La violencia de género es un problema sistémico arraigado que ocurre en todo el mundo y en todas las esferas, sin importar la edad, el estatus social o la cultura, creando repercusiones devastadoras en la salud mental de las víctimas.

Este tipo de violencia se transmite a través de la concepción patriarcal que legitima la violencia contra las mujeres y niñas, aceptándola y normalizándola, sosteniéndose sobre unas raíces históricas dañinas que determinan los roles pertenecientes a cada género.

Aunque la lucha a favor de la igualdad ha logrado disminuir la diferencia entre los géneros, la presencia de las mujeres en la esfera social, política y económica sigue sin ser equiparable con la del género masculino, ya que la asunción de ciertas funciones, reglas y valores establecidos diferencian a las mujeres de los hombres, privilegiándolos a ellos y anulando el género femenino. El reflejo de ello son las tasas de violencia física, psicológica, sexual, económica, entre otras, que privan a las mujeres de los derechos humanos fundamentales, como el derecho a la vida, la dignidad, la libertad y la seguridad, de los que deben disponer todas las personas.

El arte representa metafóricamente un espejo para las personas, ya que refleja sus emociones, sus experiencias y su historia con cada detalle que van plasmando en sus obras. De este modo, las víctimas pueden enfrentarse a sí mismas, a sus síntomas y al dolor que conlleva la exposición al maltrato, volviendo a sentirse libres.

Hablando de cifras

Las cifras presentadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE, 2020) en cuanto a la problemática de la violencia de género y la violencia doméstica en España, muestran que en 2019 el número de víctimas de violencia de género alcanzó los 31.911 casos (un 2% más que en 2018), y en el caso de la violencia doméstica hubo 7.654 personas afectadas (un aumento del 3,6% con respecto al año anterior). Así, en 2019 se registró un total de 39,757 víctimas en España, tanto de violencia de género como de violencia doméstica. De esta cifra, 36.745 personas la conformaron mujeres y 3.012 fueron hombres.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres, 2020), el 35% de mujeres del mundo han sufrido algún tipo de violencia, tanto física como psicológica, tanto de su pareja o cónyuge, como de su expareja o ex cónyuge, y por personas ajenas a cualquier tipo de relación sentimental. En 2017, se estima que se produjeron 87.000 feminicidios a nivel mundial en el ámbito familiar o íntimo, tanto de pareja como ex pareja. Esto supone que unas 137 mujeres son asesinadas diariamente.

En este sentido, se hace evidente la necesidad inmediata de reducir estas cifras tan desorbitadas y proteger a las mujeres que han sobrevivido a la violencia, puesto que las víctimas presentan un amplio abanico sintomatológico de trastornos mentales y emocionales derivados de las vivencias soportadas por el maltrato, y es por ello que el arteterapia es una herramienta que puede resultar realmente útil en la intervención con las víctimas de violencia de género.

Violencia de género

La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), en el apartado número 19 de sus recomendaciones del año 1993, definía que la violencia contra las mujeres o violencia de género representa una manera de discriminación que entorpece seriamente el disfrute de los derechos y libertades humanos, existiendo una marcada desigualdad en cuanto a los derechos del hombre. Esta exposición también incorpora la violencia ligada al sexo, referida a la violencia que se ejerce hacia la mujer por el mero hecho de ser mujer y de un modo desmesurado. Asimismo, también atañe a las acciones que causan dolor de carácter físico, psicológico o sexual, dándose situaciones de amenaza y coacción que arrebatan a las víctimas su libertad.

A lo largo de la historia, el maltrato y la violencia en el seno familiar se ha presentado como algo propio de la convivencia y, por ende, aceptado y permitido por un largo transcurso de tiempo. La concepción del maltrato como algo privado ha favorecido a que, por una parte, se hiciera al hombre poseedor del poder y el derecho sobre la mujer, siendo legítimo el uso de la violencia para someterla y, por otra parte, evolucionando a un pensamiento de que era algo que ocurría dentro de la familia y había que dejar que se resolviera en el ámbito privado. La cuestión es que, aunque se hayan logrado muchos avances, este tipo de pensamiento todavía prevalece y, de hecho, este pensamiento erróneo arraigado y perpetrado que apoya la resolución del conflicto en la privacidad, es un problema que, a día de hoy, resulta ser un impedimento para que las víctimas de malos tratos denuncien la violencia y que, además, la oculten.

Tipos de violencia contra las mujeres:

  • Violencia psicológica: actitudes y comportamientos intencionados que tienen el objetivo de minimizar y causar dolor. Un ejemplo de ello es el lenguaje empleado, mediante el que se menoscaba a la mujer a través de insultos, críticas, coacciones, amenazas… dentro de una carencia de comunicación, un clima hostil, de aislamiento y anulación de la víctima.
  • Violencia física: acción o conducta que menoscabe la integridad del cuerpo de la víctima o pueda causarle algún tipo de agravio o enfermedad. Un ejemplo de ello es golpear directamente a la persona con diferentes partes del cuerpo u otros objetos, empujarla, hacer uso de armas, tirarle objetos, abofetearla, etc.
  • Violencia sexual: obligar a tener relaciones sexuales en contra de la voluntad de la otra persona o que haya un abuso de poder mediante coacción, intimidación, engaño, amenaza o chantaje, entre otros, que deriven en abuso, violación, injurias sexuales, etc.
  • Violencia económica: serie de conductas llevadas a cabo con el fin de ejercer un control sobre la mujer en su derecho a utilizar y poseer recursos económicos, poniendo en riesgo su estabilidad económica y su autoeficacia.

