El duelo es definido como un proceso por el cual las personas responden ante una pérdida de una relación cercana, siendo este proceso entendido como la reacción emocional que surge en el individuo después de una pérdida. (Neimeyer, 2007). Este proceso es considerado una respuesta emocional normal ante una pérdida, cuya intensidad depende de numerosos factores personales y ambientales. Entre ellos cabe destacar las circunstancias que precedieron a la pérdida, el apego de la persona doliente con el fallecido y los rasgos de personalidad que manifieste el individuo (Echeburúa y Herrán, 2007). En este capitulo del blog, conceptualizamos el suicidio y el duelo, abordando el duelo por suicidio intra
Suicidio
El suicidio es considerado un fenómeno universal presente desde los inicios de la historia del ser humano, manifiesto en diferentes culturas y épocas. (Montalbán, 1998). Se estima que cada año 800.000 personas se quitan la vida en el mundo y al menos 16.000.000 personas lo intentan. Esto significa que en el mundo cada 40 segundos, alguien decide suicidarse. El número de suicidios en el año 2020 solo en España fue de 3.941, pasando así a ser la primera causa de muerte externa en nuestro país. De media se suicidan en España 11 personas al día. En concreto en el año 2020 el número de defunciones por suicidio aumentó en 270 personas, lo que implica un 7,4% más que en el año 2019. De esta forma el año 2020 ha sido en el que se han registrado más muertes por suicidio de la historia de España desde 1906. (Defunciones según causa de muerte, 2021)
Durante toda la historia del suicidio y leyendo a distintos autores, podemos comprobar cómo desde hace muchos siglos el suicidio ha sido condenado. Desde la sociología, se explica el suicidio en base a la tasa de suicidios de las diferentes sociedades dada por diferentes variables, aun así, no le da sentido a por qué dichas variables afectan más a unos individuos que a otros. Por su parte, la perspectiva psiquiátrica, aborda el suicidio desde el ámbito más individual de las personas, dejando sin explicación por qué solo algunos enfermos mentales llegan a consumar el suicidio. Por último, desde la orientación psicológica, son consideradas variables psicológicas importantes para la prevención y el tratamiento de las conductas autodestructivas. Sin embargo, esta perspectiva tampoco deja claro por qué sujetos con características psicológicas parecidas consuman el suicido y otras no presentan ninguna intención de llevar a cabo algún acto autodestructivo. (Gallego, 1983)
Los factores precipitantes al suicidio son entendidos como circunstancias o situaciones que son probables que sucedan de manera previa al suicidio y que mantienen con el acto suicida una posible relación causal. Entre estas destacan los problemas socioeconómicos y profesionales, enfermedades físicas y mentales, conflictos interpersonales, pérdida de cónyuge, disgustos familiares, separaciones y disoluciones del núcleo familiar (Montalbán, 1998).
El suicidio de un ser querido es una de las experiencias más devastadoras que una familia puede enfrentar. Cuando el fallecimiento ocurre dentro del núcleo familiar y se da por este motivo, los sentimientos de dolor, culpa y confusión dentro de la familia aumentan significativamente, complicando el proceso de elaboración de duelo.
Duelo
El duelo es el proceso natural de adaptación emocional, cognitiva y física ante una pérdida significativa. Worden (2013) clasifica las conductas normales y típicas de un duelo natural, dividiéndolas en cuatro categorías: sentimientos, sensaciones físicas, cogniciones y conductas.
Sensaciones físicas:
- Vacío en el estómago
- Opresión en el pecho
- Opresión en la garganta
- Hipersensibilidad al ruido
- Sensación de despersonalización
- Falta de aire
- Debilidad muscular
- Falta de energía
- Sequedad bucal
Sentimientos:
- Tristeza
- Enfado
- Culpa y autorreproche
- Ansiedad
- Fatiga
- Soledad
- Shock
- Impotencia
- Anhelo
- Emancipación
- Alivio
- Insensibilidad
Cogniciones:
- Incredulidad
- Confusión
- Preocupación
- Sentido de presencia
- Alucinaciones
Conductas:
- Trastornos del sueño
- Trastornos alimentarios
- Conducta distraída
- Aislamiento social
- Soñar con el fallecido
- Evitar recordatorios del fallecido
- Buscar y llamar en voz alta
- Suspirar
- Hiperactividad desasosegada
- Llorar
- Visitar lugar o llevar objetos que le recuerdan al fallecido
- atesorar objetos pertenecientes al fallecido
