Pautas para acompañar en el proceso de duelo en la infancia. La ayuda que necesitas para apoyar a tus pequeños en momentos difíciles.

Qué es el duelo y porque es tan complicado afrontarlo

El duelo es el proceso en el cuál debemos adaptarnos después de haber vivido una pérdida. Se trata de una experiencia dolorosa que todos enfrentaremos en algún momento de nuestras vidas. El duelo puede hacer referencia a varias vivencias de pérdida, en este artículo nos centraremos en la experiencia de duelo por muerte.

Pero, ¿qué sucede cuando los niños tienen que lidiar con la pérdida de un ser querido?  Hablar de la muerte y la pérdida en la infancia se vuelvo complejo para muchos adultos puesto que implica hablar de sufrimiento.

Se tiende a mitificar el sufrimiento y pensar que las criaturas no se dan cuenta de los acontecimientos, que su sufrimiento es más leve. Estos mitos refuerzan el hecho de evitar afrontar la muerte y el duelo en la infancia.

Los niños son los que primero aislamos cuando hay una situación de sufrimiento con el objetivo de evitarles el dolor. Se tiende a hacerles ver como si no pasara nada.

Es fundamental brindarles el apoyo adecuado para acompañarlos en este proceso, ayudándolos a comprender y gestionar sus emociones de manera saludable. Como adultos deberíamos facilitar la expresión de las emociones. En este artículo, exploraremos algunas estrategias para ayudar a los niños a enfrentar el duelo y superar esta etapa.

 ¿Cómo hablar de la muerte en la infancia?

Porqué la criatura que convive con la verdad es capaz de afrontar la vida: le protegemos cuando hablamos, no cuando lo evitamos”

Esquerda M., Agustí AM.

 Es importante poder hablar de la muerte de forma adecuada al nivel de desarrollo cognitivo y emocional de cada criatura. Aunque la muerte sea un concepto abstracto, ellos perciben la carga emocional que conlleva el duelo.

Elaborar el concepto de muerte hará posible que creen un lugar dónde poder colocar la experiencia y ello les proporcionará más seguridad a la hora de orientarse y reducirá la incertidumbre, puesto que es una de las cosas que más angustia puede llegar a generar.

 ¿Cuál es la mejor manera de hablar de la muerte?

  • Ser honestos y sinceros. A cualquier edad intentaremos explicarlo lo antes posible. Buscaremos adaptar nuestro lenguaje para que sea comprensible para nuestro receptor. Trataremos de encontrar un momento tranquilo, de calma, que nos ayude a crear un clima y espacio dónde se sientan seguros para expresarse, dando espacio a qué puedan preguntar todo lo que necesiten.
  • Valida sus emociones. Escucha activamente, permitiéndoles la expresión sin hacer juicios sobre sus exposiciones y sus sentimientos. Al prestar atención a lo que el niño expresa, le estamos demostrando que nos importa y que estamos dispuestos a acompañarlo en su proceso. Debemos mostrarnos accesibles tanto a nivel físico, como a nivel emocional. El objetivo es fortalecer el vínculo emocional en la relación. Es de gran utilidad realizar propuestas en las que se de pie a la expresión libre: dibujar, escribir, jugar… les ayudará a gestionar el dolor.
  • Rituales de despedida. Es importante realizar rituales de despedida siempre que muestren voluntad de querer participar. Por ejemplo, asistir al tanatorio y al funeral o realizar rituales más personales cómo podría ser dedicarle un dibujo, poder escribirle una carta de despedida, una canción, tener una caja con sus recuerdos o mensaje que les hubiera gustado decirle a la persona fallecida.
  • Seguir con las rutinas. Las rutinas proporcionan estabilidad y seguridad emocional. Les proporciona a las criaturas un sentido de normalidad y estructura en medio de un momento de inestabilidad emocional. Al mantener las rutinas diarias, les damos un sentido de control en el día a día que les ayuda a sentirse más seguros y tranquilos.

Además, las rutinas también les permiten mantener una conexión con la realidad y con su entorno. A través de las actividades cotidianas, los niños pueden encontrar consuelo y distracción, lo que les ayuda a sobrellevar el dolor y a seguir adelante.

 ¿Entenderá que es la muerte? Explicárselo según su edad

Para poder entender el concepto de muerte, los niños deben tener la capacidad de comprender los conceptos de:

  1. Disfuncionalidad, el cuerpo deja de funcionar y sus funciones se detienen.
  2. Irreversibilidad, es un suceso que no se puede cambiar.
  3. Universalidad, le ocurre a todo el mundo.
  4. Inexorabilidad, le pasa a la propia persona.

Estos conceptos suelen llegar a comprenderse alrededor de los 8 o 9 años de edad. Antes de llegar a su comprensión los niños entenderán la muerte como algo concreto, reversible y opcional.

