Tener un hijo supone una oportunidad para crecer a nivel personal y como pareja. La preparación para recibir a un nuevo miembro en la familia forma parte de la historia que contaremos a nuestros hijos sobre cómo llegaron al mundo.

Con la reproducción asistida, surgen nuevos significados asociados a la (p)maternidad, el embarazo y la crianza. El camino es largo y demandante. Como sociedad, nos impulsa un mandato muy arraigado que es el de tener hijos, reproducirnos, dejar un legado. Esperamos conseguir un embarazo de manera natural y sin ayuda, porque confiamos en que nuestra fertilidad es algo que nos viene dado. Lo esperable, partiendo de esta idea, es que el embarazo sea un “dicho y hecho”, y que nada más que nuestro material genético (y el de nuestra pareja) intervenga en el proceso.

Pero la realidad es que cada vez más parejas y personas solas acuden a la reproducción asistida para tener hijos, después de una reflexión profunda sobre su deseo de ser madres y padres. La donación de óvulos y de esperma, de embriones, inclusive la gestación subrogada, se convierten en métodos cada vez más recurridos para traer un bebé al mundo.

DESPUÉS DE LA BETAESPERA POSITIVA

Pero, ¿qué ocurre cuando, después de un largo camino y de toda una montaña rusa emocional, se consigue el tan ansiado embarazo?

Puede que alcanzar algo que deseamos con todas nuestras fuerzas no nos traiga la ilusión que esperamos. Muchas veces, cuando conseguimos un objetivo en el que hemos depositado tantas expectativas, se destapan otras “tareas” que habían quedado en segundo plano y que habíamos estado evitando. De repente, un deseo hecho realidad se convierte en una mochila cargada de incertidumbre y de decisiones encadenadas que aún están por tomar.

Es en este momento cuando la idea de contar a vuestro hijo cómo fue concebido empieza a tomar más fuerza. ¿Cómo y cuándo se lo cuento? ¿Espero a que crezca un poco o se lo cuento desde el principio? ¿Me verá de otra manera después de decírselo?

ANTES DE CONTARLO: ALGUNOS PASOS PREVIOS

Ante todo, es muy importante que la decisión de contar los orígenes al niño venga después de haber hecho un trabajo personal profundo, tanto en la pareja como individualmente. ¿Qué queremos decir con esto?

Nos referimos a mirar de frente a nuestras propias creencias sobre la familia. El modelo familiar convencional (mamá, papá e hijos biológicos) es el que está más aceptado socialmente, pero no significa que sea el único ni el mejor. La reproducción asistida se mueve en la base de nuestra sociedad, que es la familia, y extiende su significado a otras experiencias hasta ahora poco conocidas. ¿Cómo no iba a implicar romper con todas las creencias que tenemos?

Por eso, es fundamental que este camino lo empecéis íntegros, en lugar de ir juntando sobre la marcha los pedacitos que se os vayan cayendo. Desde el centro Canvis os recomendamos estos pasos previos que os ayudarán a sostener vuestra decisión de revelar los orígenes:

