El embarazo supone un cambio muy importante en la vida de una mujer. Durante este proceso y el del nacimiento, la futura madre tendrá que hacer frente a nuevas demandas y adaptarse a una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales, que pueden convertirse en una sobrecarga difícil de manejar.

Que el embarazo genere malestar psicológico, es un tabú para muchas mujeres, ya que el proceso de gestación está idealizado por la sociedad como un momento que tiene que ser maravilloso para la mujer, que deberá sentirse plena y feliz gestando una vida en su interior.

Padecer malestar en silencio supone una doble carga para la gestante. Por ello es importante gestionar el estrés durante el embarazo, aceptarlo y ayudar a la mujer embarazada a manejar los sucesos estresantes a los que se ve sometida durante la gestación.

QUÉ ES EL ESTRÉS

Podemos considerar el estrés como el proceso que se pone en marcha cuando una persona percibe una situación o acontecimiento como amenazante o desbordante, teniendo en cuenta sus recursos.

El estrés puede tener distintas causas y no tienen por qué ser negativas o desagradables. A menudo está relacionado con cambios, por ejemplo, la preparación de una boda, un embarazo, un nacimiento o un cambio laboral o de domicilio, pueden ser situaciones deseadas y positivas, pero que generan estrés.

Un cierto nivel de nerviosismo y preocupación durante la gestación es bueno para mantenerse alerta y ocuparse de aquello que es necesario para el bienestar de la madre y el del bebé. Muchas mujeres van a experimentar preocupaciones, nervios y cierto nivel de estrés en algún momento de su embarazo.

El problema surge cuando el estrés afecta de una forma intensa y/o prolongada, acarreando un malestar significativo en la mujer. Ya que además del malestar que genera en la gestante, el estrés se considera un factor de riesgo durante el embarazo, ya que produce cortisol, una hormona que incide en el desarrollo del feto.

 

FACTORES RELACIONADOS CON EL ESTRÉS DURANTE EL EMBARAZO

El estudio Psicobiología del estrés prenatal realizado por Fátima Prieto ( 2016) en la Universidad Complutense de Madrid, describe los factores de riesgo que hacen más probable que las mujeres padezcan estrés prenatal a lo largo del período de gestación:

El embarazo en sí mismo como causa de estrés:

El embarazo es un proceso que puede generar sentimientos muy diferentes en las futuras madres, ya que por un lado aparecen sentimientos positivos como la alegría o el amor y por otro lado la incertidumbre, las preocupaciones, el miedo a posibles complicaciones y algunos cambios de humor que se experimentan, pueden generar malestar.

Además de los cambios de humor, la gestante experimenta importantes cambios físicos en casi todo el cuerpo (sistema digestivo, urinario, hormonal, circulatorio, etc.) que también pueden ser causa de estrés.

Otro factor muy importante es el deseo de ser madre, ya que los embarazos no deseados pueden generar mucha insatisfacción, estrés o depresión. Por ello es muy importante que la mujer pueda decidir sobre su gestación y se sienta apoyada sea cual sea su decisión.

 

Factores psicosociales

Existen ciertas circunstancias que pueden ser fuentes de estrés en las mujeres embarazadas:

1- Dificultades para conciliar embarazo y vida laboral: tanto el periodo de gestación como la crianza del bebé exigen cuidados, tiempo y recursos, que muchas veces son difíciles de compatibilizar con la vida laboral.

2- Situación de desempleo: la crisis económica de los últimos años unida al momento actual de crisis mundial debido a la pandemia generada por el coronavirus, supone un problema para las mujeres embarazadas en situación de desempleo, ya que la gestación y la crianza dificultan la posibilidad de encontrar un trabajo y la falta de recursos económicos es una fuente de preocupación para la gestante. Evidentemente, la situación de exclusión social favorece la aparición de estrés durante el embarazo.

3-Apoyo social: sentirse apoyada y acompañada es un factor clave contra el estrés. Especialmente importante es la relación de pareja, ya que una relación basada en la seguridad, la coordinación, la colaboración y la comunicación positiva es un factor protector contra el estrés, mientras que una mala relación puede convertirse en un estresor en si misma.

Las mujeres que han emigrado desde su país de origen también pueden ser vulnerables a la hora de padecer estrés durante el embarazo, debido a las dificultades que supone adaptarse a un nuevo lugar o idioma, lejos de la red social habitual.

