La falta de deseo sexual o libido en una pareja puede ser un tema desafiante y complejo de abordar. En ocasiones, puede venir acompañado por sentimientos desagradables como, por ejemplo: no sentirse deseado/a, sentirse poco atractivo/a, frustración, presión y obligatoriedad, distanciamiento, conflictos, etc., que, como consecuencia, pueden ocasionar un desgaste en el vínculo de pareja hasta el punto de poner en duda la relación e, incluso, terminarla.

La inapetencia sexual es un problema muy común en las parejas, especialmente en aquellas de larga duración.  ¿Por qué sucede? Al inicio de la relación existen muchos factores que pueden influir a que nuestro nivel de deseo sea más elevado por ejemplo: la etapa de enamoramiento, la novedad, el conocer, descubrir, tiempo limitado, buscar momentos para encontrarse sexualmente…

Conocer los motivos por los que se pueden dar pueden ayudarnos a establecer un puente entre ambos miembros de la pareja y, especialmente, ayudarnos a comprender y tomar más conciencia de cómo funciona y cómo es nuestra sexualidad.

En este nuevo artículo del blog de Canvis, exploraremos las posibles causas de la falta de deseo a nivel individual y a nivel de pareja, así como las estrategias para abordar y superar este problema. Explicaremos la importancia de la comunicación abierta, el respeto mutuo, las expectativas, la presion social y qué hacer en aquellas situaciones que no sabemos qué camino tomar.

Pero, antes de empezar… ¿sabemos realmente que es el deseo sexual?

¿Qué es el deseo sexual?

El deseo sexual, también conocido como libido, se refiere al interés y a la motivación por mantener actividad sexual tanto en solitario como con otras personas. Además, es una fase necesaria en nuestra respuesta sexual donde se encuentran otras fases como la excitación, la meseta, el orgasmo y el descanso o período refractario (este último sólo aparece en la respuesta sexual masculina).

Tipos de deseo sexual

¿Sabías que, en términos generales, existen dos tipos de deseo? Tenemos muy asumido e integrado en nuestra sociedad el tipo de deseo espontáneo, que es aquel que aparece de repente ante la aparición de un estímulo erótico (puede ser visual, fantasía, etc.). Pero ¿conoces el segundo?

Al no experimentar un deseo espontáneo damos por sentado que el deseo ha desaparecido de nuestras vidas porque “nunca tenemos ganas” pero, en algunas ocasiones, ocurre que cuando nos dejamos llevar ante las caricias, besos o ante la propia intimidad y conexión que se ha generado con nuestra pareja, aparece y nos lo pasamos muy bien. Esto es debido a que no siempre tiene que aparecer primero el deseo para excitarnos, sino que la excitación puede conducirnos al deseo. Se conoce como deseo en respuesta.

Es muy importante que prestemos atención y reconozcamos desde qué tipo de deseo solemos movernos. Saberlo nos ayudará a autoconocernos sexualmente y nos facilitará a la identificación de qué factores favorecen su aparición para así promoverlo.

De todos modos, tener más o menos deseo o que este sea más del tipo espontáneo o más de respuesta no es un problema, no existe una forma única de expresión que sea la más indicada o la más normal. Esto nos recuerda que es una experiencia compleja, subjetiva, única, multifactorial y que depende de cada naturaleza humana.

Además, no es algo fijo, sino que está sujeto a cambios.  El deseo sexual también puede variar a lo largo de la vida de una persona y puede verse afectado por las diferentes etapas vitales como el envejecimiento, el embarazo o la menopausia, así como períodos de estrés o cansancio. Muchas veces la falta de deseo puede aparecer como síntoma, así que una buena estrategia es preguntarnos ¿desde cuándo no siento deseo? Y ¿por qué? Para averiguar si ha ocurrido un suceso que haya influido en su disminución.

Causas de la falta de deseo

Cuando nos referimos a que el deseo es una experiencia multifactorial, hacemos alusión a que existen una gran variedad de factores que pueden estar afectando e influyendo y ser los causantes de que el deseo decaiga totalmente Para favorecer la identificación de factores que pueden estar ocasionando estragos en nuestro deseo, desde Canvis, os facilitamos un listado de las posibles causas.

