En la relación entre dos personas se establece un vínculo afectivo en el que ambas muestran un compromiso de unión y de implicación emocional. Es gracias a este compromiso, que aparece la confianza mutua. No obstante, hay personas que no están preparadas para mostrar esta implicación emocional.

Hablamos de personas que ante la posibilidad de crear un vínculo de unión sentimental fuerte y duradero, reaccionan sistemáticamente en forma de huida. Su reacción de escape se produce sin dar demasiadas explicaciones, llegando incluso a desaparecer de un momento a otro. El síndrome de Houdini da nombre a este patrón de comportamiento, en honor al mago húngaro Harry Houdini, quien impresionó al mundo por su capacidad de escapar ante situaciones inimaginables.

La implicación emocional en las relaciones sentimentales

Las relaciones marcan los distintos vínculos emocionales que podemos crear con otras personas. Relaciones de amistad, laborales, familiares o de pareja.

Más concretamente, nuestra forma de entender las relaciones sentimentales se basa principalmente en la expresión de nuestros sentimientos hacia la otra persona. Esta expresión puede ser implícita o explícita, dependiendo de nuestra capacidad para expresar los sentimientos.

Sin embargo, hay momentos en los que no nos sentimos preparados para afrontar nuestros sentimientos. La respuesta emocional que produce aceptar lo que sentimos hacia la otra persona, puede llegar a abrumarnos y a cohibirnos. La intensidad de nuestras emociones puede expresarse de distintas maneras, dependiendo de nuestras estrategias de afrontamiento, de las fortalezas y debilidades, y de las experiencias previas, entre otras.

Para ciertas personas, implicarse sentimentalmente con alguien puede estar relacionado con sentimientos de vulnerabilidad o debilidad. Ante estos sentimientos de fragilidad, la persona tenderá a reaccionar al compromiso de una manera opuesta a este, respondiendo en forma de escape o huida.

La huida es un mecanismo de evitación que permite a la persona evadirse de una situación concreta sin tener que afrontarla, evitando así la responsabilidad de responder ante la otra persona y ante su respuesta.

Por otro lado, si nos paramos a pensar en la sociedad actual en la que vivimos, veremos que las relaciones sentimentales se han visto influenciadas por las nuevas tecnologías. Hablamos de las redes sociales, los teléfonos y sus aplicaciones, y cómo éstas establecen nuevos patrones de comunicación entre nosotros.

La presencia se hace pues mucho más visible y exigente en estos momentos, facilitando el desarrollo de creencias erróneas acerca del amor y de la necesidad de un contacto constante con la otra persona. Tanto es así, que podemos llegar a creer que la implicación emocional de la otra persona va ligada a su capacidad de responder ante nuestra llamada constante.

Esta exigencia social puede llegar a generar reacciones de huida más fácilmente. Hablamos de situaciones o momentos que podemos experimentar fácilmente cualquier de nosotros. El temora revivir experiencias previas o por la situación concreta de exigencia que vivimos, puede precipitar sentimientos de agobio y reacciones impulsivas de escape.

Síndrome de Houdini

El síndrome de Houdini es entendido como un patrón de comportamiento con tendencia a evitar situaciones en las que hay una implicación emocional. Por ello, las personas con tendencia a la evitación muestran serias dificultades para mantener relaciones sanas y duraderas.

Lo curioso es que, al contrario de lo que podríamos pensar, estas personas muestran interés e ilusión por conocer a la otra persona, incluso manifiestan sus deseos para iniciar una relación sentimental. Pero llegado cierto punto, suelen desaparecer bruscamente y sin explicación alguna.

El miedo va asociado a este tipo de reacciones, forzando un patrón cíclico de atracción, excitación, duda, miedo y fuga, ante una posible relación sentimental. No conocemos las razones que llevan a una persona a huir sistemáticamente de la implicación emocional, pero sabemos que ciertos miedos aparecen arraigados a experiencias previas vividas durante la infancia o en situaciones traumáticas. Estas experiencias pueden grabarse en nuestra mente y actuar como reforzador ante la conducta de escape.

La reacción de miedo puede expresarse de distintas formas, dependiendo de la persona y de la situación que se esté viviendo. La evitación es el mecanismo de defensa más característico, siendo la huida su reacción principal.

