La comunicación es el intercambio de información que se produce entre dos o más individuos con el objetivo de aportar información y recibirla. En este proceso intervienen un emisor y un receptor, además del mensaje que se pone de manifiesto.

La comunicación nos sirve para entendernos los unos a los otros, y como seres sociales que somos, es de vital importancia.

Gracias a la comunicación podemos relacionarnos con los otros, ya que es una gran herramienta para expresar lo que somos, lo que necesitamos o lo que queremos.

La comunicación es muy importante en muchos ámbitos de nuestra vida, pero en la pareja es crucial ya que se trata de una relación muy intensa e íntima, la cual requiere muchos cuidados. Por lo cual, cuidar la comunicación en la pareja repercute en la salud de la misma.

La comunicación ayuda a que la pareja sienta que se entiende, y por ende, que están conectados entre ellos. En una relación hay dos personas, cada una con su mundo, su universo y su manera de interpretarlo. Se trata de dos maneras de sentir diferentes, por lo cual encontrar un lenguaje común es crucial para poder tener un vínculo sano. Esto hará que los miembros de la pareja sientan que se comprenden, lo cual no siempre es fácil de conseguir. Para ello es muy importante ser consciente de ello para así poder trabajarlo.

De lo contrario se puede llegar a malos hábitos en la comunicación, llegando a que pueda ser, por ejemplo, agresiva, pasiva, a través de manipulación o que incluso llegue a ser nula. Por lo cual, lo primero que nos preguntamos es, ¿por qué suele haber un problema de comunicación en  la pareja?

Existen muchos motivos por los cuales una pareja pueda tener una comunicación insana, aquí muestro algunos:

  • No tener conciencia de que la comunicación es la base de una relación sana, por lo tanto no tratarla con el cuidado que se merece.
  • Que uno de los dos o los dos tengan una actitud agresiva, pasiva o pasivo – agresiva.
  • Tener un problema de escucha. Creemos que una conversación se basa en decir lo que sientes, pero a veces nos olvidamos que una parte muy importante de la comunicación se basa en escuchar. Esto sucede mucho en las parejas.
  • Hablar desde la ira y el enfado. Esto sucede cuando se guardan las emociones, las heridas y después se transmiten de manera disparada, sin cuidar el lenguaje.
  • Realizar críticas y juicios constantes sobre tu pareja también termina en una ruptura de la comunicación con tu pareja.
  • Desacreditar o ignorar las ideas o emociones de la pareja. Cada idea o sentimiento es válido, por mucho que, al ser diferentes, no nos lo parezcan.
  • Presuponer que el otro, por ser mi pareja, va a adivinar lo que yo estoy pensando, por lo cual, se termina no comunicando o dando cosas por hechas en vez de expresándolas. Lo que para nosotros es “obvio”, no tiene por qué serlo para el otro.
  • Realizar interpretaciones. En muchas ocasiones se realiza una interpretación de lo que el otro ha dicho según nuestra percepción, por ello es importante comunicar explícitamente qué es lo que se quiere expresar.
  • Por miedo a sentirse juzgado/juzgada, esto suele suceder en relaciones jerárquicas, en las que existe una relación de poder entre los miembros de la pareja. En la que una persona ejerce un poder sobre la otra. Muchas veces en este tipo de relaciones, el que se siente más por debajo de esta jerarquía, no se expresa por miedo a ser juzgado.
  • Tener tendencia a los reproches. Es muy importante saber “pasar página”, es decir, una vez hablado y solucionado un tema, no volver a sacarlo cada vez que haya un problema para culpar al otro. Esto es algo que debilita mucho la relación.

Cuando muchos o algunos de estos problemas emergen en una relación, la comunicación se debilita, y suceden algunas consecuencias dañinas para la misma. Aquí muestro algunas:

  • Malinterpretaciones, ya que, como he nombrado anteriormente, cuando se presupone o no se habla explícitamente, sacamos conclusiones según nuestra percepción.
  • Efecto bola de nieve. El hecho de tener una falta de comunicación lleva a que un problema que pueda ser más pequeño se vaya haciendo cada vez más grande:
    • Desarrollo de un vínculo emocional insano – Sentimiento de abandono emocional.
  • Desconfianza
  • Egoísmo
  • Desmotivación y desilusión en la pareja
  • Dificultad para tomar decisiones en la pareja – En últimos casos, ruptura de la misma.

