciona bien’.
- Descenso de la autoestima y autopercepción
Como consecuencia de lo anteriormente citado, la persona siente que comete muchos errores y que sus capacidades están devaluadas, de manera que la percepción consigo mismo bajará y su autoestima resulta dañada progresivamente. Como consecuencia, la persona puede llegar a adoptar un rol sumiso. Además, la vivencia de miedo y preocupación puede llegar a ser constantes ocasionando un grave deterioro en la persona.
- Creencia de tener trastornos mentales
La poca fiabilidad de sus creencias y las dudas sobre sus capacidades puede llevar a la víctima a considerar que tiene algún trastorno mental que explicaría los errores o distorsiones. De este modo, la persona duda de su estabilidad interior y de su propia salud mental.
En resumen, la persona que sufre este tipo de manipulación puede sentirse confundida de sí misma, generando un malestar emocional profundo. Todo este malestar puede derivar en síntomas de ansiedad, depresión, desrealización o empeorarlos si los hubiera anteriormente.
¿Qué hacer ante el gaslighting?
El gaslighting constituye una forma de abuso casi imperceptible y sufrirlo de manera continuada puede generar graves consecuencias para la salud de la persona.
Por este motivo, es importante informarse para así detectar las alertas y hacerles frente.
En el caso que hayas sufrido o estés sufriendo este tipo de manipulación psicológica se recomienda solicitar ayuda.
Puede ser muy importante contar con ayuda psicológica para reforzar la autoestima y volver a confiar en las propias habilidades y capacidades.
Si tu o alguien de tu entorno percibe gaslighting puedes solicitar una primera sesión informativa en el Centro de Psicología Canvis, situado en Barcelona.
Contamos con un equipo de psicólogos que pueden ayudarte a hacer que te sientas mejor y ayudarte para hacer frente el gaslighting u otros tipos de manipulación psicológica.
Referencias bibliográficas
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Rodríguez-Carballeira, A. (2005). Un estudio comparativo de las estrategias de abuso psicológico: en pareja, en el lugar de trabajo y en grupos manipulativos. Anuario de Psicología.
Psicóloga residente en el Centro de Psicología Canvis
Grado de Psicología en la Universidad de Barcelona (UB)
Máster en Psicoterapia Integradora (Mensalus)
Máster en Psicología General Sanitaria (CUSE)