Fuga emocional: reacciones de huida

Cuando la huida aparece de manera reiterada como patrón de respuesta ante las relaciones, podemos pensarla como un síntoma de debilidad emocional. La debilidad es una característica de personalidad que puede expresarse de diversas maneras.

  • Evitación a ante la implicación, la persona va a evitar el contacto. Esta reacción muestra su dificultad para romper el vínculo de forma clara y sincera. Prefiere la evitación al enfrentamiento.
  • Negación a la persona muestra bloqueo ante la expresión sentimental. No es que realice ninguna conducta directamente, sino que tiene problemas para exteriorizar lo que siente.
  • Egocentrismo a la persona tiene dificultades para planificar actividades que no formen parte de sus intereses. Centrarse solo en sus motivaciones le facilita el distanciamiento de aquellas situaciones en las que no sea el protagonista, implicando ya un distanciamiento emocional.

La respuesta de huida emocional puede representarse de manera física o sentimental. Es decir, la persona puede huir físicamente generando una respuesta de fuga. Desaparece de un momento a otro sin dar más explicación. Por contra, una huida sentimental implica una respuesta de distanciamiento emocional en la que la persona se va distanciando de manera progresiva. Se va mostrando cada vez más fría y distante, utilizando recursos como las excusas o las mentiras para justificar su comportamiento.

El uso de algunas excusas concretas, puede hacer que reconozcamos los patrones de reacción que usan algunas personas. Por ejemplo:

  • El uso de la timidez como una coraza.
  • La búsqueda de defectos en la otra persona para invalidar lo que sienten.
  • La facilidad para provocar discusiones y conflictos constantes con la otra persona.
  • La necesidad de centrar la relación en el deseo físico, dejando los sentimientos en un segundo plano.
  • La sumisión como recurso para no mostrar lo que realmente quieren.
  • El uso de la comedia o del humor para tapar otro tipo de sentimientos.

Por otro lado, existe un tipo de fuga emocional que aparece más inadvertida. Hablamos de situaciones en las que la persona no comparte la vida social con la vida privada, llegando a distanciarlas tanto que las otras personas solo ven lo que esta quiere mostrar. Es una forma de establecer un distanciamiento emocional desde el principio, privándose de reacciones de vínculo que puedan implicarle emocionalmente.

Cómo influyen las nuevas tendencias en la forma de relacionarnos

Las nuevas vías de comunicación nos permiten, además de un contacto constante con la otra persona, relacionarnos activamente sin la necesidad de estar físicamente cerca de la otra persona. En este contexto las plataformas como Facebook, Instagram o Tinder, permiten iniciar nuevas relaciones en la distancia, generando un universo de oportunidades de relación interminable. La novedad y el cambio forman parte de los nuevos conceptos de relación.La otra persona ya no es indispensable, ya que hay infinidad de nuevas personas por conocer. La oferta y la demanda han pasado a relacionarse con el amor y los sentimientos.

La fuga emocional es una reacción que ha existido siempre, pero este contexto ha propiciado su auge.  Ahora resulta mucho más sencillo romper una relación. La presencia física es mucho más evitable. Si pensamos que hay toda una lista de personas disponibles para embarcarnos en una nueva relación, el romper con la actual se presenta como algo más sencillo y sin importancia.

Hemos llegado a tal punto que, conceptos como el Ghosting o el Orbitinghan pasado a ser cotidianos en las relaciones actuales, siendo ambos una forma de houdinismo virtual.

Ghosting

Como su propio nombre indica, “ghost” fantasma, da nombre a la reacción de desaparición de una persona de manera virtual. Es decir, existe una relación o vínculo entre dos personas, y de manera repentina, la persona que realiza el ghosting desaparece, deja de contestar a los mensajes o incluso elimina y bloquea a la otra persona en las redes sociales. Da por finalizada la relación sin que la otra persona se haya podido dar cuenta. De esta manera, la facilidad del bloqueo virtual favorece que no tengamos que enfrentarnos a la respuesta de la otra persona, resultando mucho más sencillo terminar relaciones sentimentales.

