Ay el amor… Las relaciones de pareja son un espejo perfecto en el que reflejar qué tipo de apego tenemos. ¿Has oído hablar de los diferentes modelos de apego? Pues si los quieres conocer y entender mejor cómo funcionas en las relaciones con los demás, ¡este artículo es para ti!

El estilo de apego es algo personal y es un conjunto de conductas y sentimientos que determinan nuestra manera de actuar, de comunicarnos con el otro y de expresar nuestras emociones. Además, ¿sabías que tu estilo de apego determina en gran medida la elección de tus parejas y la dinámica que se establecerá con estas?

¿Entonces, cómo se forma este apego? Pues este, esta constituido, por diversas variables como: los rasgos de la personalidad de cada uno, el entorno, pero, sobre todo, el apego o relación que se estableció a temprana edad con nuestros padres.

El psicoanalista John Bowlby, creó una teoría para poder explicar mejor los diferentes tipos de apego y terminó por concluir que hay ciertas características de apego que son más saludables que otras. Para entender esto, primero tenemos que profundizar mejor en: ¿qué queremos decir con “apego”?

El apego, es un vínculo afectivo más o menos estable que tiene diferentes niveles de intensidad y es posible desarrollarlo tanto hacia algunos objetos como hacia otras personas. De este modo, en la pareja, el apego se puede vislumbrar dentro de la relación que se produce entre ambas personas.

Tal y como hemos mencionado, el apego se forma en las primeras etapas evolutivas, durante la niñez, ya que el primer vínculo de apego que formamos es con nuestros progenitores o cuidadores. Así, cabe destacar que el apego hace referencia a la sensación de seguridad y protección que tiene el niño en su entorno y ante las potenciales amenazas que pueden aparecer en su vida.

Resulta de gran importancia poder formar un vínculo seguro, porque esto nos permitirá poder establecer otros vínculos en el futuro con otras personas. Es por ello que es tan determinante saber qué vínculo formamos con nuestros padres o cuidadores en la infancia, ya que ese primer vínculo nos sirve como modelo para construir los futuros lazos con los demás y, en este sentido, con nuestra futura pareja.

Entonces ¿Qué tipos de apego hay y cómo influyen en la pareja?

El apego ansioso, inseguro o ambivalente

En la pareja, este apego se va a manifestar en forma de:

  • Necesidad constante de recibir muestras de afecto. Estas personas demandan constantemente atención y cariño para sentirse queridas.
  • Se muestran, tal y como se define este apego, inseguras en las relaciones que establecen.
  • Hay casos en los que incluso ven las relaciones sexuales como una prueba de “propiedad”, más que un acto que se realiza desde un cariño sincero.
  • Sobrepiensan mucho las cosas y tienen una tendencia paranoica de ver lo que sucede en la relación, es decir, se preocupan por detalles sin importancia e imaginan que hay problemas, que ya no les quieren, que les van a abandonar, etc.
  • Son personas con un humor muy cambiante. En un momento pueden demostrarte todo su amor y hacerte sentir lo mejor de su vida, igual que, en otro momento, pueden estar completamente distantes y apáticos.
  • Utilizan la manipulación emocional como herramienta principal. Hacen uso de chantaje, recurren al victimismo, a los ultimátum, con tal de conseguir lo que ellos quieren.

Por ejemplo, has quedado con tus amigos a cenar, aún no has llegado al lugar y recibes varios mensajes de tu pareja. Quizás a tu pareja, en su momento, le pareció bien la idea de que pasaras tiempo con tus amigos, pero te acabas de marchar y ya puedes sentir su preocupación creciente. Te comienza a preguntar con quién vas, si la echarás de menos, si no era mejor idea quedarse en casa, que esos amigos son una mala influencia… y poco a poco te transmite su propio miedo y desconfianza.

¿Te resulta familiar? Si no te ha pasado a ti, seguro que conoces a alguien a quien sí.

A este estilo de apego también se le conoce como apego ambivalente debido, justamente a esta muestra cambiante de emociones ya que, por un lado, necesitan constantes muestras de amor y, por otro, no terminan de confiar en esas muestras que se le dan, sintiéndose constantemente inseguros por miedo al abandono.

Apego distante o evitativo

Las características generales de este tipo de apego son:

  • Les suele resultar difícil comprender los sentimientos o demandas de su pareja y, no es que no tengan sentimientos, sino que prefieren reprimirlos.
  • Necesitan tener mayor espacio para ellos, tanto a nivel físico como personal, por lo que, si sienten que invades su espacio o les das demasiado cariño, suelen molestarse porque se sienten saturados, invadidas e incomprendidos.
  • Normalmente escogen la soledad y es por ello que suelen evitar el compromiso, ya que eso supone cierta renuncia a su libertad. Algunos de estos perfiles prefieren relaciones menos serias y más esporádicas.
  • En el fondo, suelen sentirse poco queridos e infravalorados. Estas características de su manera de ser reflejan ese tipo de apego evitativo que establecieron con sus padres. Probablemente podría tratarse de una persona en cuya familia no se ha hablado mucho de las emociones, no se comunican y resuelven correctamente los problemas o, por ejemplo, se educa en base a tópicos referentes a que la muestra de sentimientos es signo de debilidad.

Así, las personas con este tipo de apego no necesitan cercanía, sino que, por contrario, suelen tratar de buscar más su espacio para sentirse cómodos.

Además, les cuesta conectar con sus emociones, por lo que no suelen hablar o expresar con facilidad las suyas. De hecho, si se da una situación en la que su compañero le muestra todo lo que siente, suelen sentirse demasiado abrumados y huyen del compromiso.

