Mantener una buena comunicación de pareja representa un factor indispensable para establecer relaciones sentimentales sanas y seguras. A veces, esta comunicación se ve influenciada por dinámicas o patrones de comportamiento que hacen que la relación de pareja no sea al mismo nivel, es decir, de igual a igual. Los celos intervienen en este sentido, dificultando en la comunicación y generando sentimientos de desconfianza, duda y/o traición hacia la pareja.

Concretamente, el síndrome de Otelo es un patrón de celos patológicos que representa serias dificultades para la pareja. De hecho, recibe este nombre en memoria al drama de William Shakespeare “Otelo, el moro de Venecia”, quién llevó la sospecha de la infidelidad de su pareja a tal extremo, que acabó asesinándola y suicidándose poco después.

Los celos: diferentes tipos

Los celos encarnan una reacción emocional de uno de los miembros de la pareja ante la sospecha de una posible infidelidad por parte del otro. Generalmente, la persona que sufre de celos se siente amenazada ante la idea de poder perder a su pareja, concibiendo muchas veces, el amor hacia la otra persona como una posesión de ésta.

La amenaza ante la pérdida suele ir ligada a creencias o conjeturas que elabora la persona para explicar aquellos comportamientos de la pareja que destaca como inusuales.

Como toda reacción emocional, los celos pueden aparecer de distinta modalidad y en distinta magnitud. Analicemos brevemente algunas de sus presentaciones.

Reacción de celos: normal u ocasional

Se presenta de manera transitoria, generalmente tras algún cambio en la relación o en la pareja. La persona es capaz de identificar sus pensamientos y cuestionarlos de manera racional.

Reacción de celos: reactiva

A raíz de una infidelidad real previa o un cambio brusco en la pareja, la persona siente miedo y desconfianza hacia la otra persona. Buscará aclarar sus dudas o despejar las sospechas con su pareja.

Reacción de celos: exagerada o con ciertos rasgos de personalidad

El rasgo celotípico de personalidad aparece en personas desconfiadas y suspicaces. Los celos pueden ser infundados. Estas personas conciben el amor como algo controlado y posesivo, afectando a sus relaciones de pareja, amistosas, familiares o incluso a sus relaciones laborales.

Reacción de celos: patológica con origen psicótico

Es la presentación de celos más exagerada, ya que existe una distorsión de la realidad que enmascara una reacción de celos delirante y paranoica. La persona que sufre de este tipo de celos, construye una realidad paralela en la que sus creencias sobre la supuesta infidelidad se sustentan en conductas que muestra el otro miembro de la pareja. Por este motivo, la persona está constantemente realizando conductas comprobatorias, llegando incluso a rozar lo obsesivo. En este tipo de reacción es donde encaja el síndrome de Otelo.

El Síndrome de Otelo

Esta presentación de celos patológicos se caracteriza por el pensamiento delirante que estructura la realidad de la persona. Sus ideas y pensamientos son totalmente irracionales, ya que no existe una veracidad sobre éstos. En cierto sentido, no les importan las pruebas lógicas, ya que estas personas solo ven lo que quieren ver. En otras palabras, solo prestan atención a aquellos comportamientos o reacciones de la pareja que puedan ir en la dirección de confirmar sus creencias.

En ocasiones, pueden incluso llegar a ver cambios en el comportamiento de la pareja que no existen, ya que la ilusión por creer que ellos están en lo cierto, les nubla el juicio. Su convencimiento se basa en ser la víctima de una conspiración o una traición sentimental.

La persona que presenta el síndrome no es capaz de racionalizar sus creencias, creando graves dificultades en la relación de pareja por sus conductas controladoras, impulsivas y obsesivas. La frustración que acompaña a los celos, muestra la inseguridad propia de la persona. Ante esta inseguridad, responderá con conductas todavía más controladoras y dominantes hacia su pareja.

Causas del Síndrome de Otelo

No se ha encontrado todavía una base científica que explique las causas fisiológicas del síndrome de Otelo. Lo que sí parecen mostrar algunas investigaciones, es que la presentación del síndrome puede ir asociada a un conjunto de circunstancias fisiológicas, emocionales y/o ambientales.