 Una vez que hemos analizado cuáles pueden ser las causas y las consecuencias de una comunicación insana, nos preguntamos, ¿cómo podemos cuidar y mejorar la comunicación en pareja?

Principalmente, es muy necesario tener una buena actitud, una apertura hacia querer entender al otro a pesar de nuestras diferencias. Si no estamos dispuestos a ceder, a respetar las otras ideas, a no juzgar… es muy difícil que esta comunicación pueda hacerse.

Por otro lado el trabajo de una comunicación asertiva. ¿Qué es la comunicación asertiva?

La comunicación asertiva es un estilo de comunicación en el que expresas y muestras tus necesidades, tus sentimientos o tus ideas de una manera directa, pero también segura, humilde y tranquila, y además tienes empatía y respeto por lo que puedan necesitar, sentir o pensar las otras personas.

De esta manera, te comunicas equilibradamente compartiendo tus pensamientos y defendiendo tus derechos pero también tienes en cuenta a la persona que se encuentra al otro lado del diálogo. Es decir, te haces responsable de tus emociones y no cargas tu mochila sintiéndote responsable del otro.

El hecho de ser asertivo significa que uno encara la disensión hacia la resolución del conflicto.

La asertividad está relacionada con los límites. Es el arte de saber decir que no y sentirse cómodo con ello. Saber qué es lo que quiero y lo que no quiero.

Cuando no nos comunicamos de manera asertiva, es porque nos colocamos en otro estilo de comunicación insano, ¿cuáles son los tipos de comunicación?

–     Comunicación pasiva. Esto ocurre cuando no comunicas lo que piensas, sientes o necesitas. Normalmente se lleva a cabo para evitar el conflicto.

La comunicación pasiva  consiste en  no expresar lo que  se siente, piensa o desea en cada situación .Este hecho  puede generar mucho desgaste emocional, frustración, al no mostrar  esos sentimientos en cada momento.

Este tipo de comunicación se produce con la finalidad de no entrar en ningún tipo de conflicto con las personas allegadas, del entorno más directo: amigos, familia , pareja. Con el fin de no crear ninguna situación de tensión, estas personas ocultan sus propios pareceres y sentimientos.

Estas personas se pueden distinguir  por detalles no verbales y también  como vamos a ver por  ciertas maneras de expresarse.

  1. La más importante es guardarse todo tipo de sentimiento, no haciendo comentarios relacionados con sus gustos, deseos, por miedo a no ser comprendidos, o que esto pueda llevar a situaciones comprometidas con los demás.
  2. Estar siempre de acuerdo con las posturas de los demás., no atreviéndose a oponerse a sus ideas, con el único objetivo de no entrar en conflicto con ellos. La discusión sobre un tema concreto nunca entra en sus cálculos, aceptando las demás opiniones siempre.
  3. Usar el tiempo verbal impersonal. De esta manera tratan de hacer general y no personal su opinión o sentir ante las diferentes situaciones de la vida .Utilizaría la expresión “se debería” en vez de “yo haría” tal cosa…
  4. Suelen mantener  un perfil bajo en la participación en charlas y reuniones.  Las personas que practican la comunicación pasiva tienden a mirar hacia abajo, apenas miran a los ojos ,no hablan nunca en un tono alto , están situados como en una situación de paso  como para salir lo antes posible de este grupo y circunstancia..
  5. Se disculpan continuamente, aunque no haya razón para hacerlo.

La gente con este tipo de actuaciones es proclive a sufrir continuas frustraciones, una insatisfacción constante y por tanto una ausencia de bienestar .Esta costumbre de no manifestar nunca los sentimientos a veces denotan una falta de autoestima, y al mismo tiempo se puede convertir en la razón de la falta de autoestima, por lo cual es una espiral de la que es difícil salir y dar fin.

