Terapia psicológica en la adolescencia

La adolescencia constituye una época de grandes cambios en el individuo, tanto a nivel físico como a nivel psíquico y emocional. La forma en que el adolescente resuelve los conflictos propios a esta etapa vital tiene una gran trascendencia en su desenvolvimiento futuro como individuo libre, autónomo y adulto.

La sexualidad, el cuerpo, la amistad, el amor, el futuro laboral y académico, la pareja…son temáticas que tanto en el adolescente como en sus padres generan dudas, preocupaciones, temores, ilusiones, frustraciones, deseos y sufrimiento. En muchas ocasiones todos los participantes sienten que carecen de recursos para hacer frente a todas estas temáticas que se les plantean y que suelen ser complejas, cambiantes y en la mayoría de ocasiones, dolorosas. La propuesta de Canvis de cara a potenciar los recursos del adolescente y de sus padres es ofrecer respuestas ajustadas a cada caso, para por la creación de espacios de naturaleza terapéutica – a nivel individual, grupal o familiar – en los cuales se fomente el pensamiento, la clarificación, el análisis y la reflexión en un clima de comprensión y de escucha.

Mención especial requiere el trabajo que realizamos con los padres del adolescente, quienes han de hacer frente a un hijo cambiante, en el sentido más amplio de la palabra, y que no es aquel niño que obedecía y que no era suficientemente autónomo. Buscar él equilibrio entre la dependencia que todavía tiene el adolescente del adulto y la autonomía e identidad que va adquiriendo, es un ejercicio difícil pero que a la vez puede ser apasionante en el sentido del reencuentro y el redescubrimiento entre padres e hijos. El profesional responsable del tratamiento, con el asesoramiento a los padres o con un trabajo más en profundidad con ellos y con el hijo intentamos ayudar en este proceso de resituarse en los roles que la nueva situación impone.

• Entender los cambios psíquicos y biológicos: entrar en la edad adulta, incertidumbre, problemas de adaptación.
• Prepararse para la sexualidad: conocer sus necesidades, evitar embarazos indeseados, aborto.
• Estudios: proyectos, capacidades intelectuales, dudas.
• Encontrarse con el otro género: buscar una pareja, deseos, frustraciones, fantasías que acompañan.
• Mundo laboral: prepararse para la inserción en el trabajo.

Después del nacimiento, la adolescencia es el periodo más enriquecedor de la vida, ya que representa “el nacimiento a la vida adulta”. Es un momento reorganizador del grupo familiar, una etapa de la vida que moviliza emociones importantes en todos los miembros y ayuda a cuestionar creencias y posiciones en un proceso de enriquecimiento y de crecimiento personal y familiar.

En Canvis ofrecemos un espacio destinado a los padres de adolescentes en el que pueden encontrar asesoramiento y comprensión profesional en aquellos temas que más les inquietan en referencia a sus hijos (sexualidad, drogas, estudios, trastornos de alimentación y de comportamiento).

Desde Canvis nuestro propósito es ayudar en pocas sesiones a los padres para que adquieran una mayor comprensión del proceso evolutivo por el que atraviesa su hijo, como un primer paso para adquirir los recursos que les ayuden a enfrentarse a aquellas situaciones que se perciben difíciles o críticas.

Ignorar o minimizar el dolor y la confusión por los que atraviesa el adolescente supone el riesgo de provocar un estancamiento en el proceso de crecimiento o una fractura que suponga un mayor distanciamiento con los padres.

El objetivo de Canvis es que los padres recuperen la confianza en sus recursos y en el propio adolescente y que este periodo pueda ser utilizado para crecer todos juntos.

En numerosas ocasiones el adolescente, apremiado por la celeridad con la que siente sus cambios y desbordado por la multitud de dudas respecto a su futuro como individuo autónomo, hace también dudar a los padres de su capacidad y valía como tales. Les obliga a enfrentarse de forma brusca con el hijo que ha cambiado y que no es el mismo de la infancia.

La distorsión de la percepción del propio cuerpo y del rol que se desempeña dentro de la familia, el sentirse por encima de la vida y de la muerte y la no aceptación del límite, son algunos de estos fenómenos ligados a la mentira que, entre otros, siempre vamos a observar en las anoréxicas. Esta inversión de la verdad, de la realidad, invita a la anoréxica a que se recree en un mundo y una forma de concebirlo que es irreal, ideal y hecha a medida, sin límites

Cada vez más vemos pacientes que no tienen por qué ceñirse al perfil que antes describía y venimos observando con preocupación que la anorexia se ha extendido, por ejemplo, a otras etapas vitales que van más allá de la adolescencia. No es infrecuente que en la actualidad acudan a las consultas de los profesionales de la salud mujeres de mediana edad presentando sintomatología anoréxica. Tampoco es infrecuente que acudan demandando ayuda varones jóvenes que presentan trastornos en la alimentación que hace un tiempo sólo se observaban en las mujeres. ¿Qué es lo que está sucediendo?

La anorexia también tiene un componente social muy importante. Vivimos en una sociedad que ya de por sí fomenta que se tolere poco el error, la posibilidad de equivocarse, la imperfección. En un mundo tan competitivo donde predominan los valores ligados a la juventud, el no ser la más guapa o la que tiene la figura más esbelta es sinónimo de fracaso, de debilidad y de vulnerabilidad.

La anorexia también puede ser entendida como una lucha desesperada de la persona que la padece frente al inexorable paso del tiempo. La adolescente frente a la pérdida de la infancia idealizada, las mujeres de mediana edad frente a la pérdida de la juventud. En última instancia, se lucha contra la idea de final, de muerte, el último de los límites. Esta es la gran mentira de la anorexia, hacer sentir al individuo que es capaz de burlar el destino y de manera trágica lo conduce precisamente hacia la muerte.

La anorexia puede ser vista como una patología de la intolerancia, el kilo de más, los errores y las frustraciones habituales de la vida cotidiana, no pueden ser tolerados. Muchas anoréxicas suelen ser jóvenes que durante su infancia han sido hijas modélicas, muy buenas estudiantes, disciplinadas y excelentes deportistas, es decir, su evolución y crecimiento ya vienen definidos desde temprano por la idea de perfección.

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