  • Dejad espacio para las preocupaciones. El temor y las dudas son normales en un proceso de reproducción asistida, ya que supone ver la (p)maternidad de otra manera, y con ella también aparecen nuevas formas de vivir el embarazo y la crianza. Es un camino que, aunque es cada vez más común, se sale de lo convencional, de lo que nos han enseñado toda la vida sobre cómo ser padres.
  • Mejor en compañía. Es un buen momento para valorar quién os acompaña en este proceso: amigos, pareja, familiares… todo el apoyo que tengáis será un pilar fundamental en vuestra salud mental y en el desarrollo del vínculo con vuestro hijo. Las comunidades de apoyo, por ejemplo, son un gran recurso en el que podréis encontrar a parejas que están en el mismo punto que vosotros. Aquí os dejamos el enlace al Grupo de Apoyo Hello, una de las comunidades más grandes de apoyo a pacientes de reproducción asistida. (https://www.grupodeapoyohello.com/
  • Personalizar o despersonalizar al/la donante. ¿Qué lugar ocupará la persona que os ha donado su material genético? En los cuentos infantiles se habla de “semillas” y “polvo de hadas” para referirse a los gametos donados. Cuando el niño crezca y vaya adquiriendo capacidad para simbolizar y asociar, entenderá que este material proviene de otra persona que decidió donarlo y tendréis que mantener la misma versión de la historia, adaptada a su momento evolutivo.
  • Papel de la clínica y del equipo médico. Ocurre lo mismo que con la persona donante. ¿Qué importancia queréis darle a la clínica? Todos los participantes que han hecho posible la llegada de vuestro hijo tienen un lugar en la historia: el que vosotros le queráis dar. Con eso no nos referimos a que le deis protagonismo a todos, sino a que el papel que cumpla cada uno de ellos sea coherente desde el principio. Esto evitará que, con el tiempo, aparezcan “contradicciones” en la historia que confundan al niño.
  • Contarlo es un proceso, no una sola conversación. Y es un proceso que empieza con vosotros desde el momento en que decidís contarlo. Si la crianza es un vínculo que se alimenta a diario, ¿por qué iba a ser diferente con el tema de los orígenes? No se trata de entregar al niño una información con la que no nos queremos enfrentar, para que luego él la procese como pueda. Se trata de entregársela ya “pulida”, con afecto y con seguridad, pues luego será esa seguridad y ese afecto los que le transmitiréis. Por esta razón insistimos tanto en que los orígenes no deben limitarse a una sola conversación, sino que son un trabajo que, una vez empezado, hay que sostener y cuidar a diario.

CÓMO REVELAR LOS ORÍGENES: 3 ESTRATEGIAS PARA COMUNICAR CUIDANDO

Después de conocer la importancia que tiene el trabajo previo en pareja en relación con los orígenes del hijo, ha llegado el momento de compartiros tres estrategias que os faciliten la comunicación. Es importante que tengáis muy presentes los pasos previos que hemos mencionado, así que os animamos a leerlos con calma y reflexionarlos antes de pasar a contar los orígenes.

Primera estrategia: el abrazo emocional

El contenido de lo que contamos es tan importante como la forma de contarlo. Esta estrategia pretende ayudaros a que vuestra manera de comunicar sea respetuosa y desde el cariño, ya que, de esta forma, crearéis un clima emocional positivo que favorezca un ajuste psicológico adecuado en vuestro hijo. Comunicar desde un clima emocional positivo quiere decir tratar el tema con naturalidad, como si fuera una conversación abierta y honesta sobre la manera en que vuestro hijo vino al mundo.

En el estudio de Kranstruber, Warner y Rittenour (2016) sobre la comunicación de los orígenes, se muestra que la apertura en la comunicación es el factor que más influye en una integración emocional adecuada por parte del niño o niña, así como en la calidad de la relación entre padres e hijos.

Una comunicación abierta recoge los sentimientos y los mensajes más difíciles de expresar. Para ayudaros a transformar el tema de los orígenes en un contenido espontáneo y natural, os proponemos un ejercicio al que hemos llamado “el abrazo emocional”, basado en las tres características de una comunicación abierta: sensibilidad, calidez y nivel de apoyo.

Este ejercicio lo podéis hacer tanto en pareja como en solitario.

Para empezar, os vamos a pedir que recordéis un encuentro o una conversación especialmente cariñosa, una que os haya dejado con muy buen sabor de boca después de hablar con esa persona.

Con este ejemplo en mente, pasaremos a construir el abrazo emocional de la conversación, basándonos en las características de la comunicación abierta que hemos mencionado antes. Tómate unos minutos para recrear ese momento y rellena las 3 características con los detalles de ese encuentro que consideres importantes:

  • Sensibilidad: comentarios, gestos y reacciones por tu parte que la otra persona percibe, emociones que te genera el encuentro con ella (¿qué te transmite? ¿cómo te sientes tú? ¿la otra persona se interesa en algún momento por estas emociones?)
  • Calidez: muestras de cariño e interés por parte de ti y de la otra persona (verbales y no verbales): tono de voz, palabras que utiliza, acercamiento físico, sonrisas …
  • Nivel de apoyo: ¿cómo sientes vuestra relación después de ese encuentro? ¿tienes la sensación de que ha valido la pena? ¿sientes que valora lo que le has contado? ¿Le has confiado cosas muy personales y te sientes tranquil@ o intranquil@ por eso? ¿Por qué?