Se ha visto que las personas que presentan el síndrome de Otelo se caracterizan en su mayoría, por tener niveles bajos de autoestima y dificultades para expresar sus emociones. En ciertos casos, la autoestima baja con un patrón de inseguridad alto, viene relacionada con traumas vividos con anterioridad. Traumas relacionados con el abandono o la carencia de afecto.

Es por esta razón, que el contexto cultural de la persona durante su crecimiento, puede determinar ideas o tendencias de amor posesivo y exclusivo. En este sentido, la persona puede desarrollar el síndrome en un momento dado de su vida, en el que confluyan circunstancias ambientales y/o emocionales que puedan enlazarse con los traumas anteriores.

Puede afectar por igual a hombres y a mujeres, aunque ciertos estudios muestran un leve indicio de mayor prevalencia en hombres. Asimismo, puede presentarse a cualquier edad, aunque existen más casos desarrollados durante la adultez.

Por la presentación cognitiva y conductual del síndrome, se asocia fácilmente a personas que muestran un rol dominante en las relaciones de pareja. Son personas que ya tienden al control y a la posesión en las relaciones sentimentales, desencadenando fácilmente conductas de vigilancia hacia la otra persona.

También parece existir una relación del síndrome de Otelo con dos situaciones concretas. En primer lugar, personas con patrones de consumo de sustancias, generalmente alcohol, ya que éste les permite desinhibirse y desencadenar los comportamientos de celopatía más fácilmente. En segundo lugar, personas con diagnóstico de enfermedad de Parkinson que están siendo tratadas con fármacos agonistas dopaminérgicos, han desarrollado el síndrome. En este caso, la disminución del fármaco ha mejorado la problemática en gran parte de los casos.

Patrones de comportamiento de la persona que padece el Síndrome de Otelo

Hablamos de patrones de comportamiento más que de síntomas, puesto que la persona que sufre el síndrome empieza a establecer dinámicas o comportamientos que acaban retroalimentando su creencia delirante. Es característico ver cómo siempre hablan de “un otro”, como el otro que interviene en su relación de pareja, pero que no saben describir cómo es. Parece más bien una idea fantasmática que corrobora su realidad delirante.

Comportamientos y reacciones

  • Alto grado de desconfianza hacia la pareja, familiares y/o ambiente.
  • Sentimiento de traición, da por sentado que es la víctima de una infidelidad.
  • Falta de insight o consciencia de su delirio, su verdad es absoluta y no es consciente de la falsedad de su creencia.
  • Alteraciones emocionales como lloros, depresión, ansiedad, frustración, violencia física y/o verbal, irritabilidad, etc. Emociones con alto nivel de sufrimiento.
  • Incapacidad para racionalizar la realidad, no hay una lógica que estructure el pensamiento.
  • Sesgo de confirmación, es la tendencia a aceptar todo aquello que confirma la creencia del sujeto y a rechazar aquello que no. La persona tiende a prestar atención selectivamente a aquellos detalles que alimentan su delirio.
  • Celos generalizados, irracionales, excesivos, enfermizos y delirantes hacia la pareja.
  • Hipervigilancia, está en constante alerta y búsqueda de pruebas sobre la infidelidad.
  • Pensamientos intrusivos sobre la infidelidad. Imagina situaciones irreales de forma inconsciente para alimentar su delirio.
  • Conductas obsesivas de comprobación que le ocupan la mayor parte del tiempo.
  • Alteración significativa en el resto de esferas de su vida.
  • Alteración en la percepción, búsqueda incansable de detalles que conecten con la infidelidad de la pareja.
  • Imposibilidad para controlar sus impulsos.
  • Reacciones contradictorias, quiere destapar el engaño y castigar a la pareja, y al mismo tiempo, conservar y restaurar su relación.
  • En casos extremos puede desarrollar conductas de violencia extrema y llegar al maltrato, homicidio y/o suicidio.

Es importante remarcar este último patrón de comportamiento, ya que el síndrome de Otelo llevado al extremo, puede fácilmente desembocar en un patrón de violencia de género y/o incluso el homicidio de la persona amada.

Afectación en la relación de pareja

La creencia incansable de que otra persona está interfiriendo en la relación de pareja, desencadena una serie de comportamientos de recelo y comprobación que marcaran nuevas dinámicas de pareja.