Aún así, esto no significan que no tengan sentimientos, que nos quieran menos o que no nos quieran, sino que tienen una manera diferente de hacerlo.

Lo que ocurre es que la frialdad emocional, la distancia y la poca necesidad de establecer un vínculo afectivo con más muestras de cariño puede llegar a dañar una relación, ya que el compañero puede sentirse poco querido si no entiende este tipo de apego.

Apego seguro

Este representa el tipo de apego más sano.

  • Son personas que tienen mayores niveles de estabilidad afectiva y transitan con mayor facilidad las emociones.
  • Suelen presentar niveles más altos de empatía y de escucha, por lo que no suele resultar muy complicado que se establezca una buena comunicación y una sensación de estabilidad junto a esa persona.
  • -Entienden y respetan las diferencias que pueda haber entre ellos y no las ven como una amenaza para la relación o para la propia autoestima.
  • Suelen ser confiadas, por lo tanto, normalmente no muestran esos celos que denota un apego inseguro y no tratan de controlar a su pareja.

Por ejemplo, este estilo de apego se encuentra en personas que necesitan su espacio y entienden que su compañero también lo quiera. Aún así, les gusta pasar tiempo con su pareja y tienen un mayor nivel de compromiso en cuando a elaborar proyectos de futuro en común.

De este modo, llegan a acuerdos, escuchando a su pareja, comunicando las preocupaciones desde el respeto y trabajando conjuntamente con tal de llegar a mejores consensos (sin necesidad de manipular al otro).

Apego desorganizado

  • El resultado de este apego es la combinación entre el apego ansioso y el apego evitativo.
  • Este tipo de apego se presenta de manera distinta si se trata de un niño o de un adulto.
  • El niño, expresa conductas que resultan contradictorias y fuera de lugar y, normalmente esto se presenta en niños que han vivido situaciones de negligencia, maltrato o abandono por parte de sus progenitores o cuidadores.
  • En estos casos, los niños sufren mucho y pierden la confianza en el otro, habiendo así, situaciones en las que el vínculo no se ha podido formar o, si lo ha hecho, ha sido de una manera muy débil.
  • En caso de personas adultas, se pueden ver comportamientos impulsivos, reacciones explosivas y una complejidad importante a la hora de tratar de comunicarse con los demás.
  • Estos perfiles también suelen evitar la intimidad, no expresan sus emociones positivas, pero sí que le dan un mayor peso a las emociones negativas.
  • Se les ve frustrados, con dificultades de control de ira y, aunque suelen rechazar las relaciones más cercanas, en el fondo anhelan ser queridos y apreciados.

En general, para poner un ejemplo más claro, cuando la figura del cuidador que es la persona que te protege, te enseña a interpretar el mundo, te proporciona seguridad… no cumple con esa función, las consecuencias a nivel conductual y emocional pueden resultar muy nocivas.

Los niños aprenden por observación y la interacción con los padres es una guía para comprender lo que debería o no ser socialmente aceptable. De este modo,  haber pasado por situaciones de maltrato puede conducir al aprendizaje de conductas negativas y, por consiguiente, su reproducción.

Asimismo, las personas que han presentado este estilo de apego durante la etapa infantil, tienen mayor riesgo de desarrollar conducta antisocial en el futuro.

Entonces, ¿Qué nos dicen los estilos de apego?

El tipo de apego que tengamos, es un indicador muy claro del nivel de bienestar psicológico, emocional y espiritual que experimentamos las personas en la interacción con los demás, tanto en el ámbito social como el sentimental.

De este modo, tal y como hemos mencionado, aunque el apego seguro represente ese tipo de vínculo más equilibrado y sano, es bastante complejo poderlo observar de una manera total y absoluta. Normalmente, en los diferentes estilos de apego suele sobresalir uno por encima de los demás, pero también puede haber pinceladas de ciertos rasgos que identifiquemos dentro de otros estilos.

Es por ello que es tan importante trabajar en el autoconocimiento y la autoconciencia interior, sobre todo en cuanto a nuestros miedos, emociones y las preocupaciones que pueden nacer dentro de la pareja, con tal de entender cómo nos sentimos, cómo se siente el otro y poder ajustar nuestra respuesta para favorecer el vínculo creado con nuestra pareja.

Seguramente algún lector se esté preguntando: si el vínculo se ha establecido en la infancia, ¿se puede cambiar el tipo de apego?

¿Es posible modificar nuestro estilo de apego?

Tal y como hemos dicho, nuestra tendencia de comportamiento se forma a través de las interacciones que tenemos con nuestros cuidadores en nuestra infancia, pero, por suerte, somos dueños de nuestra vida y nuestro comportamiento no tiene por qué regirse por el modelo que recibimos de pequeños. Si así fuera, implicaría que no podemos cambiar y, en ese caso, ¡los psicólogos no tendríamos trabajo!

Así que sí, es posible cambiar, romper con los patrones familiares y mejorar nuestras relaciones, pero para poder hacerlo necesitamos conocer bien las características de los diferentes modelos de apego.

En este sentido, la pareja puede ser esa persona que nos ayude a identificar qué tipo de apego tenemos y a ayudarse el uno al otro a forjar un vínculo sano y duradero.

En el centro Canvis realizamos terapias de pareja y terapia individual. En caso de que sientas que necesitas apoyo externo, puedes contactar con nosotros para reservar tu primera sesión gratuita.

Bibliografia

García, T. (2020). Formas de amar: El apego y las relaciones de pareja. Latercera.

Sabater, V. (2022). Tipos de apego en la pareja: ¿De qué modo te aman?. Mejor con salud.