La infidelidad es una de las principales causas de divorcio y separación entre las parejas. Provoca mucho sufrimiento y un gran número de alteraciones a nivel psicológico. Por ello, muchas parejas acuden a consulta debido a uno o más episodios de infidelidad.

Las diversas encuestas nacionales sobre infidelidad, revelan que entre un 20-50% de hombres y mujeres afirman haber protagonizado alguna infidelidad a lo largo de su vida.

Teniendo en cuenta estos datos, no podemos hablar de la infidelidad como de algo excepcional, ya que se trata de un fenómeno normal que puede ocurrir en muchas parejas. Por ello, es conveniente conocerlo y entenderlo un poco mejor, ya que no siempre tiene que acabar en separación, sino que muchas parejas superarán la infidelidad e incluso la relación quedará reforzada.

¿Qué es la infidelidad?

Para hablar de infidelidad, primero tiene que existir la “fidelidad”, que se puede entender como el cumplimiento de los compromisos que se establecen entre dos o más personas.

La infidelidad en la pareja se puede definir como “la ruptura del pacto de exclusividad realizado entre los miembros de una pareja, por parte de uno de los miembros de la pareja, habiendo dado entrada a una tercera persona con la que se comparten o han compartido áreas exclusivas de la relación de pareja” (Campo et al., 2004). En la base de la infidelidad está la vulneración de la confianza.

Según los compromisos que haya adquirido una pareja, la infidelidad se puede relacionar con el sexo, el coqueteo, las fantasías, el contacto íntimo, el amor, las relaciones por internet, etc.

Cada persona o cada pareja tendrá una visión particular de lo que es la fidelidad/ infidelidad y además cada sociedad tiene unas reglas (más o menos explícitas) de lo que considera adecuado o inadecuado. Por ello es importante poder hablar abiertamente y de forma clara con nuestra pareja sobre qué aceptamos y qué nos puede molestar.

Los límites admisibles se establecen de forma implícita o explícita dentro de cada pareja según las creencias de cada miembro, sus experiencias anteriores, la familia de origen y su contexto social. Por lo que es muy común que lo que se considera infidelidad en una pareja no lo sea para otra.

 

Tipos de infidelidad

De entrada podemos distinguir entre infidelidad primaria y secundaria:

– Primaria: este tipo de infidelidad no estaría relacionada con la relación de la pareja, es independiente del momento en el que se encuentra la pareja o de su estado actual. Se basa en la necesidad de uno de sus miembros de seducir o ser seducido/a de forma repetida para obtener reconocimiento. Por ejemplo en el caso del machismo se da este tipo de infidelidad.

– Secundaria: está más relacionada con una insatisfacción con la relación de pareja, por lo que la persona que comete infidelidad busca en una tercera persona satisfacer aquello que siente que su pareja o la relación actual no le proporciona.

Otra forma de clasificar los tipos de infidelidad sería teniendo en cuenta el grado de proximidad . Considerarlo o no infidelidad dependerá de cada persona o de cada pareja:

Pensamientos y fantasías que se tienen con una o más personas que no son la pareja.

Seducción y juegos.

Infidelidades platónicas: fantasías, sentimientos o enamoramiento hacia una tercera persona sin que la relación se haga realidad.

Relaciones sexuales.

– Relación afectiva o amorosa.

También se puede clasificar la infidelidad teniendo en cuenta el factor tiempo:

– Una sola vez. Sin implicación afectiva

Esporádica: relaciones de baja frecuencia y poca o ninguna implicación afectiva.

Fijas: con una misma persona, pero con una implicación emocional baja.

Plenas: sostenidas en el tiempo y con un vínculo estable con la otra persona.

Doble vida: la persona mantiene vidas paralelas, en las que existe un vínculo afectivo sólido y estable, pudiendo tener hijos en ambas familias.

 

Factores que influyen en la infidelidad

Es muy difícil separar los distintos factores y considerarlos independientes los unos de los otros, porqué en realidad somos una mezcla de factores conectados que se influyen entre ellos y nos influyen constantemente. Pero vamos a intentar analizar algunos de los factores que pueden influir en la infidelidad:

a- Factores biológicos: una de las explicaciones que encontramos frecuentemente en la base de la infidelidad es el deseo sexual. Ciertas personas dan el paso y cometen una infidelidad porqué se dejan llevar por la líbido, vivida como un deseo o un impulso que no pueden o no quieren controlar.