Edad: aunque la edad en sí misma no es un predictor fiable de estrés durante el embarazo, quedarse embarazada a una temprana edad (antes de los 25 años) puede ser estresante si se relaciona con los factores que hemos mencionado anteriormente: problemas económicos o escaso apoyo social.

Por otro lado, la edad avanzada puede suponer el diagnóstico de embarazo de alto riesgo lo que podría actuar como un estresor potencial ante la incertidumbre que genera durante los 9 meses de embarazo.

-Las complicaciones obstétricas, independientemente de la edad de la gestante, pueden convertirse en factores de estrés. Actualmente, es importante tener en cuenta el estrés que generan las complicaciones obstétricas, ya que los casos de mujeres con historiales de infertilidad, en las que se consigue el embarazo tras procesos largos y costosos de reproducción asistida y también con historiales de abortos recurrentes, son casos que están aumentando en los últimos años dados los avances de la ciencia y que tienen como consecuencia embarazos de riesgo con un alto estrés y por ello también el riesgo de nuevos abortos o procesos infructuosos.

 

Factores cognitivos:

Es importante tener en cuenta la valoración que hace la mujer sobre la gestación y el deseo de estar embarazada y la valoración sobre los propios recursos para afrontar el embarazo y la crianza. La primera valoración que se realiza es si el hecho de tener un hijo es positivo o negativo para su vida.

La valoración también dependerá de otros factores como la economía, el trabajo, la vivienda, los sucesos vitales, el apoyo recibido y la personalidad. Y del momento temporal en el que se encuentre la gestación, ya que una mujer puede afrontar de manera eficaz el malestar físico y las náuseas o vómitos del primer trimestre y no soportar el dolor lumbar al final del embarazo.

Las principales preocupaciones de las mujeres embarazadas hacen referencia a pensamientos sobre el correcto desarrollo del bebé, el parto, los recursos económicos y la posibilidad de aborto involuntario.

 

Factores conductuales:

Desde el inicio del embarazo las constantes visitas médicas, junto a las nuevas pautas que se suelen recomendar a las embarazadas en relación a la adquisición de hábitos saludables, hacen que gran parte de la vida de la mujer se vea condicionada por la circunstancia del embarazo, pudiendo provocar estados de ansiedad, preocupación o estrés.

En cuanto al consumo de sustancias, el tabaco y el alcohol pueden convertirse en una estrategia de afrontamiento y su prohibición puede aumentar el estrés prenatal. Pero debido a que ambas sustancias son nocivas para el feto, dejar de fumar o beber alcohol se consideran actividades saludables y no perjudiciales por los problemas de ansiedad que pueden provocar.

A veces, durante la gestación, se desarrollan otro tipo de conductas que también pueden resultar adictivas como las consultas repetidas al médico parar verificar que todo va bien. Es importante detectar estos comportamientos ya que más que una solución, pueden ser una señal indicadora de la ansiedad que genera el estrés gestacional.

 

Factores de personalidad: el nivel de resiliencia psicológica de cada persona es un factor clave. La resiliencia es la capacidad que tiene una persona para superar y adaptarse positivamente a las circunstancias adversas o traumáticas. Ser creativo ante las circunstancias adversas, saber expresar los sentimientos desagradables y saber pedir ayuda, reconocer el contexto que se vive, saber vivir el presente, son cualidades que ayudan a no perder la sensación de control y por lo tanto mitigar la ansiedad que aparece ante situaciones estresantes.

 

CÓMO AFRONTAR EL ESTRÉS DURANTE EL EMBARAZO:

¿Qué podemos hacer en estas circunstancias para sentirnos mejor y prevenir futuros problemas relacionados con el estrés?

Desahogarnos: compartir nuestras preocupaciones con familiares y/o amigos.

Expresar nuestros sentimientos: tanto los positivos (alegría, deseos, etc.) como los negativos (miedos, tristeza, etc.). Los cambios hormonales producidos por el embarazo, a menudo, generan cambios emocionales y es normal que tengamos más ganas de llorar, que sintamos rabia, miedo, o también que sintamos momentos de gran felicidad y ganas de reír.

Pedir ayuda o apoyo: especialmente a nuestra pareja o personas de confianza, cuando lo necesitemos o sintamos que la situación nos resulta desbordante.