¿Qué es el arteterapia?

La American Art Therapy Association (AATA, 2021), define el arteterapia como “como una profesión en el área de la salud mental que usa el proceso creativo para mejorar y realzar el bienestar físico, mental y emocional de los individuos sin importar su edad”.

La aplicación del arteterapia con mujeres que han sobrevivido a la violencia de género facilita la expresión emocional mediante la implementación de diferentes técnicas artísticas como la pintura, el dibujo, el modelaje, el collage, etc., permitiéndoles encontrar herramientas y aprender habilidades de superación que les faciliten una introspección indirecta de las vivencias y recuerdos que les atormentan y que son tan difíciles de expresar en palabras, pudiendo plasmarlo en un lienzo o en cualquier tipo de creación propia que refleje su mundo interior. Mediante el arteterapia es posible abordar aspectos que van más allá de lo físico y mental, ya que permite sumergirse en el mundo emocional y espiritual de cada individuo.

La importancia y la novedad de este tipo de intervención artística reside en que se puede llevar a cabo en diversas esferas y con diferentes grupos de población, ya que se trata de una herramienta de expresión alternativa que alcanza a un mayor número de personas: niños y niñas, adolescentes, personas discapacitadas, personas con dificultades para comprender el idioma, con dificultades de expresión o de aprendizaje, personas ancianas, o personas con trastornos psiquiátricos como la depresión, el estrés post-traumático, la ansiedad, etc

¿Cómo se interviene desde el arteterapia?

En cuanto a los tipos de intervención, dada la problemática que aborda este trabajo, además de las terapias individuales, son muy recomendables las terapias grupales, puesto que el trabajo en grupo y la presencia en este permite a las víctimas entender que no están solas, que sus experiencias han sido vividas también por otras mujeres y que, sabrán entenderse, escucharse y apoyarse entre ellas. Así, una de las técnicas fundamentales de la terapia es precisamente el trabajo en grupo, que se centra en la disminución de los sentimientos de aislamiento, ya que posibilita a las mujeres identificar las semejanzas con las demás y entender que no es culpa suya, sino que son consecuencias asociadas a la sociedad y la política. Por ejemplo, si una mujer fue acosada por un hombre que le enviaba mensajes fuera de lugar, forma parte de un grupo en el que hay mujeres a las que le ha pasado lo mismo, entenderá que esas conductas son comportamientos comunes de los acosadores.

¿Qué técnicas son las más utilizadas?

  • Dibujo y pintura: posibilidad de jugar con los colores, las texturas, el relleno; realizar gestos manuales y corporales; reseguir, pintar, presionar, aflojar, girar; oler los materiales y tocarlos… lo que permite trasportar a las mujeres a un lugar seguro, cómodo y lleno de serenidad, donde da lugar la liberación de los sentimientos y emociones.
  • La música: se puede escuchar música, tocar instrumentos, cantar… sin necesidad de tener conocimientos musicales, ya que el objetivo es reconocer en las pacientes sus emociones, sentimientos y deseos que no son fáciles de expresar verbalmente.
  • La danza: mediante el movimiento se logra integrar las emociones con el cuerpo de manera física. El baile se sumerge en zonas de la mente donde la comunicación verbal no puede acceder y es mediante la danza que se pueden traducir las emociones que se ocultan bajo llave.
  • El teatro: la representación teatral permite conectar con el autoconocimiento del mundo interior. Con ello se trabaja la autoestima, el tener voz y protagonismo, la aceptación individual y las relaciones interpersonales. Y, mediante la improvisación, es muy interesante observar los personajes inconscientes que se pueden crear.

En los casos de violencia de género las mujeres se encuentran en una situación en la que no logran afianzar y fortalecer su autoconcepto y autoestima, habiendo carencias en su formación y solidez, quedando profundamente dañados y limitados. En este sentido, el haber pasado por situaciones de violencia de género está vinculado con la percepción, la imagen y la estima que tienen de ellas mismas y los roles que toman dentro del vínculo afectivo y relacional, sintiéndose inferiores, dependientes, infravaloradas y anuladas.

El arte es liberador y les brinda a las víctimas la oportunidad de sanar de una forma única mediante el uso de sus sentidos. El arteterapia proporciona estrategias de afrontamiento; el control, la comprensión y la evocación de las emociones; deshacerse de la vergüenza y de la culpa; el aumento de la seguridad y de la autoestima; un enfoque más positivo hacia el futuro y el establecimiento de objetivos de crecimiento y empoderamiento personal; la reducción de la sintomatología ansiosa, depresiva y de las somatizaciones físicas derivadas del maltrato, etc.

Finalmente, el amor es el que fortalece a las personas, el que crea vida y le da más sentido a esta. En ocasiones, la destrucción se disfraza de blanco y se hace pasar por ese amor que muchas personas van buscando, sin comprender que no les falta nada y que todo lo que creen carente se encuentra dentro de ellas mismas.

El amor, igual que el arte, nace en el interior de cada individuo y es por ello que, creando, se aprende y se recuerda cómo es quererse. Muchas personas anhelan encontrar en el exterior ese amor que las llene y las sacie como una fuente. Sin embargo, en ocasiones se transforma en un paisaje de descuidos, desgana, dolor y desamparo.

Si tú también estás en una situación similar o conoces a alguien que lo esté, desde el Centro de Psicología Canvis ofrecemos ayuda y soporte para este colectivo vulnerable.

Referencias Bibliográficas

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