Muchos de nosotros, a lo largo de nuestras vidas, nos hemos dicho (más o menos veces) “debería cambiar esto” o “no quiero seguir así” y, por consiguiente, nos hemos planteado realizar un cambio. Pero la mayoría de las veces este planteamiento se ha quedado justamente en esto: un pensamiento que no se transforma en acción. Algunas veces nos vencen los miedos, otras las dudas, otras el desconocimiento.

Hace unos meses, la empresa IKEA publicó un anuncio muy original en el que, según mi punto de vista, consiguió dar con los aspectos más importantes para afrontar los cambios de un modo óptimo. Os invito a que veáis el vídeo y reflexionéis si estáis de acuerdo con los puntos que se enumeran a continuación:

 

– Adaptación y aceptación del cambio: muchas veces no empezamos un cambio porque sí. Al igual que el señor del vídeo, que un día se encuentra con que su espacio en el banco está ocupado, nos podemos encontrar con situaciones que nos impiden seguir como estábamos hasta el momento (una pérdida de un familiar o de un trabajo, una ruptura, una aparición de dolor o sufrimiento…). Aunque estas situaciones nos puedan hacer sentir rabia, tristeza o impotencia, y podamos pasar mucho tiempo así, al final dependerá de nosotros decidir si queremos hacer como el señor del vídeo: aceptar la nueva situación, adaptarnos a ella e ir a buscar nuestra propia “silla”.

– Motivación al cambio: al igual que nuestro protagonista, mantener una actitud abierta a la novedad y un interés en descubrir nos puede ayudar a cambiar más fácilmente y a encontrar las experiencias positivas que estos cambios pueden aportarnos.

– Paso a paso: los cambios no siempre tienen que ser drásticos y romper de golpe con nuestra zona de confort, también los podemos hacer pasito a pasito: primero ponernos al lado del banco, luego acercarnos al lago, luego salir del parque…

Asumir que no todo sale bien a la primera: nadie dice que el cambio sea fácil ni rápido: al igual que el señor del vídeo, a quien se le escapa el caballo y se hace un lío con los palillos chinos, nos encontraremos con dificultades en nuestro camino. Más que verlos como errores o fallos, podemos plantearlo como oportunidades para aprender (si algo sale bien a la primera no aprendemos mucho, pues quería decir que ya lo sabíamos hacer antes de empezar).

– El cambio no tiene edad: mientras conservemos nuestro cerebro, seguiremos teniendo la herramienta básica para producir cambios de mayor o menor envergadura.

– Empieza con ayuda: si observamos al protagonista del vídeo, podremos ver que en los primeros cambios se ayuda de un bastón y que, cuando va cogiendo más confianza y seguridad, lo deja.

  •           Todos tenemos derecho a ser ayudados hasta que nos sentimos preparados para caminar solos. Por este motivo desde Canvis queremos ser tu bastón.

¿Se te ocurren más características importantes para realizar un cambio? ¿Cambiarías alguna de las descritas? ¿Has visto alguna más en el vídeo? No dudes en comentar en la publicación, ¡queremos conocer tu opinión!

 

Aleix Comas