Orbiting

Este concepto hace referencia al significado de la palabra orbitar. Es una reacción similar al ghosting, aunque en esta ocasión la persona acaba con la relación, pero sigue apareciendo de alguna manera. Es decir, puede bloquear a la otra persona en todas las redes sociales menos en una, o dejar de contestarle a los mensajes mientras sigue revisando sus publicaciones o incluso, dándoles like. Es una reacción más frustrante aún para la persona que lo sufre, porque la otra no deja de estar presente de alguna manera, recordándole lo ocurrido y originándole incluso una respuesta obsesiva. La obsesión por revisar sus visitas e interpretar qué es lo que quiere la otra persona de ellos.

La popularización de conceptos como el ghosting y el orbiting en las relaciones sociales, facilita nuevos modelos de relación. Los adolescentes, por poner un ejemplo, experimentarán sus primeras relaciones creyendo que se puede terminar una relación de una manera fácil y rápida, sin necesidad de afrontar el daño que se le puede producir a otra persona. De hecho, lo que se desprende de esta situación es la desvinculación de los sentimientos, tanto propios como los de los demás.

Cómo afrontar la fuga emocional

En la ruptura sentimental derivada de una fuga, los dos integrantes de la pareja resultarán perjudicados emocionalmente. Ciertamente, no resultarán afectados al mismo nivel, ni de la misma manera.

Persona que realiza la huida

Las personas que tienden a responder con la huida o el escape, raramente se responsabilizan de su miedo. No son conscientes de que su reacción de huida sea una respuesta ante el miedo. Sin embargo, inconscientemente pueden sentir cierto malestar asociado a la angustia por la pérdida.

Su miedo puede deberse a varias razones, pero si ese miedo no se hace consciente y se afronta, a largo plazo la persona puede acabar aislándose emocional y físicamente. Esta soledad no deseada vendrá acompañada de sentimientos de amargura, decepción, culpa, vergüenza o resentimiento hacia sí mismo y hacia los demás.

Acudir a consulta psicológica es el primer paso para reconocer el miedo. En el centro de psicología sanitaria Canvis de Barcelona, podrás encontrar ayuda para trabajar con el miedo,para reconocerlo y afrontarlo. Concretamente, trabajaras en:

  1. Reconocer las respuestas de huida como un mecanismo de evitación del miedo
  2. Detectar las razones que originan la respuesta de escape
  3. Enfrentar los miedos y las creencias asociadas
  4. Reconocer y aceptar la soledad y la tristeza
  5. Aumentar la autoestima, perjudicada en numerosas ocasiones por la falta de vínculos estables y duraderos
  6. Buscar nuevas estrategias de respuesta, más saludables y positivas
  7. Conocer nuevas formas de relaciones sanas y duraderas

Persona que sufre la huida de su pareja

La persona que ve como su relación ha finalizado repentinamente y sin explicación, puede sentirse gravemente dañada mostrando sensaciones propias del duelo, como la negación, la culpa o la ira. La ruptura sentimental no deja de ser una pérdida de la persona con la que teníamos un vínculo afectivo. Cuando esta pérdida se produce sin explicación, el duelo resulta perjudicado o incluso incompleto, generando problemas asociados al vacío y al desconcierto.

De igual modo, la situación que acompaña a la ruptura puede despertar inseguridades y miedos latentes en la persona, dañando aún más su autoestima. Trabajar las emociones en consulta psicológica permite ofrecer una salida a todos aquellos sentimientos que han quedado congelados. Muchas veces no podemos superar el dolor o la pérdida si no entendemos lo que sentimos o por qué lo sentimos. Es posible que incluso se produzca una negación de lo ocurrido, ofreciendo explicaciones lógicas sobre el comportamiento de la otra persona.

En el centro Canvis de Barcelona, el psicólogo te ayudará a :

  1. Afrontar la pérdida
  2. Reconocer que no tienes la culpa de lo ocurrido
  3. Recuperar la autoestima
  4. Trabajar en las inseguridades o en las creencias distorsionadas
  5. Evitar entrar en el círculo vicioso de la obsesión y el enfado
  6. Centrar tus esfuerzos en ti mismo

Además, puede que te resulte interesante participar en los talleres grupales de autoestima en las relaciones saludables y de gestión emocional.