La conducta de la persona que presenta el síndrome de Otelo, se caracterizará por un patrón de comportamientos obsesivos y sistemáticos que irán encaminados a desenmascarar la supuesta infidelidad de la pareja. Algunos de estos comportamientos pueden ser los siguientes:

– Revisar constantemente el teléfono de la pareja, buscando nuevos contactos o conversaciones.

– Revisar las cuentas bancarias en busca de movimientos sospechosos que confirmen su creencia.

– Revisar continuamente las redes sociales de la pareja, buscando fotografías o nuevas amistades. Puede fácilmente revisar también las cuentas de amigos o familiares de la pareja, con la convicción de encontrar aquello que busca.

– Pedir a la pareja que dé explicaciones de dónde está o a dónde ha ido.

– Presentarse repentinamente en el lugar en el que la pareja esté trabajando, con los amigos o con la familia, con tal de sorprender y encontrar la prueba de la infidelidad.

– Interrogar y cuestionar constantemente a la pareja, ansiando la confesión y la culpa.

– Analizar los encuentros sexuales y poner a prueba a la pareja, ver si tiene ganas o si le rechaza.

El patrón obsesivo de la persona, presentado de manera prolongada en el tiempo, provoca el cansancio y malestar de la pareja y, por tanto, de la relación entre ambos. Física y emocionalmente, la persona que está siendo cuestionada se siente cansada y devastada ante la imposibilidad de razonamiento del otro miembro de la pareja.

Toda esta situación acaba fácilmente desembocando en una relación tóxica. La irritabilidad, impulsividad y agresividad verbal y/o física de la persona con el síndrome, junto con la pesadez, el cansancio y la angustia de la persona cuestionada, forman un patrón clásico de violencia de género con un alto riesgo de daño.

Precisamente por razones como las comentadas, resulta de vital importancia acudir a un profesional de la salud ante los primeros indicios de un comportamiento como este.

Tratamiento para el Síndrome de Otelo

Las personas con síndrome de Otelo no suelen acudir a consulta de manera voluntaria. Generalmente son pacientes desconfiados que no reconocen su enfermedad y que, por tanto, cuando acuden a consulta suele ser por el pedido de un familiar, o con motivo de realizar una terapia de pareja que ayude a restaurar la relación sentimental.

Una vez iniciada la psicoterapia, el psicólogo buscará enfrentar la conducta del paciente para ayudarle a percibir lo que es real de lo que no lo es.  Debido a la falta de insight o consciencia del problema, debemos considerar un tratamiento combinado entre la farmacoterapia y la psicoterapia. Los fármacos ayudarán al paciente a recuperar el control sobre sus impulsos y a mejorar su estado emocional y cognitivo, facilitando el distanciamiento con el delirio.

Al mismo tiempo, una de las prioridades del profesional que intervenga deberá ser la evaluación del riesgo de daño que existe con la pareja y/o con los hijos, para establecer medidas de protección como primera necesidad. Además, proporcionará apoyo psicológico a ambos miembros de la pareja, abordando problemáticas comórbidas, si es que las hay, como,por ejemplo, abuso de sustancias.

Centrándonos en la psicoterapia individual, el psicólogo se focalizará en:

– Abordar las conductas obsesivas de comprobación, promoviendo el control de impulsos y reduciendo la ansiedad para evitar que estas conductas sigan actuando como refuerzo negativo.

– Identificar las creencias irracionales, exponerlas y debatirlas.

– Presentar modelos de relaciones sanas, para desmontar falsas creencias culturales.

– Trabajar en la autoestima y el autoconcepto del paciente.

Respecto a la psicoterapia en pareja, el psicólogo se dirigirá a:

– Fortalecer el vínculo afectivo

– Aumentar la confianza mutua

– Aprender nuevas dinámicas de comunicación asertiva

– Fomentar la empatía

– Potenciar la escucha activa

– Promover la expresión de sentimientos y necesidades

En el centro de psicología Canvis de Barcelona, nuestro equipo de psicólogos está preparado para actuar en estos casos, realizando terapias individuales, de pareja y/o familiares.

Pueden ser de interés en este caso, algunos de los talleres grupales que realizamos sobre la autoestima en las relaciones saludables, las relaciones tóxicas y la inteligencia emocional, entre otros.