Aceptación: rendirse a la realidad y aceptar lo que nos va sucediendo, tanto las cosas buenas como la parte más negativa o desagradable del embarazo, como pueden ser los vómitos, el cansancio, los dolores lumbares, la hinchazón etc. La aceptación implica asumir los problemas para poder responsabilizarnos y buscar una solución, en lugar de tratar de evitarlos o negarlos. Aceptar que sentimos estrés es el primer paso para poderlo tratar.

Reinterpretación positiva: buscar el lado positivo o la solución: por ejemplo, si tenemos náuseas o ganas de vomitar durante los primeros meses, recordarnos que es un estado temporal y acordarnos de llevar una bolsa encima que nos tranquilice si empezamos a sentir náuseas en un lugar público, en lugar de focalizar la atención en el malestar y la queja.

Ocuparnos de las cosas que realmente podemos solucionar: cuando aparece una preocupación, valorar si podemos hacer algo parar ocuparnos del tema o no, y en caso afirmativo centrarnos en cómo lo podemos solucionar para que se resuelva y se reduzca nuestro estrés.

Pedir apoyo al personal sanitario. Como por ejemplo al personal médico, enfermeras, comadronas o profesionales de la psicología.

 

El estrés intenso o prolongado puede conducir a múltiples problemas de salud físicos y/o mentales que pueden afectar a la mujer gestante y al futuro bebé ya que supone una desregulación psicobiológica que puede provocar desajustes en muchos sistemas biológicos y un enorme desgaste a nivel mental, además de asociarse a estados ansiosos y depresivos. Por ello, es importante aprender a gestionar el estrés prenatal y reducir los niveles de ansiedad y/o estados depresivos que éste pueda generar:

El artículo publicado por la agencia SINC Servicio de Información y Noticias Científicas: “Musicoterapia como método para reducir la ansiedad en embarazadas”, afirma que “científicos de la Universidad de Almería han comprobado por primera vez que los niveles de ansiedad en gestantes disminuyen cuando escuchan música instrumental. Cuando la la embarazada está relajada pasa sangre con más cantidad de oxígeno al bebé a través del cordón umbilical.”

La recomendación de actividad física durante la gestación es un aspecto destacado en la actualidad. Otro artículo también publicado por la agencia SINC habla de ello: “Confirmado: hacer ejercicio durante el embarazo es bueno para el feto y la madre”: “investigadores españoles han aclarado las dudas sobre la actividad física recomendable durante la gestación. Su trabajo destaca que el ejercicio debe ser realizado no solo por mujeres sanas previamente activas, sino que es un buen momento para iniciarse en un estilo saludable. Las ventajas son claras tanto para el feto como para la madre. De acuerdo con las recomendaciones del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, la nueva investigación enfatiza las pautas de actividad física que ha demostrado ser más beneficiosa durante este periodo, así como los ejercicios que deben evitar ya que podrían suponer un riesgo para el feto. La actividad física puede iniciarse en la semana nueve de gestación y prolongarse hasta la semana 39. La combinación de trabajo aeróbico y de fuerza de intensidad moderada se asocia con beneficios fisiológicos. Mientras que modalidades como el pilates o el yoga, se asocian con mejoras en la salud mental y la reducción del dolor” (Verónica Fuentes, 2017).

Por lo tanto, actividades como el pilates o el yoga pueden estar indicadas en los casos de mujeres gestantes que padecen estrés prenatal u otros problemas psicológicos.

Una dieta equilibrada y variada no sólo favorece la salud de madre y bebé durante la gestación sino también el desarrollo del sentido del gusto en el feto minimizando la neofobia durante la introducción de la alimentación complementada según investigaciones realizadas por la Dra. Mennella relacionadas con el aprendizaje prenatal del gusto.

 

En el centro de Psicología Canvis de Barcelona, Yolanda Salvatierra, psicóloga experta en el cuidado emocional de la mujer gestante, así como experta en salud emocional en la primera infancia, te proporcionará el apoyo y acompañamiento que necesitas para poder afrontar el estrés que sientes durante el embarazo, proporcionándote estrategias para que el proceso que estás viviendo sea lo más satisfactorio posible. La intervención de los aspectos psicológicos, la información y la educación maternal por parte de profesionales sanitarios puede favorecer la salud mental durante el proceso de gestación. No es necesario esperar a experimentar niveles elevados de malestar ya que la intervención temprana facilitará el proceso de bienestar. El embarazo es un buen momento para cuidarse y una de las formas que tenemos para ello es dejarnos acompañar y cuidar.