–     Comunicación agresiva. Aquí encontramos como principales protagonistas a las personas que solo tienen en cuenta sus propias opiniones, despreciando siempre las de los demás.

Se comunican de forma prepotente, a veces irrespetuosa, despectiva. Su único interés en la comunicación es que prevalezca su opinión sobre la de los demás. No se prestan a debate ni diálogo sobre ningún tema, infravalorando a las otras personas del grupo.

Vamos a ver en qué detalles podemos distinguir a una persona agresiva en la comunicación.

  1. Hacen comentarios humillantes, irrespetuosos, llegando a amenazar a quien no piensa como ellos. Hablan muy alto, sobresaliendo siempre su tono sobre el de los demás. Hablan bajo, solo  con objeto de molestar al resto con sus supuestas opiniones negativas hacia ellos.
  2. Como lenguaje no verbal, utilizan la mirada para intimidar a los demás de forma visual. Pretenden con estos gestos mantener el dominio de la situación. Usan gestos con las manos, como insinuando dar un puñetazo,  o señalando con el dedo índice  directamente, de manera amenazante a la persona que pretenden humillar. El cuerpo muestra una postura erguida y altiva. Tratan de incitar a los demás a la sumisión ante ellos.
  3. Hablan por encima del tono del resto, mostrando dominio de la situación, interrumpiendo cuando les viene en gana. Se molestan y se quejan por todo, ante situaciones con las que no estás de acuerdo, que son la mayoría.

 Demuestran una falta de inteligencia emocional, y al contrario de lo que se puede pesar , esta situación muestra  una carencia de confianza en uno mismo, y una falta de autoestima . Utilizando las armas antes descritas como defensa ante esta problemática personal.

El hecho de pensar que son inferiores en conocimientos, les lleva a intentar mostrarse superiores mediante una comunicación agresiva.

Este tipo de actitud en la comunicación es muy negativa para el buen desarrollo de las relaciones interpersonales, llegando a afectar a los  sentimientos, e incluso a la autoestima  de los demás

–     Comunicación pasiva agresiva: las personas que presentan este tipo de comunicación suelen mostrar ambigüedad cuando quieren expresar sus sentimientos y les cuesta resolver y gestionar conflictos con otras personas. Se muestran pasivas pero realmente tienen actitudes indirectas que pueden llegar a ser muy dañinas, aunque sea de manera inconsciente. Aunque parece pasiva en la superficie, actúa sutilmente enfadada. Utilizan el sarcasmo, la comunicación indirecta o la evitación del diálogo directo. Características:

  • No muestran sus sentimientos o Muestran resistencia pasiva o Usan el chantaje emocional o Evitan la responsabilidad
  • Minimizan los méritos ajenos

Las personas pasivo – agresivas esconden una exigencia muy grande en su personalidad, tienden a ser personas dependientes, que no tienen mucha confianza en sí mismas. Y aunque muestren lo contrario, realmente tienen una autoestima baja.

Por otro lado, es indispensable trabajar la empatía. Es decir, la capacidad de ponerse en el lugar del otro, para así entender mejor lo que siente y desde dónde está actuando o comunicándose. Esta es una capacidad que se trabaja y que es muy necesaria para tener una buena comunicación en pareja.

Cambiar el tú por el yo. Existen diferentes técnicas o mecanismos lingüísticos. Por ejemplo, si vas a expresar una crítica, en lugar de hacer recaer toda la responsabilidad de la acción en el otro con un “tú”, intenta formular la frase a partir de “yo”. Es decir, en vez de decir; “es que tú no me haces caso últimamente”, decir: “ yo últimamente me encuentro mal ya que me gustaría tener más atención”.