Dedicad unos minutos a registrar estos detalles. Tener un modelo de comunicación abierta, que os transmita confianza y seguridad, es el primer paso para que vosotros mismos podáis construir ese tipo de comunicación con vuestro hijo. Más adelante, podéis trasladar estas características que habéis preparado en esta tabla a esa conversación sobre los orígenes que tendréis con él.

Segunda estrategia: el genograma afectivo

Seguro que alguna vez os habéis planteado dibujar vuestro propio árbol genealógico. Este árbol (genograma) representa mucho más que una conexión biológica entre los miembros de una familia, y eso es lo que os animamos a descubrir.

Nuestra sugerencia es que lo preparéis como si fuera un rato de manualidades con vuestro hijo o hija. Para eso, reunid materiales de papelería como cartulinas, rotuladores, ceras de colores, papel de periódico, recortes de fotos…

Para empezar a dibujar el genograma, recomendamos que le deis rienda suelta a vuestra creatividad: jugad con las posiciones de los miembros (mamá, papá, hijo…), con las líneas que los conectan, con los ángulos, y todo lo que se os ocurra.

Se trata de crear nuevas formas de dibujar un genograma. Las siguientes reflexiones os ayudarán a plantearlo de otra manera:

  • ¿Cómo empezáis a explicarle al niño lo que es un genograma?
  • ¿Qué materiales escogéis para crearlo y por qué?
  • ¿Quién dice que tengamos que conectar a todos los miembros de un árbol con una línea recta? ¿De qué otra forma podemos conectarlos?
  • ¿Con qué materiales podemos dibujar esa conexión?
  • ¿Qué significa para el niño esa conexión?
  • ¿Cómo se transmite el amor dentro de la familia? ¿Cómo se os ocurre que se puede dibujar este cariño que se transmite?

Es un ejercicio para toda la familia, ideal para que todos participen y aporten nuevas formas de dibujarlo. Os animamos a conservar vuestro nuevo árbol con los materiales que habéis utilizado y colgarlo en algún lugar de la casa.

Nos encantará ver vuestras creaciones, así que no dudéis en compartirlas en nuestras redes sociales.

Línea de vida

La línea de vida es una técnica que sirve para representar los momentos más importantes y representativos de nuestra vida, tanto los negativos como los positivos. La línea permite plasmar la historia de vida de manera libre, usando tanto dibujos como texto. No hay un formato específico sobre cómo debería dibujarse, así que parte del ejercicio consiste en dar rienda suelta a vuestra creatividad.

Solo el hecho de dibujarla es ya un ejercicio terapéutico en sí mismo. Eso sí, la historia que esperamos dibujar es la de vuestro hijo, así que necesitará que le ayudéis y que estéis presentes durante la creación.

¿Cómo empezamos a dibujar una línea de vida?

En primer lugar, reunid una caja con materiales que tengáis por casa (fotografías, telas, hilos, cartulinas, colores, texturas, etc). Cuando lo tengáis, entregadle la caja a vuestro hijo y decidle que la caja lleva su nombre y que vais a dibujar la historia de su vida.

Poned sobre la mesa o el suelo la base que usaréis para crearla (cartulinas o papel) y sacad de la caja todos los materiales que habéis reunido. A partir de ese momento, ayudad a vuestro hijo a seleccionar los que más le gusten, teniendo en cuenta que servirán para contar su historia. Algunas pautas que sugerimos para dinamizar el ejercicio:

  • Establecer el inicio de la historia. ¿Empieza a partir del parto? ¿De la concepción? ¿De la intención de tener un hijo?
  • Cosas que hacía cuando era un bebé
  • Primeras palabras, primeros pasos, primer día de cole, primeros amigos…
  • Cosas que ha aprendido a hacer solo
  • Lugares visitados, viajes
  • Momentos de enfado, alegría, tristeza, temor…

Acompañad la creatividad del niño y permitid que haga preguntas, que explore y se divierta. ¡Y vosotros también!

Esperamos que estas técnicas os ayuden a comunicar los orígenes de manera respetuosa y adaptada a las necesidades de vuestro hijo. En el centro de psicología Canvis acompañamos a padres y madres que han decidido acogerse a un método de reproducción asistida, apoyando en las dificultades que conlleva la paternidad. Nuestro equipo de terapeutas ayuda a transitar esta etapa de vital importancia para formar unos vínculos sanos entre padres e hijos, así como a entrenar en habilidades de comunicación en el interior de la familia.