Es necesario comprender que según la posición en la que se encuentren las personas con respecto al concepto de muerte, el duelo por dicha pérdida será más o menos complicado. Es decir, depende de cómo se acepte la muerte y cómo se entienda la misma, el proceso de duelo de la persona doliente será diferente. En la actualidad, nuestra sociedad no experimenta la muerte como una etapa más de la vida, sino vive la muerte como un suceso horrible y del que nadie habla, lo que genera actitudes de ocultación sobre el proceso del duelo. En la antigüedad, las personas fallecían en sus casas, siendo conscientes de lo que estaban experimentando, rodeadas por su familia y amigos más cercanos. Actualmente, la forma de morir es diferente, donde la mayoría de las personas prefieren morir sin ser conscientes de ello (Cabodevilla, 2007)
El duelo que genera una muerte por suicido es de forma cualitativa mucho más diferente que el resto de tipos de duelos, siendo uno de los más difíciles de afrontar. (Acinas, 2014). La muerte de un ser querido ocasiona en las personas cercanas un sufrimiento fuerte a muchos niveles. Las personas que pasan por un proceso de duelo por suicidio se encuentran agotadas por el hecho de no comprender lo ocurrido, se sienten culpables por no haberse dado cuenta de la situación que vivía la persona que querían y por no haberle parado los pies a tiempo. Así mismo, este tipo de muerte no da lugar a un cierre de la relación, una despedida, ni a resolver algún conflicto pendiente, lo que hace que este proceso de duelo se complique e intensifique. La profundidad del acto de suicidio somete al círculo de personas cercano al individuo suicida a vivir reacciones emocionales de alta intensidad, que ocasionan estados de shock, aturdimiento y desconcierto. Viven a partir de este suceso en una búsqueda constante de una explicación racional a lo ocurrido, la cual en la mayoría de los casos nunca llega y hace que la desesperación y el dolor aumenten (Soro, 2019)
Cuando la causa de la muerte es el suicidio, el proceso de duelo como hemos mencionado puede volverse más complejo. Existen varias razones para esto:
- Culpa y auto-reproche: Los familiares pueden preguntarse si podrían haber evitado la tragedia. Pensamientos como «si hubiera prestado más atención» o «debí haber hecho algo» son frecuentes y pueden obstaculizar el proceso de sanación.
- Estigma social: Aún persisten prejuicios y tabúes en torno al suicidio, lo que puede hacer que los dolientes se sientan aislados o incomprendidos. En algunas culturas, hablar de suicidio sigue siendo un tema prohibido, lo que incrementa la dificultad de procesar la pérdida.
- Impacto en la dinámica familiar: La pérdida puede generar tensiones, cambios en los roles familiares y dificultades en la comunicación. Algunos miembros pueden sentirse distantes, mientras que otros buscan mayor cercanía.
- Dudas e incertidumbre: Muchas preguntas pueden quedar sin respuesta, aumentando el sufrimiento emocional. El desconocimiento de los motivos o la imposibilidad de comprender la decisión del ser querido pueden hacer que el duelo se prolongue más de lo habitual.
Etapas de duelo por suicido en la familia
El modelo de las cinco etapas del duelo de Elisabeth Kübler-Ross es frecuentemente citado, pero en casos de suicidio intrafamiliar, estas etapas pueden presentarse de manera más intensa o desordenada:
- Negación: Al principio, puede ser difícil aceptar que la pérdida ha ocurrido. Se pueden experimentar sentimientos de irrealidad o esperar que la persona vuelva.
- Ira: Sentimientos de enojo hacia la persona fallecida, hacia uno mismo o incluso hacia el sistema de salud. Se pueden presentar pensamientos como «¿Por qué lo hizo?» o «¿Por qué no nos avisó?».
- Negociación: Pensamientos del tipo «si hubiera hecho esto diferente…» son comunes. Los familiares pueden buscar explicaciones o formas de revertir lo sucedido en su imaginación.
- Depresión: Una tristeza profunda acompañada de sensación de vacío y desesperanza. Es en esta etapa donde pueden aparecer síntomas de depresión clínica, lo que puede requerir intervención profesional.
- Aceptación: No significa olvidar, sino encontrar formas de seguir adelante con la pérdida integrada en la vida. En esta fase, la persona comienza a recordar al fallecido con amor en lugar de con un dolor insoportable.
Cabe mencionar que no todos los dolientes atraviesan estas etapas de la misma manera ni en el mismo orden. Algunas personas pueden permanecer más tiempo en una etapa o regresar a otra en distintos momentos.
Reacciones emocionales comunes
Los duelos por suicidio en familias comparten las características propias de un duelo con otras circunstancias de muerte, sin embargo, la intensidad y la magnificación es propia de las familias que están pasando por este proceso. Además, autores afirman que este tipo de duelos aumenta el riesgo de ser un duelo complicado y por esto mismo, es un proceso que demanda un soporte mayor (Tal Young et al., 2012). Así mismo, el impacto que produce el suicidio en la familia puede generar una gran repercusión en la salud mental de esta, llegando a producir alteraciones mentales y dificultades interpersonales (Kawano, 2011).