Cambiar el cómo se dice, ¿cuántas veces hemos escuchado esto de: “¡No, no es lo que me has dicho, es como me lo has dicho!”. El cómo tiene una importancia fundamental. Para ello es muy importante la comunicación no verbal. Ya que podemos decir una misma frase, pero depende de cómo la hemos dicho a través de nuestro lenguaje no verbal, es decir, cómo es nuestra postura, en qué lugar se posición nuestros brazos, el volumen en la que lo decimos, el tono, la distancia que ponemos con nuestra pareja, el contacto visual o los gestos de la cara, todo ello puede cambiar drásticamente el cómo lo recibe la otra persona, en este caso nuestra pareja.

Cambiar la queja por la petición. En lugar de quejarte, hacer una petición que esté más direccionada al cambio. Por ejemplo cambiar el: “Nunca me dices que cocino bien” por el “No sabes lo que me encantaría y lo feliz que me hace cuando me dices que cocino bien”. Y esto también está relacionado con las generalizaciones, intentar evitar los nunca, siempre… .

Crear espacios seguros de comunicación. Para ello por ejemplo, se puede quedar una vez a la semana para así tener una revisión continua de la pareja y no hablar las cosas ya cuando están los problemas encima, sino intentar ir comunicándose en estos espacios cómo se van sintiendo cada uno, también puede ser un espacio muy bonito de agradecimiento.

Nombrar las cosas cuando suceden, en el momento. No esperar a otro momento para decir lo que se quiere expresar, ya que muchas veces al no hablarlo en el momento se queda guardado en la memoria relacional de la pareja  y luego cuando se quiere hablar, al haber pasado un tiempo, no sé recuerda bien qué es lo que pasó pero la herida está ahí. Por lo cual, decirlo en el momento facilita a habituarse a crear espacios de diálogo sanos y claros en el aquí y el ahora.

Si se necesita pedir ayuda externa, a familiares, amigos o algún conocido con el que os sintáis bien para que os ayude a lidiar con algunos temas de los cuáles solo la pareja no es capaz. Pedir ayuda es de sabios.

Y por supuesto, pedir ayuda de profesionales en caso de que sea necesario. Cada vez son más los profesionales que están especializados en la terapia de pareja, y está teniendo efectos muy positivos. En terapia de pareja, el psicólogo ayuda, entre otras muchas cosas, a crear un ambiente armónico para que la comunicación sea sana, a interiorizar el estilo de comunicación que tiene cada miembro de la pareja, y a partir de ahí intentar mejorarlo.

Tener conversaciones incómodas, no evitar los “temas tabú”. Aquellos temas que nos incomodan y que tendemos a evitar, ya que nos producen incomodidad. Esos son los que realmente hacen que la relación crezca y avance.

Buscar espacios individuales en los que me siento y me escucho y desde los que trabajo lo que quiero comunicar. Para así no tender a comunicar sin pensar, desde el piloto automático.

Trabajar la escucha activa. La escucha activa es una habilidad del ser humano centrada en escuchar con atención a la persona con la que se mantiene una conversación. No se trata de estar pendiente de dar una respuesta y tan solo oír lo que dice. Esta habilidad comunicativa tiene como objetivo escuchar con atención y de forma activa

“Opinar diferente no tiene por qué distanciarnos, podemos construir desde la diferencia llegando al entendimiento del otro”

Desde el centro de psicología Canvis, os ofrecemos terapia en pareja que os puede ayudar a tener una comunicación más armoniosa en vuestra relación, y por ende, crecer con tu pareja.

Bibliografia

https://www.psicologiamadrid.es/comunicacionenpareja/

https://amayaco.com/comunicacionasertiva/queeslacomunicacionasertiva

https://sferamind.com/quesonlacomunicacionpasivaylacomunicacionagresiva/ https://www.ryapsicologos.net/autoayuda/consejosparabuenacomunicaciondepareja/

https://www.lavanguardia.com/vivo/sexo/20210428/6986112/comunicacionpareja.html  https://www.revistafamilia.ec/ellosyellas/afectafaltacomunicacionparejarelaciones.html  https://www.google.com/search?q=consecuencias+de+la+falta+de+comunicacion&rlz=1C1GC EA_enES949ES949&oq=consecuencias+de+la+falta+de+comunicacion&aqs=chrome..69i57j0i5

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