Causas orgánicas y médicas: Dentro de esta categoría encontraríamos cambios hormonales, el ciclo menstrual, períodos de embarazo o de lactancia, la menopausia o andropausia, medicamentos o tratamientos médicos que tengan como efecto secundario la disminución del deseo, el consumo de alcohol, drogas u otras sustancias, enfermedades como la diabetes o enfermedades cardiovasculares o el cansancio físico, etc.

Causas psicológicas y emocionales: Encontraríamos el estrés prolongado, la ansiedad, la depresión, una baja autoestima, trastornos psiquiátricos, duelo, cualquier tipo de abuso (sexual, psicológico, físico…), miedos e inseguridades, sentimientos de culpa o vergüenza, eventos vitales estresantes, etc.

Causas contextuales y relacionales: Encontraríamos la educación sexual recibida, creencias y expectativas erróneas respecto al sexo, presiones sociales, relaciones basadas exclusivamente en el coito centrismo y el complacer al otro, problemas y conflictos en la relación de pareja, cargas familiares y del hogar.

Causas sexuales eróticas: Encontraríamos relaciones sexuales insatisfactorias, dolor en las relaciones, dificultades de excitación y lubricación, dificultades para alcanzar el orgasmo, déficit en la comunicación sexual, desconocimiento de nuestra propia sexualidad (gustos, fantasías, etc.)

Por esta razón, es importante entender y remarcar que el deseo, como la sexualidad en general, es algo cambiante, fluido y particular. No existe una única manera de vivir la sexualidad que sea correcta. Por esta razón, comparar nuestra vivencia sexual con la de los demás nos puede hacer vivir una sexualidad insatisfactoria o llena de presiones y cuestionamientos.

Entendiendo y explorando nuestra sexualidad podremos conocer y desarrollar una mejor salud y una vida sexual llena y satisfactoria.

¿Y qué ocurre con el deseo sexual en la pareja?

¿Alguna vez te has preguntado por qué es importante la sexualidad en la pareja? Generalmente, su importancia viene asociada a su significado y a los componentes de intimidad y vinculo de unión que se generan entre miembros de la pareja. Además, que marca un tipo de intimidad diferente a la que podemos tener con otras personas. Por esta razón, sentirse satisfecha o satisfecho sexualmente contribuye a una vida sexual plena en pareja.

¿Cómo lo conseguimos? Lo más importante y esencial es comunicar asertivamente, aceptar y respetar la sexualidad de cada miembro de la pareja, ya que es esencial para construir un vínculo sano y firme.

Aunque socialmente parezca extraño es de lo más natural, y más después de todo lo que hemos explicado en este artículo, que cuando se establece una relación de pareja pueda existir o pueda ir apareciendo diferencias en cuanto al nivel de deseo y esto pueda ocasionar cierta incompatibilidad y discordancia sexual. No nos olvidemos que no existen dos sexualidades iguales.

Esta diferencia sexual suele verse reflejada en la dinámica de pareja, donde el miembro con más deseo sexual suele mostrar una mayor iniciativa en cuanto proponer encuentros sexuales. Esta situación puede generar que la persona que tome más la iniciativa pueda sentirse rechazado o rechazada y deje de buscar cualquier tipo de acercamiento físico, así como que el otro miembro experimente presión ante la demanda o el tiempo que llevan sin tener relaciones sexuales, llegando a ceder a mantener relaciones sexuales desde la obligación más que desde el placer y, por consecuencia, acumulando experiencias insatisfactorias.

Finalmente, el resultado acaba siendo un sentimiento de insatisfacción recurrente y la aparición de conflictos y discusiones que, en la mayoría de las ocasiones, empeora el problema y genera más distancia física y emocional entre los miembros de pareja.

Pero ¿qué puede estar originando y manteniendo esta incompatibilidad sexual?

  • Falta de comunicación sexual: No hablamos de sexo ni compartimos lo que nos gusta y lo que no.
  • Diferencias en preferencias o gustos sexuales, ritmos, posturas, lugares, etc.
  • Diferencias en la cantidad de relaciones sexuales que queremos tener.
  • Monotonía/aburrimiento.
  • Ansiedad de rendimiento: la ansiedad relacionada con el rendimiento sexual puede provocar númerosas dificultades, incluso disfunciones sexuales.
  • Relaciones sexuales dolorosas: el dolor durante las relaciones sexuales puede ser causado por una variedad de factores, como condiciones médicas o lubricación insuficiente.
  • Disfunción eréctil: La disfunción eréctil es la incapacidad de lograr o mantener una erección suficiente para la actividad sexual.
  • Eyaculación precoz: La eyaculación precoz es cuando la eyaculación ocurre antes o poco después de la penetración, lo que genera sentimientos de vergüenza y frustración.
  • No tener espacios en pareja para disfrutar y pasarlo bien fuera del ámbito sexual.
  • Mala gestión o repartición de la crianza de los hijos/as o de las tareas del hogar. – Discusiones de pareja sin resolver.