En el plano social el estigma existente relacionado con el suicidio hace que sea una tarea difícil expresar las reacciones propias al suicidio de un familiar. Las familias que han sufrido un periodo de duelo por suicidio de un miembro son sentenciadas por ello, recibiendo notablemente un menor apoyo social. Este hecho genera dentro del sistema sentimientos de vergüenza al hablar sobre el acto suicida y las respuestas emocionales al mismo. Todo ello se da debido a las creencias de la familia de estar siendo juzgados e incomprendidos por el resto (Victoria & Pérez, 2012). En la misma línea de los sentimientos de vergüenza y culpabilidad por lo ocurrido, aparecen sentimientos de angustia relacionados con el fracaso del rol de los miembros de la familia, dicho sentimiento presenta una alta incidencia en los padres y madres del suicida. (Victoria & Pérez, 2012)
Factores de riesgo y de protección
Algunos factores pueden complicar el duelo como antecedentes de enfermedades mentales en la familia, falta de apoyo social o una relación conflictiva con la persona fallecida. Sin embargo, también existen factores que pueden facilitar la adaptación y la correcta elaboración del proceso de duelo.
- Acceso a redes de apoyo: Familia, amigos, grupos de ayuda y profesionales de la salud mental pueden marcar una gran diferencia.
- Terapia psicológica: Especialmente con terapeutas especializados en duelo y trauma, quienes pueden brindar herramientas para procesar la pérdida.
- Expresión emocional: Escribir, hablar y compartir sentimientos ayuda a procesar la pérdida de manera más saludable.
Estrategias para Afrontar el Duelo
Superar la pérdida de un ser querido por suicidio no significa olvidar, sino aprender a vivir con la ausencia. Existen diferentes herramientas y estrategias que se pueden tener en cuenta a la hora de afrontar a nivel familiar esta situación tan compleja, y que, además, son importantes para la correcta elaboración del duelo.
- Aceptar los sentimientos: Permitirse sentir tristeza, enojo o confusión sin juzgarse .En muchas ocasiones los sentimientos asociados a la pérdida son negados o anulados, debido a la complejidad que conlleva aceptar lo ocurrido y analizar cómo me estoy sintiendo con eso.
- Hablar sobre la pérdida: No evitar el tema, sino abordarlo con confianza y apertura, dejando salir las emociones asociadas a la circunstancias. Es muy común ver cómo las personas en duelo evitan mencionar a la persona fallecida o recordar asuntos que tengan que ver con ello, lo cual empeora el proceso.
- Mantener rutinas saludables: En situaciones tan complejas, donde la carga emocional es elevada, es habitual que exista una pérdida de apetito, disminución de energía y además suele venir acompañado de alteraciones en el ciclo sueño-vigilia. Con esto, es importante poder mantener rutinas adecuadas y saludables en estos momentos.
- Buscar apoyo profesional: En el contexto de una pérdida muy cercana por suicidio, donde el dolor de la ausencia y de cómo se ha dado la situación nos hace sentirnos impotentes, tristes, enfadados, es fácil que surjan sentimientos de desbordamiento con la experiencia. Es importante valorar la situación y pedir ayuda profesional es una muy buena opción para buscar un guía que te ayude a llevar el proceso de la mejor forma posible.
Conclusión
El duelo por suicidio intrafamiliar es una experiencia dolorosa y compleja, pero con apoyo adecuado, es posible encontrar significado y seguir adelante. La comprensión, el amor y el acompañamiento son fundamentales para quienes atraviesan esta pérdida. Si tú o alguien que conoces está enfrentando este tipo de duelo, buscar ayuda es un acto de valentía y un paso crucial hacia la sanación. Desde Canvis, podemos ayudarte a encontrar la forma de procesar la situación de pérdida.
Bibliografía
Acinas, P. (2014). Suicidios: manual de prevención, intervención y post intervención de la conducta suicida. Fundación Salud Mental España.
Cabodevilla, I. (2007). Las pérdidas y sus duelos. Anales del Sistema Sanitario de Navarra,30. 163-176
Defunciones según causa de muerte. (2021, 10 noviembre). Instituto Nacional de Estadística
Echeburúa, E., y Herrán, A. (2007). ¿Cuándo el duelo es patológico y cómo hay que tratarlo?Análisis y Modificación de conducta, 33(147). https://doi.org/10.33776/amc.v33i147.1205
Gallego, L. V. (1993). El pensamiento de suicidio en la adolescencia. Universidad de Deusto.
Kawano K. (2011). The mental health of persons bereaved by suicide.
Montalbán, S. R. (1998). La conducta suicida. ARAN.
Neimeyer, R. (2007). Aprender de la pérdida. una guía para afrontar el duelo. Capítulo 4: La actividad del duelo, 67-93.
Soro, M. (2019). Propuesta de programa ante duelo por suicido: prevención del duelo patológico. Trabajo Fin de Grado. Universidad Católica de Valencia.
Tal Young I, Iglewicz A, Glorioso D, Lanouette N, Seay K, Ilapakurti M, et al. (2012). Suicide bereavement and complicated grief, Dialogues in Clinical Neuroscience, 14, 177–86
Victoria, C. R, y Pérez, C. (2012). Duelo antes muerte por suicido. Revista Habanera de Ciencias Médicas, 12(2).
Worden, J.W . (2013). El Tratamiento del Duelo: Asesoramiento psicológico y terapia. Paidós.

Graduada en psicología por la Universidad de Huelva. Master en orientación y mediación familiar en la Universidad Pontificia de Salamanca.
Master en psicología general sanitaria en la Universidad Internacional de la Empresa.