  • Niños de 2 a 5 años: consideran la muerte como temporal, reversible y de causa externa. Es importante ser claros en nuestra exposición y evitar los simbolismos o metáforas, ya que las interpretan de forma literal y puede dar lugar a que se sientan confundidos. Para explicar la muerte a niños de esta edad puede ayudar utilizar cuentos.
  • Niños de 6 a 11 años: pueden empezar a entender la causalidad de la muerte y muestran mucha curiosidad por los temas relacionados con ella. Ayuda a la compresión relacionar la pérdida con otras ya vividas como la muerte de un animal o la que hayan podido ver en alguna película o serie. En esta franja de edad puede aparecer el miedo irracional a la muerte propia y de los seres queridos.
  • Adolescentes: Pueden llegar a plantearse la muerte de forma abstracta, existencial y espiritual. Cuestionan y pueden ser críticos con las conversaciones. Para ayudar a la compresión y gestión del sufrimiento se pueden utilizar películas, lecturas, música, el arte.

La expresión en el proceso de duelo en la infancia es diferente a la de los adultos y no siempre son expresiones directas por ello puede ser más difícil de identificar.

¿Qué comportamientos pueden manifestarse con normalidad durante el proceso de duelo?

  •  Pueden alternar periodos de normalidad con momentos de gran desesperanza, incluso que tarden meses en exteriorizarlo.
  •  La expresión del duelo puede ser conductual o somatizarla (dolores de cabeza, de estómago, astenia) ya que tiene más dificultad de expresar emocionalmente.
  •  Los más pequeños pueden manifestar deseo de reemplazar a la persona que falta.
  •  Pueden aumentar los miedos y ansiedades o preocupaciones excesivas.
  •  En adolescentes la expresión suele ser más parecida a la de los adultos, aunque pueden aumentar las conductas de riesgo (consumo de estupefacientes, conductas sexuales, conductas antisociales).
  •  Pueden experimentar regresiones y pérdidas de capacidades adquiridas (enuresis nocturna suele ser la más habitual).
  •  Puede verse afectado la capacidad de concentración y el rendimiento académico.

Signos que nos pueden alertar de que el duelo no está siendo bien gestionado

Si observamos que existe un sufrimiento excesivo en la separación de forma persistente o que las regresiones o pérdida de capacidades es superior a 6 meses.

  • Aumento de los miedos con afectación significativa en su día a día.
  • Bajo rendimiento escolar persistente
  • Deseo expreso de unirse a la persona que ha fallecido de forma reiterada.
  • Imitar la forma de ser y de vestir de la persona fallecida.
  • Absentismo escolar reiterado.

El duelo infantil es un proceso complejo que requiere de mucha compresión y apoyo por parte de los adultos que acompañan.

Acompañar y trabajar el duelo con nuestros pequeños debería formar parte de la normalidad en nuestra sociedad. De igual forma que hablamos del principio de la vida deberíamos hablar del final, ya que la muerte forma parte de ella. Aún hablar de la muerte, sobre todo a los más pequeños, sigue siendo un tabú.

Dotarles de información, de un espacio seguro dónde puedan expresarse reducirá su incertidumbre y su sufrimiento. Validar sus emociones y proporcionarles recursos les ayudará a gestionar el duelo de forma más saludable.

Si observamos signos de alerta o sentimos que nos iría bien contar con ayuda para gestionarlo, siempre podemos ser acompañados por un profesional

En el centro de psicología Canvis contamos con psicólogos especializados en duelo infantil que pueden brindar un espacio seguro y acogedor para que los niños y niñas compartan sus emociones y preocupaciones. A través de técnicas terapéuticas adecuadas a su edad, puede ayudarles a procesar su dolor y a encontrar formas saludables de expresarlo. Esto incluye enseñarles habilidades de afrontamiento y acompañarlas a la expresión emocional.

Además, puede proporcionar información y orientación a las familias sobre cómo apoyarles durante el duelo. Por las razones antes mencionadas, las familias pueden sentirse perdidas y desorientadas, el psicólogo puede brindarles pautas y estrategias para ayudarles.

Los psicólogos utilizan diferentes enfoques terapéuticos para abordar las necesidades emocionales que se manifiestan en el proceso de duelo. Uno de los enfoques más comunes es el juego terapéutico, donde los niños pueden expresar sus sentimientos a través del juego simbólico. Esto les permite comunicarse de manera no verbal y procesar su dolor de una manera más segura y natural.

Si conoces a alguna familia que esté pasando por un duelo, te animo a que les recomiendes buscar la ayuda de un psicólogo especializado. Recuerda que el duelo es un proceso natural, pero contar con el apoyo adecuado puede marcar la diferencia en la forma en que los niños lo atraviesan.

Cada persona es única y puede necesitar diferentes formas de acompañamiento, por lo que siempre tenemos que tener en cuenta las necesidades individuales de cada uno. Y sobre todo tratarles con el máximo respeto y comprensión.

Referencias bibliográficas:

Esquedar Aresté, M., Agustí A.M, (2010). El nen i la mort. Lleida: Pagès.

Esquerda Aresté, M., Gilart Brunet, C., El duelo en los niños. Bioética & debat, 2015; 21 (76): 17-21

Silverman, P.R. (2011). Never too Young to know. Death in children’s lives. Oxford University Press.