La muerte de un hijo o hija es una experiencia que perdura a lo largo de la vida de quienes la sufren. En este artículo, no tratamos de decir cómo hay que sentirse o qué se debe hacer, nos gustaría compartir con ustedes cómo se manifiesta el duelo, la variedad de experiencias que se pueden dar y algunas estrategias para afrontar la pérdida.

El duelo ante la pérdida de un hijo o hija

El duelo es una reacción psicológica natural que ocurre cuando perdemos a un ser querido. Esta experiencia implica manifestaciones físicas, emocionales, sociales y espirituales. La pérdida de un hijo o hija nos enfrenta a una nueva realidad extremadamente desafiante, donde debemos aprender a vivir sin su presencia física.

En el duelo por la muerte de un hijo o hija, se llora por lo que ya no está, pero también por las cosas que nunca podrán suceder en el futuro. Cada persona experimenta el duelo de manera única y diferente a los demás, siendo varios los factores que pueden influir en su vivencia: la edad del niño/a fallecido/a, las circunstancias de su muerte, la relación que tenían con él o ella, lo inesperado de la pérdida y el apoyo que reciban. También es importante tener en cuenta los aspectos culturales que conforman nuestras creencias y valores personales.

Manifestaciones y reacciones normales de duelo

El proceso de duelo es complejo y es normal sentirse abrumado por la variedad de sentimientos, ideas, comportamientos y sensaciones físicas que pueden experimentar. La pérdida de un hijo o hija puede generar una sensación de desorientación generalizada, ya que a menudo se siente como si una parte de ustedes mismos también hubiera muerto. A continuación, describimos algunos aspectos que podrían surgir durante su proceso de duelo:

  • A nivel emocional, es probable que experimenten sentimientos como tristeza, enojo, culpa, ansiedad, soledad, fatiga, confusión, alivio, aturdimiento y nostalgia.
  • Físicamente, podrían sentir un vacío en el estómago, un nudo en la garganta, opresión en el pecho, hipersensibilidad al ruido, dificultad para respirar, falta de energía, cansancio, sequedad en la boca, falta de coordinación y/o torpeza.
  • En cuanto al comportamiento, podrían experimentar cambios en el sueño o pérdida de apetito; estar mentalmente ausentes; aislarse; perder interés en actividades que antes les resultaban gratificantes o, por el contrario, volverse hiperactivos. También pueden llorar, evitar situaciones que les recuerden a la persona fallecida o, por el contrario, buscarla con desesperación.
  • Desde una perspectiva social, es posible que enfrenten dificultades para establecer, mantener o retomar relaciones sociales.
  • Espiritualmente, podrían sentir la necesidad de encontrar un significado en la pérdida, experimentar hostilidad hacia Dios, modificar sus valores o creencias sobre la vida e incluso sentir la presencia de la persona fallecida.

Es importante entender que todas estas manifestaciones son respuestas naturales al proceso de duelo. Cada persona vive este proceso de manera única, y estos signos y síntomas evolucionarán y cambiarán a lo largo del tiempo a medida que transcurra el duelo.

El duelo en la pareja

El proceso de duelo puede manifestarse de manera distinta en una madre y un padre, incluso cuando se trata de los padres del mismo hijo o hija. Estas diferencias pueden afectar a la relación de la pareja.

Las diferentes maneras en que los miembros de una pareja expresan su dolor y el ritmo en que experimentan el duelo pueden crear desafíos en la relación. Sin embargo, no es necesario que la pareja se separe tras la pérdida de un hijo/a. Si la base de amor y apoyo es sólida, la relación puede incluso fortalecerse a pesar del dolor. A continuación, les ofrecemos algunas sugerencias que les pueden ayudar:

  • Concédanse un tiempo para comprender la magnitud de la pérdida y cómo cada uno está enfrentando el duelo.
  • Fomenten un diálogo abierto y comprensivo, permitiendo que cada uno exprese su dolor de la manera que le sea más cómoda.
  • Si han observado cambios en la forma en que se demuestran afecto, entiendan que esto es normal durante el proceso de duelo y no interpreten estos cambios como una falta de amor.
  • Compartir momentos de tristeza, recordar los buenos recuerdos, abrazarse y expresar sus sentimientos es una manera de demostrar que se necesitan mutuamente, se respetan y se apoyan en este difícil momento.

Estrategias para afrontar la pérdida

Lo que experimentamos emocionalmente está intrínsecamente relacionado con nuestros pensamientos. Aunque no podamos controlar lo que sentimos, tenemos la capacidad de influir en lo que pensamos.