Recomendaciones para mejorar la falta de deseo en pareja

Manejar los diferentes factores expuestos puede suponer todo un reto, entonces ¿qué podemos hacer en estas circunstancias?  

Para empezar, es esencial la comunicación sexual para poder compartir posturas, visiones y, especialmente, buscar soluciones entre los distintos miembros de la pareja para formar un equipo. Dicho esto, os recomendamos:

  • Comunicar gustos, preferencias, ritmos, posturas, etc. Hablar abiertamente sobre nuestro deseo sexual, nuestra visión de la sexualidad, de necesidades y límites. Al igual que escuchar los de nuestra pareja. Nos ayudará a ser más abiertos, honestos y tener relaciones sexuales más satisfactorias. Además, nos ayudará a conocer a un nivel más amplia la sexualidad de nuestra pareja.
  • Respeto: Es importante respetar las preferencias de nuestra pareja, incluso si estás diferencias son más marcadas. Recuerda que todo el mundo está en el derecho de expresar su sexualidad en la forma que se siente cómodo y auténtica. Ninguna sexualidad es mejor o peor que otra.
  • Compromiso: Encontrar balance entre diferencias deseos sexuales y preferencias requiere compromiso. Trabajar junto para encontrar actividades y experiencias que sean divertidas para ambos y que además estén dispuestos encontrar nuevas formas de erotismo.
  • Encontrar puntos en común entre las diferencias y proponer alternativas creativas.
  • Pactar una frecuencia intermedia con la que ambos estén de acuerdo y potenciar otras alternativas.
  • Innovar para potenciar y mantener el deseo a través de ampliar el repertorio de juegos eróticos. Experimentar con nuevas actividades sexuales ayuda a mantener la excitación e incrementa el deseo sexual. No olvidemos que dichas actividades deben pactarse y consentirse para que ambos podáis sentiros cómodos.
  • Priorizar la intimidad: Pasando tiempo juntos, abrazándoos y tener contacto no sexual puede ayudar a construir una mayor conexión en pareja y promover que el deseo sexual incremente. Además, ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.
  • Centraos en el placer: En vez de poner el foco de atención únicamente en el orgasmo o en el paso a paso, centraros en el placer de la experiencia. Tomaros tiempo para explorar ambos vuestros cuerpos y encontrar lo que os hace sentir bien.
  • Cuidad vuestra salud: La salud mental causa un gran impacto en el deseo sexual. Comer una dieta equilibrada, dormir suficiente y ejercitarse regularmente mejora toda la salud y incrementa el deseo.
  • Estar abierto al “feedback”: Estar dispuesto a escuchar y recibir un “feedback” constructivo mejorará y hará que nuestras experiencias sean más deseables.

En resumen, el deseo sexual es complejo y se trata de una experiencia individual. Por lo tanto, abrirnos con nuestra pareja nos puede ayudar a construir una sexualidad de pareja única e intransferible. Es importante priorizar el respeto mutuo y el consentimiento en todas las actividades sexuales. Comprender y explorar sus propios deseos y necesidades sexuales puede ser una parte importante del desarrollo de una vida sexual saludable y plena.

En el caso de que observemos que está situación nos genera malestar y no sepamos como resolverla, recomendamos buscar ayuda de un profesional cualificado en terapia sexual y de pareja. En el centro de psicología Canvis, realizamos terapia de pareja y terapia individual, en el caso que necesite atención y apoyo externo de un profesional especializado, puede contactar con nosotros para reservar una primera sesión informativa gratuita.

Bibliografía:

De Béjar González, Sylvia. (2011). Deseo. Editorial Planeta.

De Béjar González, Sylvia. (2011). Tu sexo es tuyo: Todo lo que has de saber para disfrutar de tu sexualidad. Booket.

Cabello, Francisco. (2010). Manual de sexologia y terapia sexual. Sintesis.