Existen estudios que apuntan hacia una relación entre factores hormonales e infidelidad. Sugiriendo que cuanto más altos son los niveles de testosterona, tanto en hombres como en mujeres, mayor es el deseo de buscar otros compañeros sexuales. Otras personas con niveles de dopamina más altos, tendrían un sentido del riesgo más acentuado y necesitan relaciones o situaciones más intensas para sentirse satisfechas. Por lo que el riesgo que supone la relación prohibida, les puede generar más interés.

b- Factores de personalidad: los rasgos de personalidad de cada uno de los miembros de la pareja, va a influir en la relación: los miedos, las inseguridades, las indecisiones, los celos, las habilidades sociales, la asertividad, el autocontrol, la impulsividad, etc.

c- Factores sociales, infidelidad y poder: por ejemplo en las sociedades machistas, la infidelidad en los hombres se vive como una demostración de poder. En realidad es una demostración del abuso de poder que representa el machismo, ya que el hombre siente que tiene el derecho de traicionar a su pareja, ya que está vale menos que él, y además al convertir a la mujer en un objeto, el acumular experiencias sexuales o sentimentales con otras mujeres proporciona al hombre la sensación de que “cuanto más mejor”. El machismo podría explicar por qué muchas encuestas dan unas cifras de infidelidad más elevada en los hombres que en las mujeres.

Sin embargo, actualmente, el cambio de rol social de la mujer y su integración en el mundo laboral, ha provocado que éstas tengan más contacto con personas fuera del ámbito de la pareja o el núcleo familiar. Y la disponibilidad de anticonceptivos eficaces, ha disminuido el miedo de la mujer a un posible embarazo no deseado (en el caso de parejas formadas por un hombre y una mujer). Todo ello podría aumentar los casos de infidelidad protagonizados por mujeres y va igualando las cifras de infidelidad entre ambos sexos.

d- La relación: es imposible analizar una infidelidad sin tener en cuenta la relación de pareja. Los pactos, los compromisos, los valores, las creencias. En qué momento se encuentra esta relación. El contacto íntimo, las relaciones sexuales. El afecto. Cómo es la comunicación. Los intereses, el día a día, el tiempo compartido, el tiempo no compartido. Las expectativas irreales sobre cómo debe ser una relación de pareja también tienen un peso importante en las infidelidades.

 

La infidelidad en las distintas etapas de una relación:

Las dificultades para ir transitando por las distintas etapas de nuestra vida, o el reto que supone avanzar y cambiar,puede generar dificultades que nos afectan tanto a nivel personal como de pareja.

El miedo, el rechazo, el bloqueo, los asuntos pendientes, los duelos no resueltos, la dificultad para ser flexibles y adaptarnos a los cambios, etc., pueden llevarnos a situaciones de crisis personal y la infidelidad puede suponer una vía de escape. Por ejemplo el ir a vivir con la pareja por primera vez, la llegada de los hijos, los cambios físicos producidos por la edad, la llegada de la vejez, etc.

1- La infidelidad al inicio de la relación: comprobación del amor. Algunas personas son infieles en la primera etapa de su relación cuando se supone que están más enamoradas. Esto puede deberse a varias razones: miedo al compromiso o dudas respecto a la relación actual y necesidad de ponerse a prueba. O persones muy inseguras, con una baja autoestima o que han sido dañadas en el pasado, pueden desconfiar sistemáticamente y necesitar atacar para defenderse, pensando que mejor ser infieles ellos primero.

2- Cuando termina el enamoramiento inicial: el enamoramiento produce una intensidad a nivel emocional, que a muchas personas les genera adicción. Además en el enamoramiento existe una “revolución hormonal” con un aumento del deseo y la pasión, y una idealización del otro y la pareja, donde todo de se ve de “color rosa”. Y cuando la idealización da paso a la realidad y el tiempo disminuye la intensidad de las emociones, muchas personas pueden no ser capaces o no querer entrar en la siguiente fase, donde el enamoramiento deja paso al amor, más estable, más calmado.

3- Después de años de relación: es posible que la infidelidad surja tras años de relación, debido a una insatisfacción personal que afecta a la relación. O a una insatisfacción con la pareja, debido a la mala comunicación, el distanciamiento y la monotonía.

4- Infidelidad en la tercera edad: a veces ocurre que tras una vida de pareja estable uno de los dos miembros es infiel a una edad avanzada. Uno de los motivos frecuentes cuando se es infiel en este momento es la dificultad en gestionar de forma adecuada el paso hacia la vejez.

La pérdida de roles como al rol laboral, o el rol de persona fértil, puede generar una ansiedad tanto en hombres como en mujeres, que sufren una regresión, un deseo de volver atrás. Además en sociedades todavía machistas, como la nuestra, el hombre siente la necesidad de demostrar que todavía es un macho potente, fértil y poderoso y para ello puede buscar otra pareja más joven que él o que su actual pareja. Y las mujeres afectadas por la presión de tener que ser jóvenes y bonitas para sentirse valoradas, también pueden sentir ansiedad y buscar un aspecto más juvenil o una nueva pareja.