Los sentimientos y pensamientos que surgen después de perder a un hijo o hija no son ni buenos ni malos, pero cómo se gestionen y asimilen esas emociones puede marcar la diferencia en la forma en que se enfrentan a la situación. Por lo tanto, consideramos importante destacar qué aspectos NO les ayudarán en su proceso de recuperación y, a su vez, cuáles pueden ser beneficios para sobrellevar la pérdida.

Lo que NO les ayudará

  • Es inevitable que sientan culpa, pero ésta siempre les hará sentir mal. Esta emoción les hará conectar con aquello qué hicieron o no hicieron y, consecuentemente, les conectara con el pasado dificultando que se dirijan hacia su futuro.
  • El miedo y la angustia también puede estar presentes, pero deben tener en cuenta que estos pueden tener un efecto paralizante.
  • También les pueden invadir sentimientos de rabia, odio o rencor que, junto con la culpa y el miedo, les puede dificultar la asimilación de la situación y quedar estancados en el tremendo dolor que es la pérdida de un hijo o hija.
  • No les ayudará pensar que su dolor es único. Esto les puede alejar de las personas que desean apoyarles en este momento.
  • Hacerse reiteradamente preguntas para las que no tienen respuestas les puede generar mucha angustia y alimentar su sentimiento de culpa.
  • Recordar y centrarse en los aspectos negativos de la situación actuará como reforzador del dolor que ya siente por la pérdida.
  • Aislarse de su entorno o pensar que no necesita del soporte de sus amigos o familiares puede ser un error.
  • Es importante que no esperen cosas de los demás sin decírselo. Las personas que están cerca de ustedes no pueden adivinar que necesidades tienen.
  • Aunque sea difícil retomar la rutina, no les ayuda dejar de hacer esas cosas que les gustan ni tampoco no permitirse sonreír.
  • No es necesario que se muestren bien, forzarse a estar bien delante de los demás les puede hacer sentir mucho peor después.

Lo que les puede ayudar

  • Puede ser sanador enfrentarse al sentimiento de culpa y reflexionar acerca de lo que le lleva a sentirse así. Es posible que, tras conectar con ello, paulatinamente vayan desapareciendo el resto de sentimientos que le estaban bloqueando.
  • Una buena manera de exteriorizar sus emociones es el desahogo con llanto. En ocasiones le puede ayudar llorar en compañía y, en otras, en la intimidad. Debe de tener en cuenta que la intensidad del llanto puede variar con el tiempo, no lloramos de la misma manera al principio que más adelante en el proceso de duelo. No se juzgue por ello.
  • Les puede ayudar buscar pensamientos positivos que les refuercen sus avances. La difícil situación que están viviendo, seguramente les haga descubrir valores y/o aspectos personales que no conocían.
  • En ocasiones, los recuerdos pueden resultar dolorosos, ya que visibilizan la pérdida de su hijo o hija. A pesar de ello, los recuerdos de momentos felices les pueden brindan la fortaleza para afrontar esa ausencia y permitirles apreciar que lo vivido ha sido valioso. En ocasiones les puede ayudar hacer tangibles los buenos recuerdos mediante la elaboración de un álbum de fotos. Otra opción podría ser crear un memorial, incorporando algunos de sus juguetes en alguna zona de la casa, como un rincón dedicado en memoria de su hijo/a fallecido/a, añadiendo fotografías u otros objetos significativos.
  • Aunque es importante tener tiempo para estar solos, es beneficioso para ustedes mantener una actitud receptiva hacia las personas que los quieren y desean brindarles apoyo.
  • En algunas ocasiones, sobre todo al principio, pueden sentir dificultad para expresarse verbalmente con los demás. Escribir les puede permitir expresar lo que les resulta tan doloroso decir en voz alta y evitar aislarse de los demás. La escritura nos permite reordenar nuestras ideas, depositar nuestras emociones y pensamientos en el papel y, al mismo tiempo, conectar con aquello que estamos viviendo. En ocasiones será sanador escribir a su hijo/a y, en otras ocasiones, escribirse a sí mismo le ayudar a ver su evolución en el proceso de duelo.
  • Realizar homenajes en recuerdo de su hijo o hija les puede ayudar, inicialmente y con el paso del tiempo, a agradecer lo que han vivido junto a él o ella.
  • No se fijen una fecha para estar bien. El duelo es un proceso personal que cada persona lo afronta de la mejor manera que puede. Se pueden establecer metas de manera gradual que les ayudará a forjar su camino hacia la recuperación.
  • Cuando el dolor es abrumador, a veces es fácil pasar por alto que los niños/as, adolescentes y jóvenes también experimentan sufrimiento debido a la pérdida de un hermano o hermana. Ellos experimentan emociones similares a las suyas y requieren de su apoyo. Es importante permitirles acercarse a ustedes y hacerles sentir que tienen un espacio en su propio proceso de duelo.

En el Centro de Psicología Canvis, ofrecemos terapia psicológica especializada que puede ayudar a las personas a enfrentar la pérdida de un hijo o hija. Adaptamos nuestros tratamientos según las necesidades de cada persona, ya sea en sesiones individuales, de pareja o en grupos terapéuticos. Estos grupos pueden ser una valiosa fuente de apoyo para aquellos que están pasando por un proceso de duelo y han demostrado ser beneficiosos para muchas personas.

Si usted o alguien que conoce está atravesando esta difícil etapa, es importante recordar que buscar ayuda demuestra fortaleza. Con el apoyo y tratamiento adecuado, le será posible afrontar la pérdida de un hijo o hija y experimentar mejoras en su calidad de vida.

Para saber más….

Tanto la literatura como el cine tienen la habilidad de expresar con palabras e imágenes situaciones, emociones y sentimientos que a veces resulta difícil explicar por nosotros mismos. Por esta razón, en lugar de limitarnos a recomendar libros básicos de referencia sobre el duelo y la pérdida de un hijo o hija, hemos elegido cuentos, novelas y películas que les permitirán explorar la experiencia de la muerte y el duelo desde diversas perspectivas y enfoques.

Literatura para adultos

  • “Aprender de la pérdida: una guía para afrontar el duelo” de Robert A. Neimeyer ofrece una nueva perspectiva sobre el duelo a las personas que han sufrido alguna pérdida y a los profesionales que deben y pueden ayudarlas.
  • “Un hijo no puede morir” de Susana Roccatagliata ofrece consejos prácticos para ayudar a quienes están pasando por un duelo similar.
  • “Paula” de Isabel Allende es una carta emotiva dirigida a su hija, Paula, mientras esta se encontraba en coma debido a una enfermedad grave.

Literatura infantil y juvenil

  • “El libro triste” de Michael Rosen cuenta todas las emociones que acompañan a la tristeza por la muerte de su hijo. Esta historia ayuda a los niños a comprender que todos pasamos por momentos de dolor.
  • «El cocodrilo que no sabía llorar». Este libro aborda el tema del duelo y la pérdida desde la perspectiva de un cocodrilo que está aprendiendo a lidiar con la muerte de su hermano.
  • “¡Vuela, Mariposa! ¡Vuela!” Nos muestra las distintas fases de la pena y los sentimientos más comunes durante el proceso de elaboración del duelo hasta llegar a su resolución. Incluye una guía para adultos para conocer y comprender las fases del duelo desde el punto de vista de los niños.

Películas

  • “La habitación del Hijo” es conocida por su enfoque profundo en la psicología de los personajes y su exploración de temas complejos relacionados con el duelo y la pérdida.
  • “El árbol” es una película que sigue a una familia australiana que enfrenta la pérdida repentina del padre encontrando formas inusuales de enfrentar la tragedia y seguir adelante.

Bibliografía

  • Araceli Galindo, A.; Tarrat, B.; Hernández, A.; Medina, M (2012). Primeros momentos tras la pérdida de un hijo. Menudos corazones (Fundación de ayuda a los niños con problemas de corazón).
  • García, A. M. (2007): «Duelo y significados», en Astudillo, W., Ispizua, A. y Orbegozo, A. (eds.), Acompañamiento en el duelo y Medicina Paliativa, Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos, San Sebastián, pp. 117-134.
  • García, A. M. (2007): «La pérdida de un hijo y la búsqueda de significado: Reescribiendo historias de pérdida y de dolor», en Astudillo, W., Ispizua, A. y Orbegozo, A. (eds.), Acompañamiento en el duelo y Medicina Paliativa, Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos, San Sebastián, pp. 133-156.
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  • Equipo de Atención Psicosocial EAPS de ASPANION. (2019). La pérdida de un hijo. Guía de apoyo para padres y familiares en duelo. Fundación la Caixa.
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  • Martínez, R. Mª. (2010). Cicatrices del corazón. Tras una pérdida significativa. Ed. Desclée de Brouwer.