 

Consecuencias de la infidelidad.

Mientras que los motivos o las causas que pueden conducir a una persona a ser infiel con su pareja son muchos y varían según la persona o la relación, el resultado de una infidelidad (en un primer momento) siempre suele ser el mismo: sufrimiento, insatisfacción, crisis en la pareja e incertidumbre. Para muchas parejas, la fidelidad es uno de los pilares básicos de su relación y al romperse, se genera una crisis muy importante que no siempre es fácil de superar.

En general, al principio, la reacción más habitual es la incredulidad. Posteriormente suele aparecer el enfado, la rabia, la frustración, la tristeza y el miedo. Y se pueden dar emociones y conductas contradictorias que van desde el acercamiento hasta el alejamiento.

Uno de los factores a tener en cuenta es cómo se ha descubierto la infidelidad. Por ejemplo, encontrar o “pillar” a a nuestra pareja con otra persona, verlo con nuestros propios ojos, puede causar un impacto emocional que para algunas personas resulta incluso traumático. Con efectos muy estresantes que generan ansiedad y estrés, preocupaciones recurrentes, flashbacks o imágenes intrusivas y un miedo o malestar intenso por la posibilidad de que la infidelidad pueda volver a ocurrir.

También el tipo de infidelidad va a ser un factor decisivo a la hora de tomar decisiones, ya que no es lo mismo una infidelidad ocasional que una relación paralela. Y es importante saber cómo estaba la relación de pareja en el momento de la deslealtad, ya que a menudo la infidelidad sirve parar evidenciar que una relación ya estaba rota, o que tenía graves problemas.

La primera reacción de la mayoría de las parejas es terminar la relación o plantearse esta posibilidad. Para muchas personas es difícil imaginar que la relación pueda seguir siendo satisfactoria y viven la herida de la infidelidad como algo imposible de sanar. Otras parejas decidirán seguir adelante y tendrán que hacer un trabajo personal y de pareja que permita comprenderse mutuamente, escucharse, darse un tiempo, perdonar o lo que cada pareja necesite para poder seguir. No se trata de negar, evitar o intentar olvidar de una forma forzada, se trata de ver si la pareja es capaz de integrar y digerir el hecho y puede seguir adelante con nuevos recursos para tener una relación satisfactoria.

 

Terapia psicológica de pareja en los casos de infidelidad:

La decisión sobre continuar o no con la relación la deberá tomar la pareja, pero a menudo la crisis es tan fuerte que se necesita el apoyo o acompañamiento de profesionales de la psicología para poder transitar por este proceso de una forma lo más sana posible.

Si la pareja decide terminar con la relación, la terapia de pareja ayuda a facilitar una ruptura adecuada. Y posteriormente se intervendrá de forma individual par establecer la autoestima, la culpa, o los sentimientos que pueden estar afectando a cada uno de los miembros de la pareja.

En el caso de decidir seguir adelante con la relación, la terapia consiste en ayudar a expresar y liberar las emociones y trabajar para que ambos miembros sean capaces de escucharse, de escuchar qué siente el otro, cómo se siente.

Para ello es muy importante mejorar la comunicación y las habilidades asertivas, para que ambos puedan expresarse de forma clara, honesta y respetuosa. Y puedan comunicar qué necesitan del otro, no desde la rabia o la exigencia, sino desde el respeto.

Va a ser necesario facilitar un espacio para que el engañado pregunte y pueda ser respondido, limitando el tiempo, para que la comunicación no se convierta en un reproche constante. Y también es conveniente proporcionar técnicas de expresión de la agresividad de una forma constructiva. Y dar estrategias de relajación para poder manejar la ansiedad y el miedo.

Es importante que de forma paulatina, la pareja deje de centrarse en los aspectos negativos de la situación actual o de su relación de pareja antes de la infidelidad, y empiece a centrarse en los aspectos positivos que hacen que valga la pena seguir con la relación.

En el centro de Psicología Canvis de Barcelona, nuestro equipo de psicólogos/as te puede brindar el apoyo y las estrategias necesarias, ya sea de forma individual o mediante terapia de pareja, para transitar por el proceso que se genera tras una infidelidad, en un ambiente seguro y respetuoso, desde el acompañamiento, de manera que se facilite la expresión de las emociones, se mejore la comunicación y se pueda tomar conciencia de la situación de una forma sana y lo más satisfactoria posible.